Gael me ha preparado el desayuno, qué mono es. Siento una gran ternura en mi interior cuando lo miro a los ojos y le doy las gracias por tomarse la molestia. Está guapísimo, con el pelo revuelto y cara de sueño.
Ambos desayunamos tranquilamente charlando de todo, conociéndonos cada vez mejor, mientras devoro las tostadas que ha preparado para mí. Ni me había dado cuenta del hambre que tenía.
A eso de las 11 y media decido que ya es hora de irme. Después de localizar mi ropa, me pongo la camisa encima del corpiño, y los vaqueros directamente sobre sus boxers. Gael me observa desde el umbral de la puerta mientras me visto, con la mirada que parece que me va a atravesar, y cuando alza una ceja al ver que me voy a quedar con su calzoncillo, le digo:
- Tranquilo, te lo devolveré el próximo día. - Entonces, su mirada se torna maliciosa, abre su cajón de la ropa interior y saca mi tanga.
- No te preocupes, nena, esto se quedará aquí de rehén hasta que lo traigas. - No puedo evitar que me entre la risa.
- De acuerdo, trato hecho. Además, así tengo una excusa para volver pronto. - Le guiño el ojo y él me dice:
- Cuando quieras. Yo trabajo de tarde toda la semana, pero Merry suele salir para las 7, y luego podemos cenar los tres. Y si no, el finde, ¿no? ¿O tienes guardia?
- No, hasta dentro de 2 semanas no tengo. Luego me toca doblete, pero bueno, prefiero no pensarlo mucho. Lo vamos hablando.
Me quedo pensando un momento en que espero que podamos quedar pronto. Aún no me he marchado de aquí, y ya empiezo a sentir un poco la sensación de que todo ha sido un sueño. Pero en realidad, ha sido mejor que real. Me dirijo hacia la puerta y Gael me acompaña, y justo antes de abrirla se acerca a mí y me abraza, para luego tomar mi cara entre sus manos y darme un beso largo, dulce y apasionado a la vez, con su lengua enroscándose con la mía.
- En serio, nena, será mejor que te vayas ya, o al final acabaré por no dejarte marchar.
Me mira y veo pasión en sus ojos, y puedo notar su erección. No me resisto y le acaricio suavemente por encima del bóxer, para luego acercarme a su oreja y susurrarle.
- Mmm, suena tentador. Pero no nos conviene. Un poco de aplazar la gratificación siempre viene bien, ya sabes. - Le doy otro pico y abro la puerta, y cuando salgo y me doy la vuelta, puedo ver que la pasión se ha convertido en lujuria, y sonrío con satisfacción. Y más cuando veo que traga saliva intentando calmarse antes de hablar.
- Nos vemos, nena.
- Nos vemos, tremendo. – Le dedico un guiño de pasada y me subo en el ascensor suspirando de felicidad. Uno de los mejores días de mi vida, sin duda.
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Tres son compañía
Narrativa generaleLore lleva una vida tranquila, dentro de lo que cabe. Sin embargo, pronto alguien de su pasado aparecerá y trastocará su mundo, lo que la llevará en una espiral de sentimientos desenfrenados. Descubrirá que puede haber mucho más de lo que jamás imag...