Sigrid es una cazarrecompensas temida por muchos y la más solicitada para distintos trabajos. Esta vez le toca raptar a un chico para llevarlo de vuelta a casa con mentiras y engaños. En el camino empiezan a surgir sentimientos hacía el otro, y es l...
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—Entonces ¿Qué hacemos? —preguntó dándole un bocado a su torta.
—Conozco un atajo.
—Un atajo.
—¡Ahg! si. Un camino más corto que el largo —explique, me empine la cantimplora dando un gran trago de agua.
—Ya se lo que es un atajó, me refiero a por dónde empezamos.
—Yo soy la del plan. Camina. —Ordene y avanzamos a pie, jale a Indus después de que se terminará el alimento que le compré el día de ayer en el mercado.
El chico hizo una mueca de molestia, pero la que debería de estar molesta soy yo por lo que pasó en la mañana.
Me levanté antes que el joven para ir por provisiones antes de partir, fui a comprar temprano comida para mi caballo y para nosotros, como pan, bolillos, aderezos, algunas verduras y frutas. Un barril con agua que nos durará los tres días más o menos que nos llevaría salir de Bargonngia. Compré un mapa por si acaso algo hubiese cambiado en los últimos meses que no visitaba algunos lugares y así poder ubicarme.
Regrese y el amanecer ya alumbraba el reino con los rayos del sol, algunos aldeanos ya abrían sus ventanas para sentir el aire fresco del día. Esperaba que él ya estuviera despierto preparado para comenzar el nuevo día. No, al contrario, seguía dormido en una esquina cubierto por las cobijas.
Llegué molesta golpeando la madera para despertarlo, pero su sueño era más profundo que un pozo, ni siquiera mis gritos lo levantaron. Le arrojé la bolsa con verduras y eso fue lo que lo hizo abrir los ojos. Se levantó como si nada y me ayudó a subir las cosas, no se lo pedí en lo absoluto si no que bajó de la carreta acomodando las cobijas y cojines haciendo espacio para subir lo que traje.
Se supone que saldríamos temprano después de almorzar, pero apenas estamos almorzando gracias al dormilón.
—Para ser algo tan simple, cocinas muy rico Sigrid —terminó de comer y limpió su boca con un trapo.
Por favor solo le puse aderezo, lechuga, un pedazo de queso y jamón. No es para tanto.
Me llama por mi nombre este igualado.
Ya me canse de él y ni siquiera llevamos dos metros de recorrido.
Extendí el mapa de papel viejo, las ilustraciones de las tierras apenas se lograban distinguir con claridad, a veces la tinta se desgasta demasiado pronto como para borrarse poco a poco con el pasar de los días, lo coloque sobre la madera de la carreta mostrando los lugares que pasaremos para llegar.
Son casi tres meses para llegar a Auhajuplalt, el camino que tengo planeado tomar es de menor tiempo, un mes para ser exacta.
Recorreríamos más pueblos y bosques, que reinos y ciudades, puesto que la cantidad de habitantes es mucho menor, eso es lo que nos facilita más el camino sin impedimentos que nos distraigan.
