Naciste en 2019, ya habían pasado 6 años desde que los infectados arrasaron el mundo. Ahora, te llevan a Boston a una escuela militar, tu acompañante de asiento que en un principio pensaste que solo la verías una vez en la vida, en realidad seria la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En el instante en que Riley cruzó el umbral de la carpa que había pertenecido a Tom, Ellie la siguió de inmediato. Sus ojos se posaron en la ropa esparcida, las revistas amontonadas; en resumen, todo lo que había sido suyo estaba allí. Un deseo repentino de llevarme una de sus chaquetas me invadió, pero rápidamente me di cuenta de que el problema era la talla...
—¿Este es Tom? —preguntó Ellie al aire, sosteniendo una foto entre sus manos. Me acerqué y vi la imagen de un joven que, comparado con la versión que había conocido hace seis semanas, se veía mucho más apuesto y presentable.
Durante varios minutos, exploramos lo que había en la carpa. No saqué mucho, pero guardé un cuchillo oxidado y tomé su mochila, vaciándola con cuidado. Era la única que no tenía una, ya que me la habían quitado antes de ser trasladada a este lugar.
—¿Nueva mochila? —preguntó Ellie, sus ojos brillando de emoción mientras me la colocaba en la espalda.
—Sí... ya me hacía falta.
—¡Bingo! —exclamó Riley de repente, y al darme la vuelta, vi que sostenía una botella de whisky en sus manos.
—¿Es la misma que le diste antes? —inquirí, intrigada.
—Exacto... ¿Quieres darle un trago? —Ya había probado el whisky en varias ocasiones, robando para sobornar a algunos. Me parecía horrible, amargo y asqueroso, pero aun así tomé la botella y, con un poco de miedo, le di un sorbo.
—Ah... sabe... a mierda —murmuré, con la pequeña esperanza de que el tiempo hubiera cambiado su sabor. Pero, al parecer, no había suerte.
—¿Y tú, Ellie? —pregunté, volviendo a centrarme en ella.
—Emm... ¿no? T/N acaba de decir que sabe a mierda, ¿por qué iba a tomar? —respondió Ellie, con una ceja levantada.
—No le hagas caso, solo es que no está acostumbrado. Pruébalo —intentó convencer Riley a Ellie, quien me lanzó una mirada, como si me pidiera que confirmara lo que decía.
Asentí, intrigada por ver cómo reaccionaría Ellie al whisky, ya que parecía que nunca lo había probado. Al notar mi aprobación, Ellie tomó la botella y, tras un sorbo, escupió al suelo, tosiendo después con fuerza.
—Ten... es asqueroso —dijo Ellie, devolviendo la botella a Riley.
—Oye, T/N, ¡eres una mala influencia! —bromeó Riley, riendo.
—Oh, vamos. Tú fuiste la que sacó la botella... ahora te toca a ti tomar —respondí, con una sonrisa.
Apenas escuchó mis palabras, Riley levantó su brazo y dio un buen trago.
—Uhh... está fuerte —dijo con tranquilidad, mientras guardaba la botella en el lugar de donde la había sacado—. Bien, ¿vamos?
Los tres salimos de la carpa, y una sensación de felicidad me invadió al darme cuenta de que tenía una mochila nueva. Riley lideraba el camino, y por curiosidad, decidí mirar dónde solía estar Nena. Sin embargo, solo encontré su montura. Probablemente se la habían llevado en cuanto Tom murió, y me dio pena, ya que disfrutaba acariciarla.