⚔️ Portal de suerte 🏹
—¡Ala! He ganado una vez más —exprese.
Me levanté de mi silla y abrí mi saco de dinero que estaba vacío desde esta mañana, pero ahora lo estoy llenando con las ochocientas monedas de plata que me gane en esta cuarta ronda de cartas que acepte jugar con estos hombres que ahora que estoy viendo mejor, me miran con mala cara como si les hubiera quitado algo.
Solo que sea porque volví a ganar. La suerte me sonríe de vez en cuando.
Escuche el rechinar de una de las sillas de los hombres con los que jugué, mire que ese hombre se puso de pie y se acercó a mi con una mano detrás de la espalda.
Ya se a lo que viene, no me sorprende.
—Que raro que hayas ganado cuatro veces seguidas —me dijo el hombre de barba blanca de candado que se acercaba más a mi hasta quedar a un lado mío tocando mi hombro derecho.
No me moví de dónde estaba, tampoco le exigí que me diera mi espacio personal porque algo que odio es que estén pegados a mi. Unas risas de parte de sus amigos me pusieron de mal humor, pero me contuve lo suficiente para no soltarles a los cinco una buena patada en su pequeño amiguito que cuelga entre sus piernas.
—Creo que jugaste sucio —su voz en mi oído me dio asco, esa respiración horrible que tocaba mi piel me estreso demasiado.
Esas palabras fueron suficientes para sacarme de mis casillas. Yo no acepto que me levanten falsos o que piensen algo de mi que no es verdad, soy consciente de mis actos, así que yo no me atrevería a hacer trampa en un juego en dónde se respetar las reglas.
Adoro ganar. Pero me gusta ser justa y limpia para así sentirme orgullosa de mi misma.
Sentí una punta delgada en mi espalda baja, ese objeto me empezó a dar un empujón como queriendo ser encajado.
Me gire repentinamente sujetando la mano del hombre donde tenía ese objeto afilado que tenía planeado encajarme hace apenas unos instantes. Torcí su brazo hasta llevarlo a su espalda y estampar su rostro arrugado sobre la mesa, está misma se sacudió por mi acto, causando que se cayeran los vasos con bebida que teníamos para acompañar la ronda, y las cartas esparcidas.
Tome el pequeño cuchillo en mi mano y admire el cabo tan bonito que tenía está arma, tenía tallado tres estrellas de forma vertical de la más grande a la más pequeña, brillaba un poco por las pequeñas cantidades de polvo rojo que se conseguían en bosques de Asocum. Un pueblo dedicado a la creación de armas.
—No me gusta que aseguren cosas sin ser confirmadas —tire de su brazo una vez más hacia su espalda.
Sus amigos se levantaron de las sillas uno por uno dando apenas un paso para acercarse, los amenacé con el cuchillo en mano señalando sus rostros uno por uno, después baje el cuchillos hasta la altura del cuello del que tenía sometido contra la mesa.
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Recompensa de Corazón
FantasySigrid es una cazarrecompensas temida por muchos y la más solicitada para distintos trabajos. Esta vez le toca raptar a un chico para llevarlo de vuelta a casa con mentiras y engaños. En el camino empiezan a surgir sentimientos hacía el otro, y es l...