17

626 58 6
                                    

|Saqueo|

Shiro había estado rondando la basílica de San Pedro varias horas, con la intención de ver a donde le llevaba el zafiro, pero todo indicaba que tendría que entrar.

- *Pfff* Diablos, lo único que me queda es esperar a la noche para poder entrar. - Shiro dijo mientras caminaba bajo el cielo nocturno y caminaba por el mismo lugar de la noche anterior y veía a la misma niña.

- "¿Qué le habrá pasado?" - Shiro se pregunto  mientras se acercaba a la niña y se sentaba a su lado.

- Hola pequeña, ¿Cómo te llamas? - Shiro pregunto amable pero no recibió respuesta y la niña seguía mirando al piso.

- Shiro creo que deberías dejarla e irte. - Dijo Emilia calmada.

- "¿Irme? es solo una niña estando sola corre mucho peligro" - Shiro le dijo a Emilia serio.

- Viene alguien. - Dijo Emilia para curiosidad de Shiro.

- Pobres corderos perdidos. - Una voz femenina sonó delante de la niña y Shiro sonó captando la atención del peliblanco, aunque no pudo ver mucho por la farola justo detrás.

Lo que Shiro vio fueron 2 siluetas de lo que parecían ser mujeres.

- Tomen, rezare por ustedes. - Dijo la voz para irse de ahí junto a la otra.

- ¿Eh? - Shiro vio sus manos y vio unas monedas junto a un caramelo.

- Ella.... - Shiro vio las monedas en su mano mientras sentía como algo brotaba en su pecho y lo molestaba bastante.

- "¿Me acaban de confundir con un vagabundo?" - Shiro pregunto molesto.

- Eso parece. - Respondió Emilia.

- Esas... espera, ¿desde cuando me importa lo que la gente piensa de mi? - Shiro se pregunto confuso, actuó así más por instinto que por otra cosa. 

- "Guardare el dinero por si acaso" - Shiro pensó mientras las monedas en su mano desaparecían.

Shiro se vio a la niña a su lado e intento hablar con ella.

- ¿Qué tal? me llamo Shiro, ¿Cuál es tu nombre? -

La niña solo volteo a ver a Shiro con desinterés, y se percato que era la misma persona de la noche anterior.

- Ophis. - Respondió la niña sin más.

- Ophis, ¿Cómo terminaste en este lugar? - Pregunto Shiro.

- Camine hasta aquí. -

- ¿Y tus padres? deberían estar preocupados por ti. -

- No tengo. - Respondió la niña secamente.

- Oh, ya veo. - Shiro hablo con la niña un corto periodo de tiempo, y se dio cuenta de que parecía ser huérfana y no parecía mostrar ninguna emoción.

- Vamos, sígueme. - Shiro dijo mientras se levantaba y Ophis lo veía confuso.

- ¿Porqué? - Pregunto la niña calmadamente.

- No has visto nada de lo que este lugar tiene, acompáñame. - Dijo Shiro a lo que Ophis se levanto y empezaron a caminar pero Shiro se percato de algo.

- Ten, ponte mis zapatos. - Dijo Shiro mientras le ponía sus zapatos a Ophis para que no se lastime los pies.

Ambos caminaron por una pequeña parte de la ciudad mientras Shiro le decía varias cosas con un tono alegre, pero la niña solo mantenía su expresión indiferente.

- Llegamos. - Shiro dijo calmado mientras veía un pequeño claro, en el cual la luz de la luna caía directamente.

- ¿No es lindo? - Pregunto Shiro viendo a Ophis la cual lo veía a el con una mirada inexpresiva.

Reencarnado con un SistemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora