Naciste en 2019, ya habían pasado 6 años desde que los infectados arrasaron el mundo. Ahora, te llevan a Boston a una escuela militar, tu acompañante de asiento que en un principio pensaste que solo la verías una vez en la vida, en realidad seria la...
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Ah... primavera. Me encanta esta temporada del año, no hace tanta calor como el verano, ni tanto frio como el invierno.
Mis pies impactaban con la húmeda tierra, mientras caminaba junto a Ellie. Habíamos salido a patrullar junto a Joel y Tommy, solo que estos se quedaron a atrás, a hacer un guiso.
—Pobre Tommy —dije para romper el silencio.
—¿Que? ¿Por que? —pregunto Ellie, parecía estar en su mundo.
—Por lo que decia antes, sobre María.
—Oh, eso... ¿Cómo se olvida de su cumpleaños? —dijo con una pequeña risa burlona.
—La jodio.
—Y no poco, va a tener que pedirle perdón —dijo y seguimos caminando por un largo trecho.
En un momento, los arboles cesaron y logre ver a lo lejos un pequeño pueblo. Había infectados...
—Son unos cuantos—hablo Ellie, también dándose cuenta.
Saque el rifle con mira de mi espalda y apunte...
La distancia podría ser de unos 4 kilómetros, la altitud que tenia era elevada y el viento era escaso. Si elevaba levemente la mira sobre la cabeza de un infectado, debería impactar en ella.
Suspire, calme mi pulso y dispare...
—Diana —murmulle al ver mi tiro perfecto.
Si no fuera por Tommy, que constantemente me recuerda el practicar tiro. Por una parte me agrada eso, pero también me canse... pero supongo que no me queda otra.
—Buen tiro... —me felicito Ellie con los brazos cruzados.
—¿Quieres intentar? —pregunte.
—Voy a fallar.
—Mentira, tienes buena puntería.
—Ah... bien, pasa —murmullo y le di mi rifle con mira.
Ella repitió lo que hice antes, parecía que me había visto fijamente. Y solo estaba replicándome, entonces disparo...
—Disparas mejor que yo —la felicite al ver su disparo y ella sin decir nada, siguió disparando.
Me quede callado viéndola, parecía que a través de matar infectados expulsaba sentimientos estancados en ella. Como si al disparar, su frustración se iba junto a la bala...
—¿Pasa algo? —pregunte preocupado, cuando termino de disparar. Esta se sobresalto levemente y volvió en si.
—No, no... solo, necesitaba esto —respondió, devolviéndome mi arma. La cual coloque enseguida en mi espalda.
—¿Segura?.
—Si... —me respondió con la cabeza agachada —. Mejor volvamos, conociendo a Tommy y a Joel. Se le debe estar quemando el guiso.