Bella Pov
Caminé hacia la clase de inglés algo aturdido. Cuando entré por la puerta no me di cuenta de que la clase ya se había extendido.
La voz irritada del Sr. Mason fue mi primera pista. "Gracias por unirse a nosotros, Sra. Swan".
Alégrate de que haya venido, pensé. Con la cara enrojecida, me apresuré a sentarme.
No fue hasta que terminó la clase que noté que Jessica no estaba tan habladora como de costumbre, y recordé que la había hecho enojar al no aceptar su oferta para ir al baile. Pero no mucho después de que empezáramos a caminar, empezó a ser ella misma. Jessica empezó a ponerse más entusiasta mientras hablaba del parte meteorológico para el fin de semana. Se suponía que la lluvia se tomaría un breve descanso, así que la excursión a la playa de Mike sería posible.
Estaba ansiosa y confusa a la vez cuando por fin llegué a la cafetería. ¿Qué quería decir Rosalie con que me vería en la comida? ¿Me ignoraría como de costumbre o me saludaría desde su mesa?
Mis ojos se dirigieron directamente a la mesa cuando tomé asiento, pero la decepción no tardó en invadirme. Sólo había cuatro personas, y Rosalie no era una de ellas.
Suspirando para mis adentros, jugué con mi botella de limonada, apenas prestando atención a lo que Mike decía.
"Rosalie te está mirando", me susurró Angela. Levanté la vista hacia ella, sólo para ver a mi amiga más alta asintiendo en una mesa. "Probablemente podría adivinar por qué está sentada sola hoy". Aparté la mirada de ella para ver a Rosalie, efectivamente, sentada sola. Hicimos contacto visual y me indicó que me acercara a ella.
"Debería ir a ver qué quiere", murmuré, sin esperar respuesta. Me levanté lentamente de la silla, sintiendo demasiados pares de ojos puestos en mí cuando estaba al final frente a Rosalie.
Me dedicó una suave sonrisa y me señaló un asiento. "Hoy deberías sentarte conmigo". Seguí sus instrucciones, lanzándole una mirada confusa.
"Así que... esto es diferente", comenté. "¿A qué se debe la nueva disposición de los asientos?".
"¿Qué, no puedo sentarme con un amigo?".
"¿Amigo?"
"Aunque yo no sea una buena amiga para ti", hizo una pausa, "supongo".
Apoyé los brazos en la mesa, acercándome más a ella. "¿Y por qué no serías una buena amiga?".
Rosalie siguió mi acción. "Porque soy peligrosa. En todo caso, deberías alejarte de mí".
"¿Y si no quiero?".
Me dedicó una sonrisa burlona. "Entonces es una decisión estúpida". Rosalie bajó la vista hacia la botella que yo sostenía y luego me miró. "¿No tienes hambre?"
"No", le dije. "¿Y tú?
"No, no tengo hambre". Sonrió como si me estuviera perdiendo algún chiste interno. Mordiéndose el labio, Rosalie echó un vistazo a la cafetería casi vacía y se puso de pie. "Deberías ir a clase o vas a llegar tarde".
Me puse de pie con ella. "¿No vas?"
"Es sano hacer novillos de vez en cuando", dijo.
Fruncí el ceño pero asentí. "De acuerdo. Supongo que nos veremos".
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"La Cruz Roja va a hacer una campaña de donación de sangre en Port Angeles el próximo fin de semana, así que he pensado que todos deberíais conocer vuestro grupo sanguíneo". El Sr. Banner sonaba orgulloso de sí mismo. Se me revolvió el estómago, mis ojos seguían clavados en el dedo sangrante de Mike. "Los que aún no tengáis dieciocho años necesitaréis el permiso de vuestros padres... tengo papelitos en mi mesa".
