⚔️ Trabajando para el Rey 🏹
Oscuridad.
Cansancio.
Agotamiento.
Sueño.
Fue como termine.
Abrí mis ojos en dos parpadeos con pesadez del sueño tan profundo en el que caí hace unos minutos que termine con mi enemigo de una forma no muy agradable para él. Solo recuerdo que mi cuerpo cayó directo en las almohadas acogedoras de peluche tierno, tan suave que no pude negarme a quedarme ahí.
Me estaba despertando sin saber cómo fue que me quedé dormida en cuestión de ¿Segundos? ¿Minutos? Cómo sea, mis ojos se cerraron completamente formando el oscuro y negro abismo de mis pensamientos transformados en sueños abstractos.
Estire mis brazos hacía ambos lados con mis piernas de un lado a otro para despertar mis músculos. Fue ahí cuando no sentí la madera de las orillas de la carreta ni los cojines en los que empecé mi sueño.
Desperté en una cama individual con colcha de color amarilla con estampado de mándalas continuas en columnas de hojas con diferentes curvas que se extendían por toda la tela. Los cojines combinaban con el mismo color que el de la colcha, estos estaban mucho más grandes que los pequeños que cargo en el objeto con ruedas.
Mi cabeza estaba acostada entre dos de esos cojines, mis piernas descansaban en el colchón suave de la cama sin mis botas puestas.
Di un salto desconcertada en el colchón al darme cuenta de que estoy dentro de una habitación de un espacio no tan reducido. Estaba entre cuatro paredes con solo una ventana que quedaba al lado de la cama, que por cierto estaba muy junta de esas pared con vista al pueblo.
Me coloque en la cama sentada con las piernas dentro y mire a mi alrededor con las cejas impactadas de saber que no estoy en un lugar conocido. Encendí la lámpara del mueble pequeño que estaba a un lado de la cama con dos cajones y una puertita debajo.
La luz alumbró el lugar en dónde me encontraba; las paredes estaban de un color naranja claro casi como un color rosado mientras que el techo tenía una candelero con tres focos.
Me puse de rodillas sobre la cama acercándome a la ventana de dos puertas.
Sujete las manijas de las puertitas intentando abrirlas, me fue inútil, estaban muy apretadas y por más que jalaba los lados, no llegaba a mi resultado.
Busque entre mi cinturón mi cuchillo, con las palmas de mis manos me empecé a tocar a los lados de mi cadera hasta sentir la figura del filoso objeto que estoy buscando.
No lo sentí.
No lo tengo.
Desesperada, tome de nuevo las manijas de la ventana de cristal y empecé a tirar de ellas.
No me gusta pensar que no puedo salir, me estreso de solo sentirme sin salida. Mis sentidos se activaron iluminando desesperada el reflejo de la ventana por mi emoción de temor. Un temor del cual no soy capaz de escapar, el único miedo que tengo de los que la gente no sabe y no podrá saber jamás.
ESTÁS LEYENDO
Recompensa de Corazón
FantasySigrid es una cazarrecompensas temida por muchos y la más solicitada para distintos trabajos. Esta vez le toca raptar a un chico para llevarlo de vuelta a casa con mentiras y engaños. En el camino empiezan a surgir sentimientos hacía el otro, y es l...