5.- LORE

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Merry está arrodillado ante mí, mientras Gael me sigue acariciando, haciendo que las pequeñas descargas de electricidad que parecen salir de sus dedos me atraviesen en oleadas. El tono dulce de Merry me acaricia cuando vuelve a hablar.

- Y dime. ¿Qué es lo que quieres? - Yo estoy respirando como una locomotora mientras intento ordenar mis ideas.

- Díselo Lore. Dile lo que quieres o pararemos, - dice Gael mientras hace una pausa breve en sus caricias, con su tono susurrado que parece derramarse en mi oído, directo a mi mente. Yo respondo sin tener que pensarlo demasiado:

- Todo, lo quiero todo. Os quiero ver juntos, y también os quiero para mí... Lo quiero todo.

- Vaya vaya - la sonrisa de Merry impregna sus palabras. - Así que lo quieres todo... Veamos lo que podemos hacer.

Su mano sube por mi rodilla lentamente para unirse a la de Gael, recorren juntos mis muslos y llegan al botón de los vaqueros, para bajarme luego la cremallera y quitármelos, llevándose el tanga, ya empapado, con ellos. Al notarlo gimo otra vez mientras arqueo mi espalda, y giro mi cabeza hacia la boca de Gael, que también respira entrecortadamente, para alcanzar sus labios y degustarlos, ardiendo de deseo.

Merry, que aún está de rodillas ante mí, abre mis piernas más para poder ver bien el centro de mi deseo. Intuyo lo que va a hacer, y estoy deseando que lo haga. Pero se recrea en la anticipación, juega con mi necesidad, mientras su mano se posa sobre la que tengo en la entrepierna de Gael, que habla de nuevo.

- Mira como estoy. ¿Puedes sentirlo? Estoy deseando follarte, y Merry está deseando comerte entera. ¿Quieres que lo haga, Lore? –Merry sopla suavemente mi botón, que está hinchado de deseo, y a mí se me escapa un suspiro. - Dímelo.

- Sí por favor, hazlo, estoy a punto...

Merry introduce un dedo dentro de mí, pasando a través de mi excitación sin ningún esfuerzo, y su otra mano mueve la mía acariciando a Gael mientras lo hace. Sus gemidos y los míos se mezclan mientras nuestras lenguas se enroscan, y Merry mueve sus manos para agarrarme del culo con ellas, en un gesto posesivo que me vuelve más loca aún. Acercando su cara hacia mí sexo comienza a lamerme, con ansia y con deleite, succionándome mientras no puedo evitar gemir en la boca de Gael. Éste retira mi mano de su erección para que sólo me concentre en Merry y su lengua, que ahora da toquecitos suaves en mi clítoris mientras sus dedos entran y salen de mí, con un chapoteo que delata lo excitada que estoy. Gael, que ya nota cómo mi orgasmo está a punto de llegar, sujeta la cabeza de Merry en mi entrepierna mientras yo, que ya no puedo más, termino por correrme, gritando, con la lengua de Gael bebiéndose mis gritos.

Después, me voy calmando un poco, y Merry se incorpora y se quita la camiseta, mientras me mira y se relame, y se arrodilla de nuevo, esta vez entre Gael y yo. Ahora nos tiene a uno a cada lado, ambos a su alcance.

Le observo con atención, recorriendo con avidez todos sus detalles, mientras mi respiración se ralentiza. El dorado de su pelo contrasta a la perfección con el azul imposible de sus ojos y la negrura de sus pestañas. Sus pómulos altos le dan un aire de estrella de cine, con una belleza atemporal, espectacular. Tiene un torso muy bonito, bien esculpido, pero sin estar demasiado musculoso, con un vello rubio y suave que lo recubre, unido en una línea que atraviesa su estómago para perderse más allá de su cintura. Y yo me imagino a mí misma quitándole la ropa para poder ver bien lo que hay más abajo.

Mientras me calmo, paradójicamente la respiración de Gael se empieza a acelerar poco a poco. Al mirarle veo que está mirando a Merry, taladrándole con la mirada y trasmitiendo que se muere por ser devorado por él como yo lo he sido hace un momento. Merry, que ahora mira como Gael se acaricia lentamente, vuelve a relamerse con toda intención. Y yo, otra vez a punto de la combustión espontánea.

Tres son compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora