Capítulo 34

5 1 0
                                    

Al día siguiente me levanto bien temprano para salir a hacer las compras de la semana.

Estoy saliendo del baño cuando mi teléfono suena anunciando un nuevo mensaje. Frunzo mi ceño en extrañeza ¿Quién será a esta hora?

Desvío mi camino hasta mi mesita de noche y tomo mi celular

Papá:
         Buenos días mi pequeña niña. Espero verte. No hagas que vaya a por ti.

Me tenso de pies a cabeza quedándome inmóvil ¿qué está pasando? Esto no puede ser. Él no se puede acercar a mí. No puede ¿o si?

Siento mi pecho apretado y cada vez mi respiración es más pesada. Tomo una gran bocanada de aire y no llega a mis pulmones.

No puedo respirar.

¿Qué me pasa? ¿Qué está pasando conmigo?

Agarro mi pecho en desesperación y caigo de rodillas al suelo antes de llegar a la puerta de mi habitación. Comienzo a sudar y mis manos tiemblan descontroladamente.

No. Puedo. Respirar.

Voy a morir. Voy a morir.

Intento calmarme pero mi respiración sigue cortada y no puedo respirar bien. Comienzo a tamborilear mis dedos sobre el suelo a mi lado para tratar de recuperar la calma y una sensación de hormigueo recorre todo mi cuerpo. Estoy muy mareada.

La puerta delante de mi se abre y mi vista está nublada por las lágrimas. Tengo mucho miedo.

Una figura se acerca a mi y por un momento siento el pánico apoderarse de todo mi ser y los vellos de mi piel se erizan. Mi mirada sigue borrosa y perdida. Sigo respirando con dificultad y todo a mi alrededor comienza a desvanecerse.

- Tranquila, todo está bien. No estás sola - escucho una voz lejana referirse a mí.

Estira su mano en mi dirección y retrocedo instintivamente. Me toma de las mejillas y el agarre es firme pero no me lastima.

- Mírame- ordena- todo está bien. Estoy aquí contigo.

Obedezco y siento una punzada de alivio recorrer mi cuerpo al darme cuenta de que se trata de Jack.

- No puedo respirar - digo con dificultad y mis ojos llenos de lágrimas.

- Vamos, cuenta conmigo y respira - me dice calmado y suspiro.

Él empieza a contar y con cada número inhalo y exhalo tratando de seguir su ritmo. Se me dificulta demasiado. Sigo sujetando mi pecho con fuerza y por un momento me aferro a sus brazos.

Después de unos minutos comienzo a sentir la calma y como mi respiración vuelve a su estado normal. Me calmo y limpio mis ojos eliminando los restos de llanto en ellos.

Jack me abraza y descanso mi cara en su pecho. Aún estoy en el suelo y en toalla. No me importa. Ahora solo puedo pensar que estuve en medio de un ataque de pánico y que si no es por este chico no se que habría pasado. Tal vez hubiera terminado inconsciente o quien sabe cómo.

Esto se me está saliendo de las manos. No es la primera vez que me pasa algo como esto, pero últimamente mis miedos se han apoderado de mí y es más común sufrir estos ataques. Esto me asusta mucho, se está saliendo de mis manos y temo que en algún momento lo haya nadie que me pueda ayudar y yo no soy capaz de controlarlo por mí misma.

- Gracias - susurro

- Todo estará bien.

Él besa un lado de mi cabeza y no puedo evitar recordar a Peter. Cada una de las veces que me dio uno de esos besos tan dulces en la frente que me hacían sentir tan segura en sus brazos.

Con ninguno de los dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora