Naciste en 2019, ya habían pasado 6 años desde que los infectados arrasaron el mundo. Ahora, te llevan a Boston a una escuela militar, tu acompañante de asiento que en un principio pensaste que solo la verías una vez en la vida, en realidad seria la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Cómo te sientes?—Le pregunté a Ellie, mientras esperábamos a Marlene.
—¿Sabes? Me siento bien—Respondió, mirando su brazo repleto de sangre seca—Supuestamente ya debería sentir los efectos, pero no...
—¿Cuánto ha pasado ya desde... eso?—Indague curioso por la situación de Ellie.
—Cinco, más o menos.
—Supuestamente, el área de la picadura se tendría que volver roja y negra, también tendría que sudar y sentirte desorientada. ¿Tu no sientes nada de eso?—Interrogue y con una sorpresa grata, Ellie asintió—Tal vez lo que nos enseñaron, sobre la infección, estaba mal...
—Seguramente...
—Eso sí... como me molesta esta mierda— habló Ellie, levantando su brazo infectado, el cual estaba esposado con un tubo de metal.
—Te creo, pero es por sea acaso. No quiero que me muerdas— dije entre risas, pero Ellie solo se quedó callada...
Estaba intranquilo, intentaba no demostrarlo, pero como si fuera un tic nervioso, no paraba de hacer tiritar mi pie derecho, mientras estaba sentado en una silla de madera polvorienta.
—T/N... Si no quieres responder no lo hagas, pero.... Nosotros solo nos conocemos hace seis semanas, pero quieres acompañarme al exterior. ¿Por qué?.
—Solo... no quiero volver a estar solo— respondí, intentando ser lo más sincero posible—No quiero volver a estar solo, no quiero hundirme en mis propios pensamientos deprimentes y solitarios.
Ellie se quedó callada, con cierta cara de pena. Yo solo miraba por la ventana de esta habitación abandonada. Los segundos pasaban, los minutos y horas por igual, Marlene no aparecía...
—¿Crees que le habrá pasado algo?—Me preguntó Ellie, preocupada.
—No creo... pero Ellie, ya se está haciendo de noche, ¿De verdad no sientes nada?—Preguntó, confundido y mirándola con los bien abiertos. Supuestamente después de la mordida, uno debería convertirse en dos o tal vez un día y antes, sufrir múltiples efectos, pero Ellie estaba perfecta...
—Nada, no siento nada...
—Acaso...
—¿Qué soy inmune?— robo mis palabras, Ellie— No digas tontearías, seguramente la mordida fue muy superficial...
—No creo que sea eso, Ellie...
—¡Mierda! ¡Estos hijos de puta no sirven para una mierda! Malditos contrabandistas—Escuche como gritaba Marlene y a los segundos abriendo la puerta, con una pistola en mano—Ellie... T/N... No podrán ir al exterior.
