La verdad

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Salí de aquel lugar con los ojos empañados por las lágrimas, subí a mi auto y puse la música en alto, deje que fluyera el llanto hasta que mis fuerzas fueron menos, mi cabeza y ambos brazos estaban en el volante cubriendo mi rostro, bajé un poco la música y traté de tranquilizarme y suspiré pesadamente, trataba de encontrar sentido a lo que acababa de pasar, pero sabía que no lo encontraría sola, intenté llamar a mi madre pero no atendió el teléfono, después a mi padre pero en el segundo tono colgué, estaba muy alterada y no quería que me escuchara así

–Maldita sea– golpeé el volante con furia

Mi corazón latía demasiado rápido, quería respuestas, quería entender, ¿Camila mentía?, mis padres jamás me harían algo así, pero ¿y si no fueron ellos?, sabía dónde estaban mis respuestas y acababa de dejarla en esa cafetería sola, tal vez igual de confundida que yo, me armé de valor y bajé del auto corriendo, en un impulso por encontrar la verdad corrí de regreso esperanzada de encontrarla ahí, llegué y miré por aquel cristal, ya no estaba adentro

–Joder, joder, joder– me reproché

–Realmente tenía la esperanza de que no te hubieras ido así– me sorprendí al escuchar aquella voz a mi derecha, giré y me encontré con Camila parada a unos metros –No sabía si esperarte, pero tardaste demasiado– su mirada era triste y se notaba que algunas lágrimas habían salido por lo hinchado de sus ojos

–Perdoname, realmente no se ni siquiera que pensar, me niego a creer que viví una mentira– dije acercándome un poco más

–Tambien yo, pero si realmente me crees, creeré en lo que me digas también, necesitamos aclarar esto–

Camila tomo mi brazo y lo acarició levemente

–¿Quieres volver a entrar?–

–Creo que ya dimos espectáculo suficiente por hoy– dije y ella sonrió, asintiendo con la cabeza

Comenzamos a caminar y yo la guíe hacia mi auto, abrí la puerta del copiloto para que pudiera subir y después entré yo por el lado del conductor.

–Quiero que me cuentes tu versión de las cosas Lauren– dijo después de un rato de silencio
–Despues te contaré la mía

–Muy bien... Después de aquella tarde en la que casi nos descubrieron tus padres yo...–

Tardé un rato contándole todo lo que había pasado aquel día y los días siguientes, Camila tenía la mirada perdida en sus manos mientras jugueteaba con sus dedos, me escuchaba atentamente y después noté como las lágrimas recorrían su pequeña naríz y caían entre sus manos, cuando terminé miré hacia la ventanilla y dejé escapar algunas lágrimas yo también, cuando sentí su mano acariciar la mía, un sentimiento de paz y calidez me recorrió.

–Lauren, no tengo palabras para explicar lo que siento en este momento, todo el tiempo que te odié y deseé no haberte conocido, mientras tú estabas sufriendo el mismo dolor que yo, a mí me entregó la carta mi padre, no quiero repetirte lo que decía ahí porque creo que ya no es importante, aunque si lo deseas puedo mostrartela, no tengo ningún problema, solo quiero que estés segura de que yo nunca me fui, estuve esperandote por meses, esperando alguna explicación pero ambas conocemos el resto de la historia, no fue justo lo que nos hicieron y por lo menos por mi parte voy a buscar a mis padres para que me den una explicación sobre esto–

–Jamás creí que fueran capaces de esto, ellos me vieron llorar por ti Camila, aunque jamás le dije la verdad a mi padre, sé que sabía que tenía que ver contigo, mi madre lo sabía y me dejó sufrir, se que necesito hablar con ellos y exigir que me digan la verdad pero también sé que si ellos fueron responsables de esto no voy a querer volver a verlos, porque eso significaría que no me aman–

cadenas de muerte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora