Bella Pov
El día siguiente fue mejor... y peor.
Mejor porque llovía, aunque no me hubiera importado. Tardaría algún tiempo en acostumbrarme por fin al tiempo húmedo. Fue más fácil porque sabía mejor qué esperar del día. Mike se sentó a mi lado en inglés y me acompañó a mi siguiente clase, con Jessica coqueteando con los dos durante todo el camino. Hoy no me miraban tanto como ayer. Empecé a sentir que pisaba el agua en vez de ahogarme en ella.
Fue peor porque el Sr. Varner me llamó cuando no tenía la mano levantada, y tenía la respuesta equivocada. Era peor porque tenía que jugar al voleibol y la única vez que no esquivé el balón, golpeé a dos de mis compañeros en la cabeza. Y era miserable porque Rosalie Hale no iba a la escuela.
Cuando a la mañana siguiente entré en el colegio con Mike -intentando, sin conseguirlo, que mis ojos no recorrieran el lugar en busca de ella-, vi que sus cuatro "hermanos" estaban sentados juntos en la misma mesa. Emmett me vio mirando hacia su mesa y me dedicó una gran sonrisa, sus dientes cegadores contra su piel oscura, y me saludó con la mano. Le devolví el saludo, pero me di cuenta de que Edward me miraba fijamente. El chico escuálido no me intimidaba en absoluto.
No vino, y a medida que pasaba el tiempo me irritaba más y más. ¿Había hecho algo para ofender a Rosalie? Diablos, apenas tuvimos una conversación. Pero pasara lo que pasara, no podía deshacerme de la persistente sospecha de que yo tenía la culpa de que ella no estuviera allí.
Cuando por fin terminó la jornada escolar, subí a mi camioneta y rebusqué en mi bolso para asegurarme de que tenía lo que necesitaba. Anoche me di cuenta de que Charlie no sabía cocinar mucho, así que me ofrecí a encargarme de la cocina durante el resto de mi estancia. Tenía mi lista de la compra y el dinero que Charlie me dio, y me dirigí a Thriftway.
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"¿Conoces a los Cullen?" Le pregunté vacilante a Charlie durante la cena que había preparado. Era una cena silenciosa, pero a ninguno de los dos nos importaba. Era cómoda.
"¿La familia del Dr. Cullen? Sí, son buena gente. ¿Por qué?"
"Los uh chicos parecen... que no encajan muy bien. Pero todos me parecen bastante agradables". Añadí rápidamente a mi frase, quitando la mirada que tenía en su cara. "Son todos muy... atractivos".
Se rió entre dientes. "Deberías ver al doctor. Menos mal que está felizmente casado. A la mayoría de las enfermeras les cuesta concentrarse con él cerca".
Volvimos al silencio mientras terminábamos de comer. Limpié la mesa mientras él fregaba los platos. Cuando terminamos, Charlie volvió a la tele y yo subí a empezar los deberes. Sentía que se estaba creando una tradición.
El resto de la semana transcurrió sin incidentes. Me acostumbré a la rutina de mis clases. El viernes ya era capaz de reconocer, por no decir nombrar, a casi todos los chicos del colegio. En gimnasia, los de mi equipo aprendieron a mantener el balón lejos de mí en todo momento. Me mantuve fuera de su camino.
Rosalie seguía sin venir al colegio.
Por lo que yo sabía, Rosalie había abandonado los estudios. Todos los días observaba, fingiendo que no miraba, hasta que el resto de su familia entraba en la cafetería sin ella. Y todos los días me desplomaba decepcionado, pero participaba en una conversación. La mayoría giraba en torno a una excursión al Ocean Park de La Push que Mike estaba planeando para dentro de dos semanas. Acepté ir.
"Está nevando", dijo Mike, sonriendo al cielo. Probablemente vio el ligero ceño fruncido en mi cara cuando las bolitas de algodón cayeron sobre la acera. "¿Qué, no te gusta la nieve?".
"La verdad es que no". Traté de acelerar el paso hacia adentro, pero él se estaba tomando su tiempo.
"¿Has visto nevar antes, Arizona?".
"Sí". Hice una pausa. "En la tele".
Mike se rió. Y entonces una bola grande y húmeda de nieve le golpeó la nuca, haciéndonos girar a los dos. Sospeché de Eric, que se alejaba, de espaldas a nosotros... la dirección equivocada para su clase. Mike cogió su propia bola de nieve, sin mirar en mi dirección cuando me alejé.
Jessica me acompañó a la cafetería después de español. Le pareció muy gracioso que me protegiera con una carpeta de la bola de nieve que volaba por todas partes. Algo en mi expresión le impidió lanzarme una. Mike me alcanzó cuando entramos por la puerta, riendo, con su habitual cara pálida enrojecida por la nieve. Él y Jessica hablaban animadamente de una pelea de bolas de nieve después de clase, lo que me hizo suspirar. Por costumbre, me volví hacia la mesa del rincón. Me quedé helada ante lo que vi.
Ya está aquí. Rosalie por fin estaba sentada a la mesa.
"¿Bella?" La voz de Jessica rompió mi concentración en ella. "¿Vas a buscar algo?"
Sacudí la cabeza. "No. No tengo tanta hambre". Cogí una limonada y esperé a que se sirvieran el almuerzo. Giré la cabeza hacia otro lado pero los miré de reojo. Ninguno miraba hacia aquí.
Todas se estaban riendo. El pelo de Alice y Rosalie estaba ligeramente húmedo gracias a la nieve. Edward se apartaba de Jasper, que sacudía el pelo chorreante hacia ellos, mientras Emmett reía. Al igual que todos los demás, estaban disfrutando del día nevado.
"¿Qué miras?" preguntó Angela, haciendo que agachara la cabeza. "Rosalie Hale, ¿eh?"
"Cállate", refunfuñé, haciéndola soltar una risita, pero no volvió a comentarlo.