☆Perderse☆

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Inspirado en el Bolüm 8.

Leyla

—Qué va a pasar ahora?

—No lo se....no lo se ¿tu que opinas?

—No tengo ni idea—me encogi de hombros.

Fije mis ojos en él, disfrutando de verme reflejada en ellos, sus ojos me transmitían confianza y me sentía tan segura allí con él

—¿Por qué lo hiciste? ¿por qué realmente lo hiciste? Me siento mal

—Leyla, no lo sientas—advirtió sin dejar de observarme—Estaba cansado, lleno de problemas, quizas fue gracias a ti que tome la decisión pero ahora soy feliz, no te preocupes por eso.

—lo intentaré—sonreí.

—Te amo—me sonrió con sus ojos.

—Lo se—susurré acercándome cada vez más para besarlo—también te amo.

—No es eso algo liberador?—susurró separándose de mis labios para posteriormente volver a besarme siendo interrumpido por su celular—Vaya, me han llamado más de treinta veces.

—Yasemin—sonreí irónica levantando mi celular—es para mí.

—Tengo la solucion—sonrió Kenan—apagar los celulares.

—No hay solución, nos encontraran.

—¿En serio? Está bien—se le iluminaron los ojos—conozco un lugar a donde ir.

—¿Qué haremos allí Kenan? Nos buscarán.

—Nos perderemos.

.......................

Recuerdo unos pocos minutos en la carretera observando el paisaje durante la noche y luego de eso caí en un sueño profundo como hace mucho tiempo que no lo hacía. Simplemente comencé a despertarme con el movimiento de mi cuerpo, al abrir los ojos sonreí al notar que Kenan estaba llevándome en brazos hasta lo que parecía ser una cabaña.

—Bienvenids dormilona, ya despertaste.

Asentí pero no me solte de él, de hecho me aferre aún más a su abrigo permitiéndome que me cargue hasta la entrada, allí me dejo sobre el suelo y antes de soltarme beso mi cuello causándome cosquillas.

—Aquí podremos estar tranquilos hasta mañana, estoy seguro de que Yasemin y Murat están buscandonos en nuestras casas.

—Ya lo creo, mañana hablaremos con ellos.

—¿Has cenado?

—Mhm no, no tuve tiempo, de hecho muero de hambre.

—Mis padres solían quedarse aquí hace mucho tiempo, esta cerca de Estambul y hay una persona que hace la limpieza cada mes y llena la despensa, entonces puedo preparar algo.

—¿Cocinaras para mi?—pregunté sentándome en uno de los sofás

—Así es, solo para ti querida.

Apoye mi cabeza sobre mis brazos en el respaldo del sofá mientras lo observaba cocinar moviéndose por la cocina, se había quitado el abrigo ya que con la estufa podíamos sentir el calor y pude dedicarme a observar sus brazos flexionandose bajo su camiseta mientras cocinaba.

—¡Tengo unas buenas vistas desde aquí! ¿Puedo ayudarte?

—No, Leyla ni se te ocurra— me señaló desde la barra—mantente alejada de mi.

Una carcajada sonó en mis labios y volví a acomodarme en el sofá hasta que acabo de cocinar y me acerque a la barra para sentarme junto a él pero Kenan tiro de mi brazos subiendome sobre su regazo.

—Así mucho mejor, déjame disfrutar de ti después de tanto tiempo.

Sonreí sonrojandome y escondí mi rostro contra su cuello aspirando su dulce aroma mentolado y deje un suave beso en su mejilla.

Tome una de las empanadas del plato y comencé a comer sin separarme de él, quien por cierto se encontraba muy cómodo y a gusto conmigo allí encima, me costaría acostumbrarme, aun dudaba de abrir mi corazón pero con Kenan todo valía la pena.

En un par de minutos Kenan acabo de comer y comenzó lentamente a besar mi cuello y yo solo podía sonreír ante el roce de su barba contra mi piel, se entretuvo allí varios segundos para luego besar mis labios.

—Te estás aprovechando—logre decir tras separarme un poco

—Y pienso seguir asiendolo

—No voy a detenerte.

Esta vez lleve mis labios a los suyos enredando mis manso tras su cuello disfrutando el momento allí en esa cabaña solos y con todas las cartas puestas sobre la mesa, sin prohibiciones. Kenan se levantó llevándome con el de espaldas hasta el sofá lo que ocaciono que una risita abandonará mis labios sin dejar de besarlo.

—¿Otra vez al sofá?—bromee—parece ser tu estilo Kenan Osturk

—Mhm y tu estilo es huir, para que sepas, no voy a permitirlo.

Negué divertida y el volvió a besarme asiqie enrede mis piernas en su cintura y sujete con fuerza su cabello cuando empezó a besar mi cuello, mi mano libre filtrándose bajo su camiseta acariciando la tersa piel.

Una de sus manos descubrió mis hombros y dejo suaves besos recorriendo mis clavícula hasta detenerse en mi oído susurrando con voz melosa.

—Mhm me encantaría hacer esto, pero quiero pasar el tiempo contigo hasta que estés segura, te conozco Leyla.

Me separé de el lenatamente y una sonrisa surco mis labios al ver lo caballero que era. Por eso me acerque a su cuerpo acurrucados bajo su brazo sin quitar mi mano bajo su camiseta. No se si fueron minutos u horas pero ambos nos dormimos allí sobre ese sofá sin preocupaciones y dispuestos a enfrentarlo todo.

............................

—Mi vida....—logre escuchar un murmullo—cariño, despierta.

Abrí mis ojos poco a poco y estire uno de mis brazos para localizar a Kenan y sonreí al notar que seguía bajo mi cuerpo, asique me acurruque aún más contra él.

—Buenos días.

—Bueno días.

Estire el cuello para verlo a los ojos y me acerque para darle un corto beso en los labios y volver a abrazarlo, llevaba tantos días suprimiendo mis sentimientos que ya no recordaba lo que era dormir más de cinco horas y tan tranquilamente.

—Tenemos que volver, asique prepararé el desayuno.

—¡No!—lo detuve cuando se levantó—tu hiciste la cena yo haré el desayuno.

Kenan sonriendo salió directo a una de las habitaciones que supuse era el.baño asique me.dirigi a la cocina buscando.algo para preparar un desayuno sencillo, jugo verde, yogurt y fruta. Suficiente energía para enfrentar lo que sea que nos esperara en Estambul.

En pocos minutos estábamos sentados desayunando y pareciamos dos adolescentes enamorados disfrutando cada momento sin spsrtar las manos el uno del otro. Así era Kenan que parecía haberse adueñado de mi mano.

—Kenan...siento haberte herido, siento hacerte esperar tanto.

Sus ojos se posaron en los míos pero el solo sonreía, notaba su mirada admirsndime lo que provocaba un gran sonrojo en mis mejillas por lo cual tuve que apartar mi rostro.

—Te conozco Leyla, se que aun tienes miedo y aun así te enfrentarte a ellos, podía ver en tus ojos tu amor solo faltaba que lo dijeras, todo tiempo vale contigo Leyla, no he desperdiciado ni un minuto a tu lado.

Volví a besarlo cosa que se me estaba haciendo costumbre demasiado rápido y terminamos de desayunar listos para enfrentar lo que sea, juntos.

Uff espero les guste mucho, disfruten. Poco a poco iré subiendo otros relatos este es casi como una introducción

Otra personaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora