Capítulo 5: Afraid

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—Deja ya de quejarte —regañó pasando el algodón con alcohol por la pequeña herida en su pómulo.

Después de aquella pelea que el rubio había iniciado tontamente, sus amigos le obligaron a hacerse cargo de él, pues este seguía alterado y queriendo golpear a Eunwoo. Seokjin le prometió que el mismo se encargaría de dejar al castaño en su casa sano y salvo, por lo que después de un par de ruegos por parte de Tae y Yoongi, terminó accediendo a dejar a Jimin en su casa y curarle.

—Eres un idiota, terminaste arruinando la noche de todos por puro capricho —continuó hablando bajo la mirada algo avergonzada y algo enojada de Jimin.

—Tú le besaste sabiendo que yo estaba ahí —espetó, quejándose cuando Jungkook apretó con fuerza el algodón en su herida—. ¡Oye, lo estás haciendo a propósito!

—No es como si no lo merecieras —respondió, cambiando el algodón para empezar a limpiar la herida en su labio inferior—. Además, no te importa con quien me beso o no.

—Jodidamente si me importa —siseó con el ceño fruncido.

Jungkook le observó sin moverse por un par de segundos, negando después con su cabeza y alejándose de él. Se sentó enfrentando los orbes cerúleos del mayor con ligero nerviosismo. Las palabras que le había gritado casi una hora antes seguían rebotando de un lado a otro en su cabeza no dispuestas a dejarlo en paz. Debía saber si eso era cierto.

—Jimin...lo que dijiste antes, tú ¿lo decías en serio? —musitó con su corazón latiendo como si estuviera corriendo una maratón y sus manos temblorosas por los nervios.

Jimin le miró desconcertado un par de segundos, bajando la cabeza poco después, observando el piso como si lo más interesante del mundo estuviera allí. Jeon asintió, sacando sus propias conclusiones debido a su falta de respuesta.
Se puso de pie recogiendo de manera rápida y brusca las cosas que había cogido del botiquín para curarle, y lo guardó todo de manera desordenada mientras Jimin seguía sin mencionar palabra alguna.

—Al parecer te encanta jugar con mis sentimientos ¿no es así?

—Jungkook n-no...y-yo...

—Cierra la boca, no quiero escucharte —espetó con los puños apretados—. Estás en perfectas condiciones ahora, creo que puedes marcharte.

Sin esperar respuesta se dio media vuelta y caminó hasta el baño para dejar el botiquín en uno de los estantes. Suspiró pegando su frente a la pared y reteniendo las ganas que tenía de gritar para desahogarse. No podía más. Jimin lo tenía harto. No sentía nada por él, se negaba a una relación pero le molestaba verle con alguien más, no lo entendía. Las cosas entre ellos siempre fueron complicadas, demasiado para su gusto.

Era tan simple como aceptar que sentía algo por él, o dejarle en claro de una vez que nunca habría algo más entre ellos y perderse de su vida para siempre. Pero no, el muy estúpido disfrutaba de volverlo loco.

—Pensé que ya te habrías ido —lo miró desde arriba, observando la respiración descompasada del rubio y como este jugueteaba con los pellejitos de sus dedos.

—S-sí me gustas —murmuró casi inaudible dejando a Jungkook algo atónito en su lugar.

—Entonces ¿por qué tú...?

—¡Porque el amor es una maldita mier...! —suspiró hondamente deteniendo su repentino arrebato—. Porque no pienso darle ese tipo de poder sobre mí a alguien, ni siquiera a ti...por más que te adore.

El menor mordió su labio inferior sintiendo como si sus órganos estuvieran revolviéndose en su interior, y una ansiedad profunda atravesó su alma. Lo más extraño, es que lo que sentía no era por él, sino que era por ver a Jimin así tan vulnerable y frágil frente a él.

Todo lo que necesito (JiKookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora