Capítulo 9

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Peter
Voy manejando de regreso a la universidad con Regina a mi lado.

La trayectoria es silenciosa debido a que se ha quedado dormida

Ya se le ha hecho costumbre, al parecer, quedarse dormida en mi asiento de copiloto, distrayéndome de la carretera.

Le dedico miradas a cada nada asegurándome de que esté bien acomodada con el cinturón de seguridad.

Ya está anocheciendo, estuvimos muchas horas en ese punto de la nada, solos.

Sé que aunque parezca lo contrario ella no está bien, no del todo. Mañana será un día duro para ella, ya tenemos que regresar a casa para el descanso de fin de semana. Volverá al único lugar donde no puedo asegurarme de protegerla y que esté bien.

Eso me enfurece. Maldito sea ese hijo de... no entiendo, ni nunca entenderé cómo alguien puede despreciar tanto lo que ha salido de si mismo y ha surgido del amor de una pareja. Nunca entenderé el porqué de los abusos que comete contra ella. Es inexplicable ser un animal descontrolado que se ciega por el alcohol y no reconoce a su propia hija, la tiene como su esclava, nada puede estar mal. En esa casa todo está mal.

Le dedico una mirada rápida. Se ve tan tranquila dormida, sus largas pestañas descansan sobre sus mejillas y su respiración es tan calmada que a penas es perceptible.

Es un poco hermosa, nada exagerado, suficiente para ella misma y me gusta saber que no duda de sus virtudes ni de su aspecto. Tiene facciones de niña, pero carácter de mujer. A veces deja salir a la infante que hay en ella y eso me gusta.

Hace tantos años que somos amigos que ya ni siquiera recuerdo haber pasado una sola navidad o un solo cumpleaños sin su compañía. Siempre es la primera en recibirme con una gran sonrisa y los mejores deseos para mi.

Esta chica se ha vuelto parte de mi vida de una manera impresionante. Es imposible poder apartarla de mí.

No permitiré que nada ni nadie le haga daño como le dije, ya ha sufrido demasiado para pasar por algo más. Claramente no voy a permitir que ningún idiota la lastime.

Vamos llegando a su residencia y bajo la velocidad para estacionar cerca de la entrada.

Ella va abriendo los ojos lentamente y cuando me ve me dedica una sonrisa que hace que se le achinen sus ojos y se marque un huequito en el lado derecho de su mandíbula.

Ella no es perfecta, me he dedicado tantas veces a detallar su rostro que me doy cuenta de que su nariz es muy fina y se le torna roja por el frío, aunque sea mínimo. Me he dado cuenta de que su labio superior es mínimamente más delgado que el inferior y que una de las comisuras de sus labios es más pronunciada que la otra, que cuando sonríe se ensancha más su boca del lado derecho y que sus ojos son bastante simétricos con respecto a sus finas cejas. Tiene un cabello hermoso, me he dado cuenta que cada vez le luce más largo. También sé que no le avergüenza usar lentes y con ellos se ve aun más tierna e intelectual. No dudo que será una gran psicóloga, es la niña más inteligente y entregada que he conocido en mis años de vida.

- Estuviste dormida todo el camino- le comento

- Umjum- pronuncia remolona - estoy muy cansada y ha sido un paseo increíble que me ha dejado exhausta.

- Me alegra que te haya gustado- le sonrío - mañana si quieres te puedo esperar después de clases para llevarte a casa

Noto como su expresión se ensombrece y diera mi vida entera por no tener que verla así, sé que mañana no sabe lo que pueda pasar al llegar. Su padre hace mucho que no le pega pero de ese señor no se puede esperar nada bueno. Siendo abogado no sé cómo se atreve a semejante barbaridad, es su hija. Creo que desde que su madre murió no ha hecho más que beber y volverse agresivo y cada vez es peor.

Con ninguno de los dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora