El Viaje del Equilibrio

EL PALACIO IMPERIAL

―Hola ­­­­­­­­­­― = ­­diálogo

«Que habrá de comer» = pensamiento

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Y llegamos al fin al final del arco, mi capítulo más largo hasta ahora, 9 700 palabras, aquí les dejo el último regalo, la lista de reproducción que se creó mientras escribía este arco

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―Entonces lo harás ―preguntó Hades, llevándose la jarra de cerveza a los labios.

Finn posó su propia jarra en la mesa que tenía delante y respondió con seriedad: ―Sí, creo que es el momento idóneo.

―Llevan ya ¿3 años? ―comentó Hades con duda, tras terminar su trago.

―Cuatro años, ocho desde que nos conocimos ―dijo Finn, dando un sorbo a su bebida antes de continuar. ―Me llamaron al palacio, tengo que ir dentro de dos días, me ascenderán a capitán.

―El plan va excelente, ¿verdad? Pero dime, ¿alguna vez descubriste quién era el sujeto X? ―inquirió Hades.

―No, no tengo manera de saber quién es. Solo sé que formaba parte de la guardia de la ciudad y eso fue hace ocho años. Quién sabe si se retiró ―respondió Finn mientras observaba a Hades levantarse para buscar otro barril de cerveza.

Desde la cocina, Hades siguió hablando: ―Y si murió, ¿qué harás?

―Nada, ya he decidido quedarme aquí. Tengo mi vida establecida ―mencionó Finn.

―Cierto, tienes tu propia casa, diversas tierras a tu nombre, amigos, un hermano, y una hermosa novia ―agregó Hades mientras salía de la cocina con el barril sobre el hombro y volvía a la mesa para reunirse con Finn. ―¿Y cuándo lo harás? ―preguntó, buscando una respuesta.

―Justo después de mi nombramiento, le pediré matrimonio ―aseveró Finn.

Fue así como concluyeron el tema, dedicándose a disfrutar de su noche de hermanos entre risas y cervezas.

[...]

Cristel estaba llena de felicidad. Hacía un año que sus hermanas se habían ido de casa después de graduarse de la academia, y por lo que las cartas le contaban, estaban prosperando en sus investigaciones y negocios. Esto le alegraba el alma; había dedicado su vida a ellas y verlas triunfar era su mayor satisfacción. A sus 32 años, estaba en un punto donde la mayoría de las mujeres habrían formado una familia o al menos tendrían un matrimonio. Sin embargo, Cristel había postergado cualquier aspecto personal que no fuese esencial. No había tenido relaciones durante su adolescencia, salvo algunos intereses amorosos antes de la tragedia que marcó su vida. Pero desde entonces, su vida amorosa había quedado en suspenso.

Finn fue su primer novio, su primer beso, su primer todo, y ella lo amaba apasionadamente. Estaba consternada y emocionada por saber que estaba embarazada del hombre al que amaba. Aunque Finn aún no lo sabía, Cristel planeaba darle la noticia después de su nombramiento al día siguiente.

Miró su estómago: no se notaba el embarazo, pero ella podía sentir cómo la esencia de dragón se concentraba en su vientre, transmitiéndole una sensación única y especial. Acarició suavemente su estómago, con una sonrisa de anticipación por el futuro que le deparaba junto a Finn y su hijo o hija. Aquella noche, se acostó con una emoción llena de esperanza y expectativas. El futuro que le aguardaba, la sensación de construir una familia con Finn, llenaba su corazón de alegría y anticipación.