UN FUTURO BRILLANTE

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―Hola ­­­­­­­­­­― = ­­diálogo

«Que habrá de comer» = pensamiento

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Cuarto regalo: Las armas del equipo

Cuarto regalo: Las armas del equipo

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Las miradas de Finn y Cristel se entrelazaron como dos estrellas que convergen en el vasto firmamento. Un brillo naciente de complicidad se reflejaba en sus ojos, compartiendo secretos y promesas en silencio. El espacio entre ellos se llenó con una energía vibrante y tangible, un eco sutil de las emociones que inundaban el aire a su alrededor.

―Entonces...―comenzó Finn, su voz apenas un susurro en la quietud de la habitación, ―¿esto significa que... que estamos juntos?

Cristel, con su sonrisa juguetona, se acercó lentamente a Finn, susurando casi a flor de labios. ―Creo que siempre lo hemos estado, Finn. Solo necesitábamos descubrirlo juntos.

La ternura se deslizó por la mirada de Finn, envolviéndolo en una bruma de emociones. Una sonrisa se dibujó en sus labios, la incertidumbre reemplazada por la dulzura de la complicidad compartida. Tomando la mano de Cristel, la atrajo hacia sí, envolviéndola en un abrazo que irradiaba un sinfín de esperanza y promesas.

En ese momento, la habitación parecía cobrar vida. Los rayos del sol matutino bailaban en las cortinas, arrojando destellos dorados sobre la habitación. Cada detalle, cada respiración, se volvía más nítido, y un nuevo capítulo en sus vidas comenzaba a desplegarse.

―Te prometo estar contigo en cada paso del camino ―susurró Finn, acariciando su mejilla. ―Juntos, enfrentaremos lo que venga.

Cristel asintió, acurrucándose más en su abrazo. ―Siempre fuiste mi roca, Finn. Ahora, más que nunca.

El tiempo pareció detenerse mientras el mundo exterior desvanecía en segundo plano. La luz matutina se volvió una metáfora de un nuevo amanecer, iluminando un sendero de infinitas posibilidades y, sobre todo, un amor recién florecido.

La habitación se llenó de risas suaves, cálidas y reconfortantes, marcando el comienzo de un capítulo que prometía aventuras y vínculos inquebrantables.

[...]

Desde ese momento, el tiempo había volado para Finn, una mezcla de caballero, entrenamiento y los dulces encuentros con Cristel llenaron sus días, otorgándole una vida ocupada pero plena.

Hoy, en su primer aniversario con Cristel, Finn estaba rebosante de felicidad. Su relación había estado colmada de momentos felices, con algunas discusiones ocasionales, pero nada grave. Para este día tan especial, Finn había planeado algo extraordinario.

―¿Cristel, estás lista?― preguntó un sonriente Finn, adentrándose en la casa de su amada.

―Casi lista ―respondió Cristel desde su habitación.

El Viaje del EquilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora