RECUERDOS DE NUEVO AMANECER

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―Hola ­­­­­­­­­­― = ­­diálogo

«Que habrá de comer» = pensamiento

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En la espaciosa sala de preparación de la bace de Nuevo amanecer, la tensión era palpable. Los miembros de Nuevo Amanecer se encontraban reunidos en círculo, cada uno ocupado con su equipo y sumido en sus pensamientos. La misión que tenían por delante era la más grande y peligrosa hasta el momento, y estaban decididos a llevarla a cabo con éxito.

Hades, el fornido guerrero con su característica hacha, estaba afilando su arma con movimientos precisos. Cada raspada de la piedra de afilar producía chispas, y su rostro mostraba una mezcla de concentración y determinación. Sabía que su hacha sería su mejor aliada en la lucha contra el temible "dragón de las montañas".

Thalía, la arquera del grupo, revisaba su arco con cuidado. Alineaba las flechas y comprobaba la tensión del arco. Con manos seguras, ajustaba la cuerda y se aseguraba de que todo estuviera en perfecto estado. Sus ojos mostraban la confianza de alguien que había perfeccionado su habilidad en el arte de la arquería.

Irene, la valiente lancera, afilaba su lanza con movimientos decididos. Cada filo de su arma relucía, y estaba lista para enfrentarse al peligro que les aguardaba. Irene sabía que su destreza con la lanza sería esencial en la misión venidera.

Adán, el misterioso miembro del grupo, apretaba las vendas alrededor de sus brazos con firmeza. Era conocida por su velocidad y agilidad en el combate, y no quería dejar nada al azar. Sus ojos estaban fijos en su tarea, concentrados en cada detalle.

Elías, el imponente portador de un martillo de guerra, revisaba su arma con minuciosidad. Cada componente del martillo estaba engrasado y listo para el combate. Elías confiaba en la potencia de su martillo para abrirse camino a través de cualquier adversidad que se les presentara.

Finn, el líder del grupo, no solo comprobaba su espada, sino que también repasaba el plan de acción en su mente. Sabía que, en esta misión, la coordinación y la estrategia serían cruciales. Su espada centelleaba en la tenue luz de la sala, y sus ojos reflejaban una determinación inquebrantable.

Cuando todos terminaron sus preparativos, se miraron con una mezcla de respeto y camaradería. Estaban listos para enfrentar al "dragón de las montañas" y poner fin a la amenaza que representaba. No eran solo compañeros de caza, sino amigos que confiaban los unos en los otros con sus vidas.

Finn habló con voz firme, recordando los detalles del plan:

―Recuerden, no subestimemos a esta criatura. Aunque no sea un verdadero dragón, sus poderes de fuego son peligrosos. Irene, mantén tu distancia y busca oportunidades para atacar. Thalía, desde la retaguardia, asegúrate de que nuestras flechas sean precisas y certeras. Hades, abre el camino para nosotros y mantén a la bestia ocupada. Adana, usa tu agilidad para evitar sus ataques. Elías, tu martillo será nuestro último recurso. Y yo estaré en el centro, coordinando nuestros movimientos.

Los miembros de Nuevo Amanecer asintieron en señal de comprensión. Sabían que estaban a punto de enfrentarse a una amenaza formidable, pero estaban dispuestos a hacerlo juntos.

Con su equipo preparado y su estrategia en su mente, el grupo salió de la sala de preparación y se dirigió hacia la entrada de la ciudad, donde les esperaba el reto que los llevaría a lo más alto de su carrera como cazadores. La noche estaba en calma, pero dentro de cada uno de ellos ardía la determinación de superar cualquier obstáculo y regresar victoriosos.

El Viaje del EquilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora