Las sirenas de las patrullas de la policía parecen resonar más fuerte por aquella calle. El peligro crece y algo en él se enciende.
Quiere algo más escandaloso.
Adrenalina, entretención, agitación... excitación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Corre fuerte, únicamente por la oscuridad, y mientras lo haces sonríele con diversión y coquetería descarada, escucha a su mente aconsejarle traviesamente. Así lo hace, así lo seduce, así juega con él.
Recibe una respuesta positiva e igual de coqueta, pues él no es de los chicos que se quedan atrás. Wonbin sonríe más y aumenta la velocidad, dejándolo atrás.
Las sirenas de las patrullas de la policía parecen resonar más fuerte por aquella calle. El peligro crece y algo en él se enciende.
Se tropieza y ambos ríen. El más alto le pasa rozando el hombro y le dirige una mirada por sobre el hombro con altanería y arrogancia, con burla y socarronería.
Las sirenas siguen sonando y ellos siguen corriendo y mirándose, sin perder de vista al otro. Porque entran en la boca del lobo juntos y salen juntos.
Son la pareja perfecta, pero lo mantienen en secreto.
Dedos fríos, largos y pálidos rodean su muñeca delgada y él se sobresalta. El contacto helado le causa escalofríos y una electricidad que sube y baja desde su cuello hasta el final de su columna.
"Aquí", escucha en medio del revuelo y corren en dirección a la derecha, metiéndose en un callejón y divisando una casa o alguna mierda de lugar abandonado. No le importa y no le presta mayor atención.
Sungchan le sonríe amplio y de una patada abre la puerta de aparente metal, esta cae al suelo en un ruido sordo y se meten dentro. El azabache le arrastra dentro del lugar y le lleva hasta aquellas feas y grandes escaleras.
Él le sigue porque es Sungchan, su compañero de misiones y batallas, su chico malo favorito, su mejor amigo con demasiadas ventajas.
Suben apresurados los escalones y cuando llegan hasta el segundo piso, Wonbin es estampado contra la pared y es besado brusca y sensualmente; las salivas y las lenguas calientes abrazándose con pasión. Es un beso que indica el éxito de su nuevo y ya acabado trabajo.
La boca de Sungchan es exquisita, su perfume es cautivador y su cuerpo es grande y fuerte; cálido y reconfortante. Todo ha salido bien, ellos una vez más se han reído en la cara de los idiotas policías y una vez más han conseguido robar el dinero suficiente para disfrutar de todos los lujos que se les antojen.
Wonbin no era así, seis años atrás, en sus quince años jamás se habría imaginado vivir de esta manera, vivir con el peligro y el miedo de ir a la cárcel en cualquier momento, miedo que desaparecía mientras estaba con Sungchan y sus bocas colisionaban.
No, él no era así, pero...
"Estoy tan dentro de ti", susurra el alto sobre sus labios, sonriendo victorioso.
Y él no hace nada más que asentir, devolviéndole esa sonrisa.
"Sí, estás muy dentro."
Es irreversible.
Y las sirenas siguen sonando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
