; partiendo de "Con pasos inseguros" se hace mención a una dinámica incómoda/indebida adulto-menor.
»paternidad.«
Estado o circunstancia del hombre que ha sido padre.
Nueva España | Año 1757.
Teodora Villavicencio.
Sería poco cierto decir que Teodora odiaba a su padre o la relación que llevaban, una mentira completa. Quizá simplemente detestaba el hecho de que él desapareciera durante meses sin dar señales de vida, sólo para después reaparecer con dos o tres regalos bonitos, unas palabras ensayadas y un abrazo incómodo. Luego, exigía saber a detalle su vida, pero ni siquiera se esforzaba por responder alguna de las seis cartas que solía enviar; anteriormente, eran más de once.
Con el tiempo, dejó de mandar cartas o molestarse por su constante ausencia. En su lugar, aprendió a escuchar y aceptar sus excusas vacías. Estaban también los regalos, algunos demasiado sencillos y otros demasiado extravagantes, incluso molestos para una niña de doce años. No podía quejarse ni pedir algo más, no sentía que lo mereciera, y tampoco había intentado hacerlo. No destacaba en nada que fuera del agrado de su padre.
Y luego estaba esa parte: no sentía que fuera del agrado de su padre.
Cuando él la veía a los ojos y murmuraba las palabras de cariño comunes entre padre e hija, Teodora apartaba la mirada para no notar la falsedad en su expresión y respondía algunas palabras similares aunque pesaban en su pecho. Odiaba la mentira.
Pero fuera de eso, estaba bien, en realidad. Don Lorenzo no creía que su hija debiera limitarse a las reglas impuestas por la sociedad. A pesar de una pelea con su mujer, Doña Beatriz, y las críticas de la alta sociedad, él logró lo que deseaba: educar a su hija más allá de las labores domésticas. En esa época, las mujeres aprendiendo matemáticas era prácticamente un mito, no una realidad; sin embargo, a Don Lorenzo poco le importó y consiguió quien le enseñe lo básico a su hija. Teodora descubrió que, de hecho, le encantaban los números.
Se obsesionó luego con las artes marciales para su hija, al no encontrar a nadie dispuesto a enseñarle a una niña, recurrió al hijo de su hermano para cumplir su deseo. Aunque, de nuevo, esto causó una discusión familiar.
Y dicha escena se desarrollaba en el salón principal de la mansión.
Los miembros de la familia estaban reunidos en la sala, todos visiblemente molestos. Teodora se encontraba parada cerca de Don Lorenzo, su padre y cabeza de la familia. Mientras él descansaba tranquilamente en el sofá, la pelirroja juguetaba con sus uñas, ansiosa por el plano familiar.
—Lorenzo, esto es inaceptable. Deberías reconsiderar esta decisión. —suplicó Doña Beatriz, juntando las manos para apoyar su petición, aún cuando sabía que era inútil.
ESTÁS LEYENDO
Flores y Mantillas | Teochitl.
FanficLas Leyendas AU. "Todos estamos rotos, todos nos rompemos, por el roce de un alfiler o por el golpe de un martillo, pero nadie está menos roto que otro, y nadie está a salvo de romperse tarde o temprano." Cuando Xóchitl Ahuactzin fue separada de su...