Capitulo 6

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- se te acusa de atentado contra el Rey, homosexualidad y eventualmente traición contra tu pueblo y la ley de Di-

- Ahórrate el discurso UK

Sonreí ampliamente, esperaba con ansias este día ¡por fin lo podré quitar de mi camino!

- ¿Fuiste tu verdad?

A estas alturas ya no importaba que lo supiera, ya estaba atado de pies y manos con la soga en su cuello, lista para sujetarlo cuando el piso desapareciera de debajo de sus pies.

- Debo decir que lucho bastante, mira, incluso me mordió - mostre mi muñeca la cual tenia la marca de los dientes de aquel eslavo - pero estamos charlando mucho, terminemos con esto

La multitud miraba en silencio, curiosamente no hacían ruido a pesar de saber que la persona que esta punto de ser ahorcada amo a alguien de su mismo sexo. Sostuve la palanca con emoción, no aguantaba la espera ¿me veré demasiado exasperado?

- ¿últimas palabras Second?

Me observo fijamente con su cabeza aun en alto, como si en estos momentos el fuera mi verdugo y yo el pobre diablo con la cabeza sobre la madera.

- Así como yo, veras al amor de tu vida padecer para al final morir. Lo veras con tus propios ojos y no podrás hacer nada para evitarlo, Te maldigo UK, maldigo tu estúpido amor y escupo sobre el

Escupio sobre mi armadura lo cual me causo bastante molestia. El suelo bajo el cayó luego de jalar la palanca, vi con satisfacción como se sacudía desesperadamente en busca de safarse, como la piel parecía tornarse azulada, sus ojos desorbitados a causa de la falta de aire en sus pulmones. Su corazón, por fin dejó de latir.

Fui a ver como se encontraba mi Rey, ha de estar melancólico con la partida de su verdugo favorito.

Seguramente en alguna parte de mi vida habré sido alguien ingenuamente... confiable. Se cuanto he cambiado al pasar de los años, muy seguramente me hundi en la locura al ver esos hermosos ojos negros.

- ¿sufrió mucho?

Lo escuché preguntar, me estaba dando la espalda pero veía perfectamente como sostenía la capucha de quien acaba de ser colgado. Camine hasta quedar frente a él, me arrodille con calma sosteniendo sus manos entre las mías.

- Mi Rey... ahora esta en un lugar mejor

Fingí toda una vida, me case con una mujer que no amo y tuve un hijo que odio, pase cada hora junto a alguien cuyo corazón ya estaba apartado para alguien más. Ya no más, ya no he de tener tantas cadenas en mis extremidades.

- ¡¿pero a donde vas?!

- ¿Papá?

No le tome importancia a los gritos de mi esposa, ni a la mirada confusa de mi hijo, mi corazón gritaba solo por la compañía del Rey, el resto podía irse al demonio.

- ¿Amor?

Las vidas se me hacen tan insignificantes, muchos dicen que las cruzadas terminan por envenenar el corazón, yo pienso que cada ser humano que ha pisado este planeta ya está corrompido, tan solo necesitan ese pequeño empujón para revelarlo, nadie tiene un corazón tan puro, nisiquiera mi Rey, por eso somos compatibles, ambos tenemos el corazón igual de podrido.

Sostuve mi espada frente a ellos, las miradas de ambos desprendían horror, estoy seguro que nunca se les pasó por la cabeza que ese día tan siquiera llegaría. Nunca oculte mi desamor por esa mujer, ni el odio por mi hijo, y sin embargo ambos decidieron quedarse por "el que dirán" de la gente. Patético, pero quizá tengan algo de razón ¿que haría una mujer sola con su hijo?

El frío metal corto la carne, el líquido rojo espeso salpicó por todas partes cual pintor loco. La sangre de quien alguna vez jure con repudio amor eterno manchaba mis manos. Mi hijo, no sentí felicidad alguna cuando nació, ni cuando dijo sus primeras palabras, ni sus primeros pasos, nada. ¿Como le tienes cariño a ese "milagro" que pediste de rodillas que no sucediera?

Pero no podía ser un completo monstruo, apunte el arma hacia el corazón del hijo de esa mujer. Podía sentir el horror, la confucion, la tristeza del niño, me causo repulsión, bien dicen que puedes sentir lo que tu hijo siente, es tan enloquedor pensar que perdí 10 años de mi vida junto a personas tan insignificantes en mi existencia. Empuje el arma perforando su pequeño corazón, en un futuro quizá hubiera seguido mis pasos, y no sabría si sentirme orgulloso de ver sangre en sus manos.

Pensaba que acabar con la vida de mi exesposa y la de mi hijo me daría al menos algo de... melancolía, quizá un sabor amargo en la boca, cargo de conciencia, una punzada en el corazón quizá... nada, no hay sentimiento alguno, nisiquiera al ver a la sangre de mi sangre decir mi nombre con sus ojos llenos de lagrimas, nada.

Decidí dejar toda mi vida luego de escuchar decir a Argentina lo de dejar libre a Second. Eso tan solo significaba que hasta el podría dejar su corona con tal de irse con ese bastardo. No podía, no soportaria tal cosa; es una pena que al final de halla metido alguien más, ¿Zarista? Supongo que así se llamaba, de todas formas, de no haber hecho algo yo lo más probable es que el Rey halla atentado contra él.

Vuelvo a repetir, su corazón está igual de corrompido al mio, pero el no lo sabe, tiene viva la ilusión de estar haciendo las cosas correctamente, no esta conciente de toda la sangre que le ha salpicado indirectamente.

<maldigo tu estúpido amor y escupo sobre el>

Tan solo son palabras vacías de un hombre que sabía su propio destino. Second ya sabía que no iba a morir de manera natural, no desde que tomó en sus manos aquel metal. No tendría porque hacerle caso, carece de importancia.

...

Desde la primera vez que lo vi sabía que era el hombre para mí, la sociedad no lo iba a aceptar como mi conyugue eso era obvio, estaba dispuesto a dejar mi corona tan solo por el. No fui lo suficientemente rápido, un hombre eslavo se robo rápidamente el corazón de mi amado, es algo cruel la forma en que terminaron.

- Supongo que así querías estar

Me siento enojado y melancólico a la vez, la sensación es tan asfixiante que solo quisiera poder morir y que me enterraran junto a él. Pero ahí esta, ambas tumbas al lado del otro, con una cursi inscripción <hasta en la muerte juntos>

La gente se enojaria si mandara separarlos, fueron ellos mismos quienes los enterraron juntos en una obra de consuelo. Patético, es toda la palabra que necesito para definir todo esto.

- Mi Rey...

Conozco perfectamente esa voz, varias personas cercanas me han hablado de ese soldado, carece de empatia y parece que no está del todo bien de la cabeza, hay quienes dicen que su corazón es tan negro como el lado de la luna que nunca mira la tierra. Exageraciones de gente hipócrita.

- ¿Si...?

- ¿Me permite usted acompañarlo en su pesadumbre?

No lo quiero a él, anhelo al verdugo, a aquel hombre de capucha negra y hacha, quien estaba dispuesto a dejar su vida con tal de estar con la persona que ama. De haberme enterado antes de su amorío, hubiera sostenido yo mismo el hacha.

- Vete a casa UK...

- Mi Rey... Aunque mi presencia no la solicite, estaré aquí. Siempre

Te maldigo UK, maldigo tu estúpido amor y escupo sobre el

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