VI.

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A Alex este tipo de eventos no le agradaban demasiado.

El que una gala benéfica la conviertan en una alfombra roja donde las celebridades se ponían pomposas y soberbias, viendo quién se vestía mejor, quien lucía mejores joyas, quién donaba más o quien hacía la apuesta más alta en la subasta. Puaj.

Alex pasó sonriente por la alfombra junto a June y Nora y sólo pararon por un par de entrevistas obligadas en el itinerario. Los fotógrafos se pusieron muy insistentes en tomar varias fotografías por separado, pero los tres pasaron de largo y se metieron al recinto.

Adentro, ya estaba todo dispuesto y en la tarima habían varios objetos de alto valor que serían los que se subastarian y el dinero se mandaba directo a los centros de migrantes en las ciudades fronterizas con México. Desde que Ellen quedó como presidenta, la gala se hacía dos veces al año y eran un éxito en lo que a dinero se refería, sobre todo por la difusión que ahora se le daba ahora y que antes pasaba sin pena ni gloria.

Mientras la gente terminaba de llegar, Alex fue a los bastidores para cambiarse de ropa y ponerse algo más cómodo. A pesar de ser temprano y el crepúsculo vespertino apenas comenzaba, la subasta podía extenderse si los invitados donaban más objetos de los que inicialmente se tenían contemplados. Mejor prevenirse. Además su discurso se había movido al inicio y debía estar ya preparado.

Entre las sombras, Alex estaba vigilando la llegada de Henry y Beatrice, pero eran ya casi las siete y no había rastro de ellos. Bien se sabía que la realeza era propensa a llegar siempre al último en las alfombras rojas, cuando las cosas ya estaban más tranquilas pero toda la gente ya estaba en sus mesas y los únicos lugares vacíos eran los de los hermanos, que casualmente y para su suerte, compartían con Nora, June y él.

Mike Norton, un presentador de televisión y que estaba encargado de la gala y la subasta, ensayaba entre los objetos preciados y se detuvo en un par de cuadros de Picasso y Dalí.

–La princesa y el príncipe se lucieron, ¿eh?

–¿Ellos donaron eso?

–Sí, y también algunas esculturas.

–Bueno, tal vez ya no había espacio entre su colección de objetos robados.

Mike soltó una sonora carcajada y le dio unas palmadas a Alex en la espalda. –Siempre tan sincero, Alexander. Por eso la gente te adora. Por cierto, ¿dónde están? En la mañana vinieron a dejar esto en persona. No dijeron nada de no regresar.

Un miembro del staff se asomó dándoles una a señal a ambos.

–Tres minutos, joven Claremont-Díaz. Uno, señor Norton.

–Gracias. Mucha suerte en la subasta, Alex.

Mientras Mike hacía la presentación, Alex se acercó a los cuadros que la realeza había donado. "El sueño" y "La desintegración de la persistencia de la memoria". Esta última tenía algo que llamaba poderosamente su atención. Había leído la historia de la pintura y a pesar de no ser un fan del arte, tenerlo en vivo y en directo hacía que sus manos picaran por tenerlo.

Oyó su nombre seguido de muchos aplausos y supo que era el momento de salir.

Los invitados siguieron aplaudiendo por otro minuto mientras Alex les sonreía y saludaba, cuál candidato. Él deseaba seguir los pasos de su madre y este tipo de eventos eran un gran paso para ello. June no tenía demasiado interés en la política, pero se ayudaba en ella para poder crear conexiones y no salir de la universidad y quedar a la deriva. El año anterior ella dio los discursos en ambas galas y fue muy bien recibida pero se dio cuenta que eso no era para ella. En el primero del actual, fue un jugador de béisbol salvadoreño quien fue convocado y como Alex había subido demasiado su popularidad en redes, ahora era el encargado de hacerlo. Tenía nervios, pero este tipo de actos eran cruciales si quería iniciar inmediatamente en la política una vez que terminara la maestría.

Cítricos y JazmínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora