17.- MERRY

20 1 0
                                    

Cuando Gael sale del salón hacia su cuarto, como le he pedido, yo suelto despacio el aire para calmarme un poco. Esa mamada ha sido... Joder, ha sido grandiosa. Estoy tan salido en estos momentos que no sé si conseguiré hacer que dure un poco... pero lo deseo. Muchísimo más de lo que pensé que fuera posible. Ahora mismo no hay nada que me apetezca más que hacerle mío toda la noche. 

Me ha gustado tener el control hasta ahora. De hecho, aún sigo teniéndolo, aunque casi he estado a punto de perderlo por su lengua. Es tan caliente... Madre mía. Cojo el canuto del cenicero y le doy un par de caladas más mientras cierro la puerta de la chimenea. Puedo ver mi reflejo de pasada en la televisión apagada, y creo que mis ojos ahora mismo casi se podría decir que dan miedo. Dentro de mí las emociones bullen, el deseo que siento por él totalmente desbocado. Me paso la mano por la cara para recuperar el control antes de quitarme el pantalón del pijama y dirigirme a su habitación.

Cruzo el umbral y le veo ahí, tumbado, quieto, con los ojos cerrados y la polla tan dura como la tenía cuando ha salido del salón. Pensé que se le bajaría un poco por hacerle esperar, pero veo que las expectativas lo mantienen a punto para mí. De acuerdo, eso me gusta. Mucho. Me subo a la cama y, aún sin tocarle, le hablo:

- Bueno lindo, realmente es ahora cuando empieza el juego. No quiero que abras los ojos hasta que yo lo diga, de acuerdo? Quiero que te dejes llevar y que me obedezcas. - Su boca se entreabre un poco y deja escapar un suspiro ante mis palabras, y sé que este juego le gusta. - Solo quiero que hables si te pregunto algo, o para decirme que quieres parar. Si no, déjate llevar. Me has entendido?

- Sí. - Su voz es apenas un susurro ronco, y sé que casi no puede más. 

"Bien..."

Me coloco entre sus piernas y comienzo a acariciar con mis manos sus muslos, poco a poco, desde la rodilla hacia arriba, pasando tan solo las llemas de mis dedos delicadamenre sobre su piel, despertándola. Su suavidad me maravilla, y también su olor, embriagador, a él. Llego despacio hasta sus ingles, rodeo su polla para acariciar su estómago... y veo que él levanta un poco la pelvis como pidiéndome que se la toque, porque está excitadísimo. Puedo ver la punta brillando con el semen, que está a punto de salir disparado. 

Su piel arde, noto el calor en las yemas de mis dedos mientras la recorro lentamente, y sus jadeos empiezan a ir a más, mientras yo me acerco más a él, y comienzo a soplarle un poco. Me maravillo con la perfección de su cuerpo, cada uno de sus músculos, su piel morena y suave, y la boca entreabierta por el deseo que sé que le está embriagando... y que a mí está empezando a llenarme por dentro hasta no poder contenerme. Tengo que esforzarme para no abalanzarme sobre él. Le doy unos besos suaves por toda la pelvis y el jadea de nuevo. Después, con la punta de mi lengua chupo sus testículos y el gime con la sorpresa, se retuerce un poco, y yo no puedo evitar sonreír.

- Vas a tener que estar quieto si no quieres que pare. Crees que podrás? Contéstame.

- Si, no... N-no lo sé. Lo intentaré.

Y lo intenta, veo que se esfuerza en no moverse mientras mi lengua, implacable, llega a la base de su erección. La rodeo y suavemente recorro su longitud para finalmente, al llegar al glande, rodearlo con ella. Sus jadeos aun aumentan más, y murmura que por favor siga, que no pare... y mi polla empieza a desear lo mismo, se me está poniendo durísima, y dudo que pueda soportarlo mucho más. Deseo hundirme en él, lo deseo con locura, pero primero quiero que se corra para mí. Quiero degustar su sabor en mi boca, y mientras mi lengua sigue lamiendo su glande, que está sonrosado y a punto de estallar, meto un dedo, que he chupado previamente, por entre sus glúteos, porque sé que eso lo va a volver loco. Y efectivamente, como sabía que pasaría, en el momento en que mi dedo entra en él y lo muevo un poco en círculos por su interior, mientras mi lengua traza idénticos círculos en su punta, se corre gritando, sin moverse a penas, como me ha prometido, lo que hace que sea más intenso. Mis dedos siguen en su interior, ahora dos en lugar de uno, torturándole, preparándole mientras el torbellino de placer le absorve.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tres son compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora