Capítulo 19◆

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Hermione se despertó por la mañana con una sonrisa al oír las suaves campanadas de la radio y se estiró somnolienta antes de darse la vuelta. Snape estaba a su lado, observándola divertido mientras ronroneaba en sueños. Al parecer, llevaba un rato despierto.

"Buenos días", dijo con una amplia sonrisa.

"Buenos días... Uf, ¿qué hora es?", preguntó ella, todavía aturdida por el sueño. Se alegró de que las ventanas de este lado de la casa no hubieran sido tapiadas por los vecinos indiscretos y de que entrara una hermosa luz solar por la ventana, pero parecía que aún era temprano.

No estaba preparado para la pregunta. "Um, no tengo reloj aquí... hay un reloj en el salón..."

"Está bien, en realidad, no me lo digas. Realmente no quiero saberlo", reveló, "Porque entonces significaría que tengo que ir..."

"No tienes que hacerlo", le dijo él, acercándola a su pecho y cogiéndole la mano para besarle los nudillos.

Ella sonrió. "¿De verdad? Qué tierno... Esperaba que me dijeras: "Confío en que sepas encontrar la salida, Granger", en cuanto abriera los ojos".

Se rió cuando ella imitó su voz al decir eso. Sacudió la cabeza, sin intención de hacer que se fuera pronto. "No, puedes quedarte todo el tiempo que quieras".

Ella le dedicó una sonrisa saciada y se recostó en las almohadas. Pero al recordar algo, volvió a levantar la cabeza. "No, pero en serio, ¿qué hora es? ¿Te he hecho perder el baño de la mañana?".

Hizo una pausa antes de admitir: "No fui".

"¿Por qué no?"

"Sólo quería pasar todo el tiempo que pudiera contigo", reveló.

A ella le encantó. "Todavía tenemos que ir a trabajar..." Era lunes.

"Sí, sobre eso... estaba pensando, ¿por qué no nos tomamos el día libre?", propuso, "Podríamos quedarnos en casa... decir que hoy estamos enfermos".

"¿Los dos?" ella levantó las cejas, aunque una sonrisa burlona se asomaba a su rostro, "¿No sería sospechoso? Es un pueblo pequeño... la gente podría hablar".

"No me importaría", comentó él, dejando claro que lo único que le importaba era su aprobación, "¿Qué me dices?".

Consideró, volviéndose traviesa. "Y si puedo preguntar, ¿qué es lo que haríamos todo el día, señor?"

Él le dedicó una sonrisa malvada: "Oh, tengo algunas cosas en mente, señorita Granger".

Ella hizo ademán de jadear ruidosamente, habiendo comprendido lo que él insinuaba: "Severus Snape... ¡eres un desvergonzado!". Se agarró a su cuello y juntó sus labios, besándolo con fervor. Él correspondió ardientemente, presionando besos en su frente, nariz, mejillas, párpados, así como en sus tiernos labios.

"Debería avisar a mamá Jenny de que estoy bien", enumeraba excusas entre beso y beso.

"Mándale un recado a Tito cuando puedas", despidió, "El chico siempre está merodeando...".

"Aunque todavía tengo que volver... tengo como un juego de ropa aquí".

"Oh, no necesitarás ropa para lo que he planeado", afirmó, mordiéndole juguetonamente el cuello y hundiendo la nariz en su piel, dejándola a carcajadas.

Hermione pensaba volver a dormir, con la intención de tomarse un día de relax con Snape, cuando lo encontró observándola con una expresión extraña; una pequeña sonrisa en los labios y sus ojos suaves y cálidos admirándola.

"¿Qué pasa?"

"Es que parece surrealista", le explicó, "Hubo un tiempo en que sólo podía esperar tocarte a través de las cartas que intercambiábamos. Es una tontería... a veces pasaba los dedos por las palabras del papel y te imaginaba mientras las escribías. Quería sentir cualquier sensación persistente de tu tacto en las notas". Sus palabras eran sinceras: "Ansiaba tocarte y pensaba que eso bastaría; la forma de escribir cada letra, la tinta que repiqueteaba en la punta de la pluma, la pluma posada en tus labios por casualidad, cuando te parabas a pensar qué escribir a continuación..."

𝗨𝗻𝗮 𝘃𝗲𝘇 𝗺𝗮́𝘀 | 𝗦𝗲𝘃𝗺𝗶𝗼𝗻𝗲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora