🎃Sixteen

2.6K 437 76
                                    

Cuando abrió sus ojos esa mañana una extraña calidez nacía en su pecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando abrió sus ojos esa mañana una extraña calidez nacía en su pecho.

Se sentó estiró sus brazos para desperezarse y finalmente se levantó haciendo su rutina como todos los días,  tenía un vago recuerdo de cómo habían sido su noche anterior: Fiesta, diversión con sus amigos pero habían espacios vacíos que no recordaba bien, de todos modos estaba tranquilo y sonriente pues su corazón sentía una ligereza que antes no había tenido.

Se metió a la ducha se aseó y luego bajó a la cocina a preparar su habitual café y miró por la ventana hacia el jardín mientras bebía el humeante y caliente líquido que le encantaba tanto.

Anoche había sido Halloween y las calles aún estaban adornadas con coloridos fantasmas calabazas y brujas por todos lados sonrió y recordó cómo solía salir a pedir dulces cuando era pequeño junto a su padre y a su madre.

Aunque ellos ya no estuviesen con él aún guardaba con mucho cariño sus últimos recuerdos a su lado aquel accidente fatal que les quitó la vida y a él lo dejó vivo pero solitario aún vivía en su mente pero recordaba el amor con el que su padre y su madre lo veían y las palabras de aliento que su madre le daba, recordaba el olor del perfume de su madre y la voz fuerte pero apacible de su padre mientras le pedían que dejase a aquellas amistades recordó, cómo les había prometido que así sería y recordó también cómo les había dicho que los amaba sonrió para sí,  por lo menos tenía un buen recuerdo de sus padres y aunque ahora solo tenía un par de amigos que eran buenos era feliz porque había cumplido con todas las cosas que sus padres deseaban para él y estaba conforme consigo mismo así que no había amargura ni resentimiento ni nada en su ser que le hiciera sentirse incompleto.

Tomó el último sorbo de su café y luego pensó en qué podría prepararse de desayuno, ese día tenía universidad en la tarde así que podía permitirse un desayuno completo por una vez al menos.

Cuando dio la vuelta gritó del susto llevándose la mano al pecho.

     —¡Oh Joder Jimin ¿Nunca dejaras de aparecerte así? —Gruñó.

El demonio rubio sonreía con malicia mientras lo miraba sentado desde la encimera.

     —Lo lamento Yoon Yoon es la costumbre.  —Respondió bajándose.

Yoongi dejó la taza a un lado en el lavaplatos y volteo para acercarse al pequeño rubio que seguía sin borrar su sonrisa de suficiencia.

     —No veo tus alas de demonio sexy y sensual.  —Observó Yoongi.  —¿Ya tienes a una nueva víctima de tus trucos y eso?

Jimin alzó una ceja y negó.

     —Dejé mis alas atrás, me di cuenta que no las necesitaba en realidad son algo banales,  simples y sencillas no van con mi estilo sinceramente.

El chico pálido sonrió mientras negaba para sí mismo y de nuevo volvió a preguntar.

     —En serio ¿Qué les pasó? Eran bastante lindas.

El demonio Rubio suspiró mientras repasaba sus labios con su lengua humedeciéndolos un poco porque se sentía nervioso por lo que iba a decir.

     —De verdad,  no las necesito Yoongi no cuando encontré algo más que me hace sentir un poco más especial en mi puta vida de demonio.

Yoongi ahora tenía toda la atención  de Jimin y se acercó a él esperando que el demonio retrocediera pero no lo hizo así que pudo acercar una mano y acariciar una de sus mejillas.

     —¿A si? ¿Y qué es?

     —Tú. 

Yoongi sintió como si su cuerpo flotase en ese momento, ¿habia escuchado bien? En ese momento sintió algo indescriptible en su pecho,  su corazón comenzaba a latir con fuerza y una indescriptible felicidad se le instaló en él fondo de su ser. ¿Era posible? Al parecer aquel demonio no era tan egoísta como había pensado.

     —Dices que... ¿tu has...

Jimin asintió.

     —Renucnie a ellas Yoongi y al hijo que no deseo tener... no aún. Le dije a mi padre cómo me sentía y lo que sentía realmente, se enfureció tanto que asesinó ahí mismo a muchos de los otros demonios que lo rodeaban pero finalmente accedió, lo único que dijo fue que ya no podía cambiar mi forma de ser y que perdería seguramente todo su tiempo en hacerme cambiar de opinión y no quería hacer eso definitivamente. Así que simplemente me dijo que podía retirarme si yo lo deseaba y así lo hice y por eso estoy aquí ahora contigo preguntándote sí tú quisieras enseñarme a hacer un humano común y corriente, aburrido y cursi.

Yoongi sonrió tomándolo por la cintura y pegandolo hacia su cuerpo al mismo tiempo que buscaba sus labios con desesperación.  Jimin jadeó  ante el repentino pero muy bien aceptado beso.

Yoongi lo soltó finalmente y pegó su frente a la suya.

     —Jimin precioso, podemos ser los humanos más aburridos sobre la faz de la tierra pero nunca dejaré de sentir esto tan grande que siento por ti. Me hace tan feliz que hayas vuelto.

     —Yoongi yo nunca antes había sentido todo esto que siento hacia ti es tan confuso y tan estupendo a la vez tengo miedo pero también sé que hago lo correcto tú me gustas mucho te quiero, te quiero solo para mí y quiero estar contigo siempre.

Yoongi lo abrazó nuevamente, un abrazo tan reconfortante que ambos sabían que necesitaban.

     —¿Estás seguro de esto Jimin? —Preguntó tomando sus mejillas entre sus manos para verlo a los ojos.

Jimin asintió sonriente.

     —Tan seguro Yoongi, te quiero a ti conmigo.

Yoongi volvió a besarlo pero ésta  vez mas lento, más apasionado, mostrándole al rubio todas las sensaciones que podía llegar a sentir si estaban juntos demostrándole que todo estaba bien si ambos estaban juntos de la mano.

Se separaron para verse con  cariño a los ojos.

     —Yoongi,  quiero ser un ángel ahora. —Susurró con una sonrisa lasciva en su bello rostro. 

Yoongi comprendió lo que Jimin deseaba. "Tocar el cielo"

     —Bien bebé vamos arriba porque hay mucho que deseo hacerte ahora mismo mi ángel demonio.

Jimin sonrió mientras cerraba sus ojos y en un santiamén los hizo aparecer en su habitación.

Yoongi le miró sorprendido y algo mareado por el repentino acto.

     —¿Aún puedes hacer esas cosas?

     —Digamos que soy un semidemonio ahora y conservo ciertas cosas. —Respondió ladino.

Yoongi negó y volvieron a besarse, estaba seguro que de esa nueva relación de semidemonio-humano iban a salir muchas cosas buenas.

     —Ahora hazme tocar el cielo con los dedos Yoonie. —Susurró el semidemonio en su oído.

Yoongi lo levantó en sus brazos y lo llevó consigo a su cama donde lo amó con fuerza y pasión como jamás había amado a nadie.




❀.°•Fin  •°.❀

 •°.❀𝐓𝐫𝐮𝐜𝐨 𝐨 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨❀.°• 🎃 |𝐘𝐌|🎃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora