Capítulo 14◆

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Hermione se había tomado un té para combatir la resaca, pero aún le dolía mucho la cabeza, por lo que estaba de mal humor. Se había tomado el día libre y estaba sentada en una silla en el patio cuando Tito volvió del colegio y tiró las fiambreras en el patio. Vio fácilmente su bolsa rosa y pensó en cogerla. Sabía que aquel día le había enviado una bolsa vacía, y con razón, y quizá él simplemente se la había devuelto enfadado. Aunque viniera a gritarle a mamá Jenny por no haberle dado almuerzo hoy, tendría que enfrentarse a ella.

O simplemente no le diría nada y se pasarían el uno al otro como fantasmas, hasta que ella volviera a casa preguntándose por qué había entablado conversación con un tipo que no estaba disponible ni física ni emocionalmente.

Con un suspiro, cogió la bolsa, sabiendo que no podría descansar hasta que no viera la última, y abrió la cremallera para encontrar una nota dentro, para su sorpresa. Esta vez no le había enviado ninguna nota y ni siquiera esperaba recibir una de vuelta. Tal vez iba a disculparse por lo de ayer. La llevó a la mesa y se sentó a leer.

"Hoy he recibido tu fiambrera y no había nada dentro... y me lo merezco".

Dejó escapar una exhalación de rabia, satisfecha de que al menos él reconociera que tenía la culpa de la situación.

"Lo siento... No sé qué decir. De verdad que no. Y cualquier cosa que diga puede sonar trillada.

Sé que ayer me esperaste en el restaurante... durante mucho tiempo. Pero antes de eso, quiero hablarte de esa mañana.

Estaba en mi cuarto de baño y olía a antiguo... de alguna manera exactamente igual que el cuarto de baño de mi antigua casa, como si mi padre acabara de estar en la ducha. Era como si él estuviera allí en ese momento... Pero miré el reflejo en el espejo y era sólo yo.

Sólo yo, y el olor de un viejo...".

Hermione se lo imaginó quieto frente al espejo, mirándose y debatiendo si debía acudir a la cita. A pesar de todo, ella anhelaba ver su rostro, aunque sólo fuera un segundo de atisbo de su reflejo. ¿Era por eso por lo que no había venido? ¿Porque pensaba que era demasiado mayor para ella? ¿O que ella era demasiado joven para él? ¿Sería capaz alguna vez de descartar o confirmar esas preocupaciones suyas? ¿Sabría alguna vez quién era?

"No sé cuándo me hice viejo... Quizá fue ayer por la mañana, o quizá fue hace muchas mañanas, y quizá si me hubiera mirado antes al espejo con detenimiento, lo habría descubierto antes...

La vida seguía adelante y me arrullaba con sus movimientos, yo seguía meciéndome de un lado a otro mientras me lanzaba a diestro y siniestro y, antes de darme cuenta, me convertí en este viejo cansado y amargado... Con el que no deberías tener nada que ver".

Ella quería decirle que estaba equivocado y si no otra cosa le hubiera gustado ser su amiga. O simplemente hablar con esa persona que le parecía brillante. Pero hizo una pausa, sorprendida al leer sus siguientes palabras.

"Llegué a la taberna mientras esperabas".

Así que vino. Pensó en ello, tratando de recrear la escena del restaurante en su mente, tratando de escanear las distintas caras que había visto y tratando de recordar a quién se le había escapado entre la multitud.

"Allí estabas... con tu vestido azul claro, más ligera que el aire, jugueteando con el menú, bebiendo un vaso tras otro de agua. Quería acercarme y hablar contigo, pero me limité a verte esperar... Estabas preciosa...".

Se irguió. Quería recordar... tenía que recordar exactamente lo que había pasado anoche. Había estado un poco borracha, pero no tanto como para borrar por completo el día de su memoria. Se había concentrado demasiado en su angustia y frustración porque él no había aparecido. Pero había algo...

𝗨𝗻𝗮 𝘃𝗲𝘇 𝗺𝗮́𝘀 | 𝗦𝗲𝘃𝗺𝗶𝗼𝗻𝗲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora