Capítulo 42

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Le conté a Sasha todo lo que sucedió en la comisaría y ella se puso tan feliz como yo. Me consiguió un número de un abogado muy importante en este estado y me prestó el dinero para pagar sus servicios por adelantado, ya que así es como funciona el sistema.

Esta semana fui llamada a declarar nuevamente y Aiden me tuvo que llevar, lo tengo de taxista personal. Me encontré con Peter varias veces por el tema de las declaraciones y todo marcha bien. No puedo esperar a que llegue el próximo jueves para hacer la acusación final.

Al padre de Peter creo que ya lo tienen preso. Tiene un buen abogado y cómo dice Peter se le ha rebajado un poco la pena pero igualmente tendrá que devolver cada centavo de la cuenta que mi madre me dejó. Está siendo investigado por otras causas también. Peter tendrá que pagar una fianza para poder estar libre, debido a que tiene un expediente limpio y es un excelente ciudadano.

Mi preocupación es que a mi padre no lo han atrapado. No han dado con su paradero. Dejó su trabajo hace mucho tiempo, me puedo imaginar que por la jugosa recompensa que recibió tras él robó Yam grande que hicieron junto con el padre de Peter.

Las otras personas que tuvieron que ver con el desfalco han recibido penas severas. Alguno han tenido que pagar multas o fianzas, según la complejidad o el nivel de gravedad del asunto en el que se metieron. Otros deben pagar con unos años de cárcel.

Estoy llegando a mi apartamento, vengo de la casa de Sasha. Allá los encontramos con Aiden para aclarar algunos temas importantes. Subo en el ascensor y entro al apartamento. Todo se encuentra a oscuras. Prendí la luz de la sala y dejo mi bolso en el guarda bolsos nuevos que coloqué junto a la puerta.

Saco mi teléfono y camino hasta la cocina. Mi teléfono se me cae de las manos al ver en el reflejo del refri la figura de mi padre.
Me giro asustada. Se ve muy mal. Tiene una barba de varios días y unas ojeras horrendas. Apesta a alcohol y sus ropas están rasgadas y sucias.

- Me he cansado de contactar contigo- me dice girando el rostro de una manera espeluznante- no contestas mis llamadas ¿Me estás ignorando hija?

- N..no... no - balbuceo

- A mi me parece que si- lo veo pasarse la mano por la cara - me he enterado de que has estado haciendo cosas malas.

Camina hasta donde estoy a pasos lentos y yo solo retrocedo por instinto. Todas las veces que eso pasó, estando borracho, vienen a mi mente y me horroriza recordar todos esos escenarios. Me paralizo cada vez que lo tengo enfrente. Sigo retrocediendo y choco con la encimera. Ya no tengo escapatoria.

- Un pequeño pajarito me contó que me denunciaste - sonríe diabólicamente - eso está muy mal, muy muy mal. Creo que tendré que darte un castigo para que recuerdes que no debes desobedecer a tu padre.

- Por favor - suplico, las lágrimas rodando por mis mejillas - por favor, lo siento. Retirare la denuncia.

Él comienza a negar y yo entro en pánico miro detrás de mi y no tengo escapatoria

<estoy atrapada>

- Estás indefensa, nadie te va a ayudar - se burla - oh... ¿Dónde está tu querido Peter? ¿Ah? Esta vez no viene a salvarte.

Giro mi rostro asustada y siento como mi corazón palpita queriendo salir de mi pecho, se me comprimen los pulmones y el aire sale y entra en mi con dificultad.

- Peter no está aquí y no va a venir ¿Sabes por qué? - me toma del rostro con fuerza - porque te utilizó y jugó contigo como le pareció. No es tan distinto de mí ¿o si?

Mantengo mi rostro girado y mis ojos captan los cuchillos que están a mi lado. 

- Te equivocas - le digo, eso lo toma por sorpresa y afloja su agarre en mi mentón. Yo nunca le respondo - No necesito a Peter para que me salve.

En el momento que va a hablar aprovecho su momento de confusión para darle un empujón con todas mis fuerzas y tomo un cuchillo de la encimera. Corro fuera del apartamento lo más rápido que puedo y trato de llegar al final del pasillo para alcanzar el ascensor. Siento a mi padre correr detrás de mi y me toma de la cintura atrapándome. Forcejeo y le pego un pisotón y lo empujó. El impulso me hace caer al suelo y el cuchillo cae a cierta distancia de mi. Lo dejo y sigo corriendo.

Antes de poder tocar el botón del ascensor mi padre se balanza sobre mí y veo cómo tiene el cuchillo en sus manos. El pánico me invade.

<me va a matar>

Lucho con todas mis fuerzas y forcejeamos. Por un momento me sobrepasa y casi me corta la cara con el cuchillo. Lucho, mi instinto de supervivencia me alerta y sigo forcejeando con él.

De pronto dejamos de forcejear, abro mis ojos hasta más no poder y él tiene una mirada desquiciada, sus labios se curvan en una sonrisa diabólica y se separa de mí empujándome.

Observó su mano y el cuchillo manchados de sangre. Estoy en shock. Llevo mi mano hasta mi abdomen y siento algo caliente en ese lugar que palpo. Bajo mi vista y veo mis manos manchadas de sangre. Comienzo a marearme y lo último que veo antes de caer inconsciente es el rostro de mi padre con una sonrisa sádica dibujando sus labios.

........
Abro lentamente mis ojos y siento una punzada en mi cabeza

¿Qué pasó?

Siento un dolor en mi abdomen e instintivamente llevo mi mano a ese lugar. Mi vista se esclarece y veo una intravenosa conectada a mi brazo.

¿Dónde estoy?

Miro a todas direcciones y estoy en un cuarto blanco, a mi lado hay máquinas y un suero. Estoy en el hospital.

Rememoro lo que sucedió y todas las imágenes vienen como pequeños flashes a mi mente.

Mi padre intentó matarme...

Entro en pánico y escucho la máquina a mi lado emitir un pitido bastante molesto. Llevo mis manos a mi cabeza y todo me da vueltas. Mi vista se vuelve borrosa y mi respiración se vuelve muy pesada, me cuesta respirar.

Alzo mi mirada y percibo como la puerta de abre y comienzan a entrar personas igualmente vestidos de blanco.

Me mareo y todo se vuelve negro.

Con ninguno de los dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora