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__ M I K O __
No me sirvió de nada intentar reprimir mi sonrisa, cuando llegué a mi casa seguía ahí, pero al ver a Mariana se extendió aún más.
- A ti te pasó algo - afirma sonriente al ver mi expresión de entusiasmo cuando me bajo del auto. Nos saludamos y busqué las llaves para entrar a la casa -. Pue' cuenta puñeta.
Mariana es una persona bastante difícil de satisfacer. Quiero decir, ella sabe apreciar las cosas y ser agradecida, pero de ahí a complacerla honestamente no es nada fácil. Así como tampoco lo es sorprenderla o hacer que se emocione.
Pero el que su sonrisa se haga presente por mi felicidad me llenaba el pecho completamente, y más cuando me escuchó hablar atentamente sobre todo lo que estaba pensando con Lucy.
- Oa puñeta, está' bien enchulada - me dice burlona empujando mi hombro con diversión. Me rió un poco y asiento enérgica -. Ya sabia yo que te la habías besao', con ese atractivo que tienes...
- Ya - alargo la "a" y hecho mi cabeza hacia atrás entre risas -. Pue' la verda' e' que sí, Lucy me tiene enchulada.
- Se nota, cabrona, no te sale disimular - se burla pero luego hace una pequeña pausa -. No quiero arruinar el momento pero, ¿no e' muy rápido pa' bellaquear con ella? Digo... acabas de terminarlo con Andy.
- Lo sé, pero estamo' yendo despacio, no quiero apresurar na' - pensé un momento la siguiente respuesta -. El tema con Andy e' complicao', pero se trabaja, ya tu sabe'.
- Que bien que lo tenga' todo bajo control - palmea mi rodilla y se levanta para buscar comida en la heladera -. Y tiene' mi bendición pa' estar con Lucy, ella e' genial - suelto una carcajada y prendo la TV para poner música.
- Gracias por tu bendición - le sigo el juego y salto en mi lugar cuando recuerdo algo importante -. ¿Tú no tiene' na' pa' contar? - Aparece nuevamente con un tarro de dulce de leche en mano, el cuál me regaló Lucy una de las primeras veces que fui a su casa.
Mariana niega con la cabeza pero yo agudizó la mirada, provocando que alce sus cejas confundida.
- ¿Segura? - Asiente -. So, ¿me negará' que pasa algo con la amiga de Lucya? - Lo recuerda y sus mejillas se tiñen de rojo. Le tiro una almohada -. ¡Lo sabía, pendeja! Cuenta, cuenta - exclamo emocionada.
- Bueno, pero déjame preparar algo que tengo hambre - se queja desde la cocina.
- Yo también tengo hambre - exclamo y la escucho soltar una queja -. I love youuu.
- Yo no.
Me rio de su respuesta y me pongo cómoda cuando encuentro un programa que atrapa mi atención.
Sin embargo, mi celular interrumpe mis planes de tranquilidad.
Pero lo que realmente altera mi estado de ánimo es el nombre que aparece en la pantalla.
