¿creían que esto había terminado? La respuesta es un rotundo no.
hyeongjun, acompañado de sus mejores amigos: minhee, junho y taeyoung, deberán enfrentarse a nuevos retos y circunstancias las cuales nunca se imaginaron vivir alguna vez.
la vida da...
Minhee miraba por la ventana mientras su hermano manejaba el auto.
Otra vez estaba lloviendo.
Durante todo el mes de agosto, la lluvia había estado presente.
Aquello lo tenía extremadamente nostálgico, extrañaba a Hyeongjun y Seungyoun.
Extrañaba a Jungmo.
Suspiró, el amor de su vida ya no lo amaba.
—Má... —Habló.
—¿Si? —Contestó desde el asiento delantero, estaban yendo a buscar los resultados de sus exámenes médicos.
—Yo... He pensado mucho y no quiero irme a España.
Su madre intercambio miradas con su hermano mayor.
—¿Qué dices? Si eso era lo que más querías. —Su hermano entró a la conversación.
—Y lo sé, pero ya lo hablé con Dongpyo y... Ambos nos queremos quedar. ¿Eso está mal? Creo que los dos estamos bien con nuestras vidas aquí, no lo sé.
—Está bien, cielo —Mina sonrió, había deseado tanto que su hijo se arrepintiera y por fin lo consiguió. —Si quieres quedarte, házlo.
—Gracias por entenderlo. De todos modos, ya lo había hablado con mi madrina Seulgi y me dijo que estaba bien.
—Entonces, perfecto.
Llegaron a la clínica y se bajaron para después entrar al sitio, pasando a consulta de inmediato.
—Buenas, familia Kang —El doctor les sonrió. —Ya tengo los resultados.
—¿Y?, ¿qué tiene Minhee?
—Minhee tiene anemia.
Minhee chilló de la emoción y todos lo miraron raro.
—¡Tengo anemia! No tengo leucemia... ¡No me voy a morir!
—¿Por qué está tan feliz?... —Susurró Yeosang. —La anemia igual es peligrosa.
—¡Gracias doctor, gracias!
Minhee salió del consultorio y llamó a Yunseong.
—¿Qué?
—¡Tengo anemia!
—QUÉ.
—¡Sí!, ¿no es fabuloso? No tengo leucemia... ¡No me voy a morir!
—Pero la anemia igual es mortal...
—¡No tanto como un cáncer en la sangre! Dios mío, Dios me cuido.
—Supongo que es bueno.
—¡Es buenísimo!
—Dios, Minhee.
Minhee colgó la llamada y la sonrisa no se la borraba nadie.
Después de unos minutos, su madre salió del consultorio junto a su hermano con una lista enorme de medicamentos que debía tomar y una dieta que tenía que seguir a la perfección.
¡Pero al menos no tenía leucemia!
—Yeo, ¿me dejas en la clínica de rehabilitación de Junho?
—¿Para?
—Iré a buscarlo, iremos a una exposición de arte junto a Tae.
—Bueno, te llevo.
Minhee sonrió, hoy tenía pinta de que sería un buen día.
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