Una semana después...
Esta noche es la despedida de Ibon, que ya ha terminado la residencia y va a trabajar de médico adjunto a partir del lunes. Sonrío al pensar que ya se ha hecho mayor. Recuerdo cuando yo terminé, y el nerviosismo al pensar que a partir de ese momento, la responsabilidad de lo que pasara en mi quirófano pasaría a ser mía. Estará nervioso como lo estamos todos, pero Ibon es muy bueno, lo hará bien.
Me apetece mucho la fiesta, la verdad es que hace un día buenísimo y además tengo un vestido nuevo que me queda muy bien, y que estoy deseando estrenar. Adri, que vive más cerca del lugar de la fiesta, me ha invitado a su casa para prepararnos, y me ha hecho un peinado muy bonito. Son las típicas 2 trenzas de espiga, muy prietas, y con el flequillo hacia un lado puesto con mucha gracia. Después me he pintado los ojos muy negros, en plan mujer fatal, y los labios de granate oscuro, a juego con el vestido. Adri también está muy guapa, con un peinado despeinado y su vestido azul. Las dos, divinas.
- Somos divinas - le digo a Adri mientras la abrazo por la cintura para hacernos un selfi.
- ¡Ya te digo, vamos a quemar la ciudad! - Sonrío al pensarlo. Planazo.
Vamos en taxi a la cena, y llegamos justo a tiempo, porque Javi, que está ya un poco piripi, está sacando una ronda. Nos pregunta, y yo, en lugar de mi habitual coca-cola de antes de cenar, decido que hoy es el día en el que todo da igual, y pido un kalimotxo. Ya que hoy Vi no va a estar, y yo puedo relajarme de verdad, he pensado que puedo permitirme el lujo de perder un poco el control. Adri me mira con las cejas levantadas, supongo que un poco sorprendida.
- Vamos a quemar la ciudad, ¿no? Pues necesito gasolina - le digo guiñándole un ojo.
Me sonríe complacida. Hace tiempo que intenta arrastrarme a los garitos turbios que abren por la noche hasta tarde, y yo habitualmente me resisto, porque prefiero irme a casa a una hora más prudente y fumarme un peta tranquilamente en el sofá, pero hoy iré. Haré todo lo que me dé la gana y más. Porque puedo. Porque quiero.
Pasado un rato nos dicen que la mesa ya está lista, y entramos dentro. He estado hablando un poco con todo el mundo, con Rosana, con Ibon, con Nell... Todo el mundo está contento, parece que hoy estamos todos con ganas de fiesta, lo cual alegra bastante mi estado de ánimo, ya de por sí alegre.
Es un restaurante coqueto del centro, con iluminación suave y música agradable de fondo. Los platos van pasando, cada uno más delicioso que el anterior, y yo doy buena cuenta de todos, a sabiendas de que, si pretendo seguir bebiendo al ritmo de esta gente, más me vale hacer un buen colchón. Charlamos de todo y nos lo pasamos muy bien. Nell nos cuenta batallitas de su viaje de novios, con mucha gracia, la verdad, mientras Ibon, que ya está un poco piripi (algo sin precedentes), le hace toda clase de preguntas indiscretas. Y Adri y yo nos partimos de risa. "Como me gustan estas fiestas. Me alegro de haber venido".
Durante la cena noto que mi móvil vibra varias veces, pero decido no hacerle caso. Creo que hoy no voy a mirarlo hasta que llegue a casa. Así me olvido de Vi. Porque a pesar de mis esfuerzos, hay algunos momentos de la cena en los que me acuerdo de él, y más cuando ponen el video, y le veo disfrazado y haciendo el tonto. Me rio, pero por otro lado le añoro. Adri me aprieta la rodilla como para darme ánimos. Y yo lo agradezco.
Terminada la cena, salimos a la calle y yo aprovecho para encenderme un cigarro, mientras vamos a un bar para seguir con la fiesta. Al entrar nos dirigimos hacia la barra y tras la habitual ronda de chupitos me pido otro pote. Empiezo a estar borracha. "Bien". Salimos las chicas a la pista a bailar y lo damos todo, con los temas pachangueros varios, y en un momento dado observo a un par de colegas de Ibon, que también han venido a celebrar su noche especial. Uno de ellos me suena mucho, creo que ya le hemos visto en alguna otra ocasión, y además está bastante bueno. Lo típico: moreno, ojos grandes, barbita, alto y un poco cachas, pero no demasiado, aire un poco zarrapastroso... el típico tío que me gusta. Decido que es mi ocasión de aprovechar para ligar con él, así que me acerco a ellos con un chupito para cada uno, y le digo a Ibon, que no deja de sonreír, que me lo presente.
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Tres son compañía
General FictionLore lleva una vida tranquila, dentro de lo que cabe. Sin embargo, pronto alguien de su pasado aparecerá y trastocará su mundo, lo que la llevará en una espiral de sentimientos desenfrenados. Descubrirá que puede haber mucho más de lo que jamás imag...