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Your precious Samadhi Fire

(Sun Wukong no sabía como cuidar de un niño, muchísimo menos de uno que ni siquiera era suyo sino que de quien alguna vez llamó su hermano jurado. Era aterrador y debía poner mucho de sí mismo para no cagarla. Sin embargo, no estaba tan mal, se me retirado antes de que esta carga fuese puesta sobre sus manos. De hecho, fue por haber enterrado bajo a una montaña a un viejo amigo la razón por la que ahora se estaba haciendo cargo de un bebé. Sin él, habrían sentenciado a muerte al pobre chico.

Inmaduro como siempre, se dejó nombrar padre por la criatura. Lo llamó "Red Son"... un nombre poco original, pero es lo que hay.

Ahora era padre, le costó mucho aprender a madurar finalmente para darle una crianza aceptable. Sin embargo, nunca notó como estos errores cometidos por su parte lastimaron a quien hacía llamar su hijo.)

"¡Una y otra vez, UNA Y OTRA VEZ ME HICISTE A UN LADO!" Gritó dolido aquel joven, envuelto en una esfera de un fuego con oscuro color magenta. Lágrimas corriendo por sus mejillas mientras las llamas iban revoltosas por todas partes; salvajes, peligrosas. Su cabello antes rojo se adornó de un intenso color negro. Su ropa comenzó a desintegrarse por la intensidad de las llamas. "¡Siempre preferiste a MK! ¡Siempre lo elogiabas a él, siempre lo abrazabas a él! ¡Incluso le pediste pasar juntos año nuevo, pero, YO!? ¿¡YO NO, VERDAD!? ¡SOLO TE RECUERDO A UN VILLANO, A DBK! ¡ADMITELO!"

Wukong estaba en estado de shock, sin poder creer las palabras que salían de la boca de su hijo. No había podido ver lo lastimada que estaba su alma, no había sido capaz de darse cuenta de todo lo que pasó antes de la tragedia. "Hijo..." murmuró, causando que Red Son suelte un grito de rabia en lo que las olas de fuego se hacían más y más fuertes.

"¡Hay que salir de aquí, el chico está perdido!" Gritó Nezha con mucho pesar interno. Era protector de los niños, por ende, le dolía ver a alguien tan joven quemarse en tan poderosa llamarada. Sin embargo, esto estaba por sobre él, si intentaba ayudar moriría en el intento, y probablemente sus esfuerzos se queden en nada. "¡no tendrá control sobre el fuego por mucho tiempo!"

Wukong apretó la mandíbula y dejó de esparcir en fuego para mantener ligeramente seguro a MK junto a Macaque. Esto hizo que el guerrero de sombra se haga cargo de separar el mismo, viendo como aquel que antes era su mejor amigo se adentraba en las potentes brazas. "¡WUKONG, NO!"

"¡WUKONG!"

El rey prefirió no escuchar, avanzando lentamente entre el calor, sintiendo como le rasgaba los hilos de su ropa y calentaban su armadura protectora. Que patético hombre. Eso es lo que era, tratando de acercarse a un herido y triste Red Son.

"¡Hijo, por favor, debes parar!" Gritó, esperando ser escuchado mientras continuaba dando paso tras paso hacia adelante.

"¡Cállate, cállate, cállate! ¡Eres un mentiroso, eso eres! ¡Siempre me mentiste!" Gritó nuevamente. "¡tú nunca me quisiste como un hijo, jamás lo hiciste! ¡Jamás te preocupé y jamás fui alguien por quien valiera la pena luchar! ¡lo único que querías de mi durante todo este tiempo fue este asqueroso fuego que ahora recorre mi piel! ¿¡Qué!? ¿¡Acaso te daba pesar el tener que partirme a la mitad para poder tener tu precioso fuego Samadhi!?" Estas palabras hicieron que Wukong aprete los labios, ya que dos olas de fuego le volvieron a golpear y lo lanzó un poco hacía atrás. Lejos de la bola principal.

"¡No, eso no es verdad! ¡Te lo puedo jurar, Red—!" Fue rápidamente interrumpido.

"¡ESA ES LA VERDAD!" Lágrimas se evaporaban de sus ojos. "¡Tu solo me veías como un.. como un ARMA! ¡Un objeto para usar contra enemigos poderosos y simplemente tirar a la basura cuando hayas ganado la batalla! ¡Eso es lo que soy para ti, no es así!? ¡Responde con la verdad! ¡Dilo!"

Más olas llegaron, pero Wukong no dio su brazo a torcer. Solo avanzó más, usando su brazo derecho para tapar sus rostro, deseando ver en medio de toda esta encandilante luz.

"¡Hijo, basta!" Gritó, oyendo el llanto del otro. "¡Soy un idiota, lo sé! ¡He cometido muchos errores, cientos y miles! ¡Probablemente cometa muchos más! ¡al cuidar de ti, solo te arrastré conmigo!" Continuó. "Pero puedo decirte esto... ¡Yo jamás te vi como un arma! ¡no eres un objeto desechable, no eres un fuego inextinguible! ¡Tu eres mi hijo, un niño dulce que yo no supe apreciar!" Las olas de fuego finalmente se detuvieron, dándole espacio a Wukong para acercarse todavía más, quedando a pocos centimetros del menor. "¡Pero puedo arreglarlo todo, puedo aprender a ser un mejor padre! ¡Haré todo lo que haga FALTA para hacerte sentir amado! ¡Haré de todo para poder ganarme algún día tu perdón! pero por ravor.. ¡Por favor, hijo! ¡Dame la oportunidad!"

Todos estaban impactados, sintiendo como aquel potente fuego poco a poco se calmaba. Las palabras de Sun Wukong estaban llegando a Red Son. Realmente lo hacían.

"Te mentí, ¡lo hice! ¡Siempre supe que tenías este fuego en ti y jamás te lo dije! Pero voy a resolver esto... lo vamos a resolver—," entró a la bola de fuego y abrazó con fuerza a Red Son. "¡Juntos!"

Entonces con un suspiro, todo se detuvo. Aquellas llamas constantes que por poco destruyen la montaña finalmente pararon. Todos estaban en shock.

"Él lo controló... realmente lo hizo" murmuró Nezha completamente asombrado, viendo de lejos como Red Son parecía estar en un conflicto interno sobre si aceptar ese abrazo no. "¿Cómo es esto posible?"
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Pronto usó sus manos para aferrarse al Rey Mono, sus garras clavándose ligeramente en su pelaje pero no generando ningún daño real. Pronto las lágrimas cayeron de sus ojos, dañado, lastimado; pero finalmente libre de todas esas emociones que le carcomieron durante años. Comenzó a llorar como nunca antes, hipando y sollozando audiblemente en lo que escondía su rostro en el hombro de su padre, murmurando un millón de 'lo siento' en lo que Wukong lo consolaba con 'está bien..' silenciosos como el viento.

Acariciaba sus rebeldes cabellos rojos y espalda, manteniendolo cerca, casi aterrado de que desaparezca. "Todo está bien ahora, hijo... prometo ser mejor, un padre mejor para mi linda llamita" se separó un poco para poder besar la coronilla de su hijo, viendo Red Son suspiraba de alivio. "Heh... bueno, ahora ya no eres mi llamita, ¿verdad? Ahora eres una llamarada furiosa" jugó suavemente, usando ese mismo tono tonto de siempre, apretando las mejillas del otro.

Logró sacarle una risa, viendo como a pesar de las lágrimas presentes disponía de sonreír y reír nasalmente. "Ya basta, papá, heh"

Wukong solo pudo ronronear con amor al oír eso. Oír a su hijo llamarlo 'papá' después de años de oírlo llamarlo 'Wukong' era tan revitalizante.

Volvieron a abrazarse, esta vez no planeando en soltarse por unas buenas par de horas. El mono celestial solo pudo cargarlo en sus brazos, colocando sus manos bajo los muslos de su pequeño para así llevarlo con todos los demás. Red Son ayudó al envolver sus brazos en su cuello, probablemente usando esta oportunidad para descansar ya que el fuego debió haber consumido gran parte de su energía.

Eso estaba bien... estaba totalmente bien.

Él protegería a su hijo sin importar qué.

LMK One-shortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora