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"Mi nombre es Abril Garza y acabo de conocer a una chica linda."

-Abril.

-¿Cómo has estado? Hace mucho que no hablábamos.- Murmuré alcanzándola y caminando a su lado.

Demoró en responder, pero cuando lo hizo sentí mis manos temblorosas.

-Me has ignorado, así que supongo que no te interesa mucho cómo esté.

-Sólo quería mantener las distancias.- Susurré repentinamente avergonzada.

-¿Lo lograste?.- Inquirió sin dejar de caminar y mirando al frente.

-Evidentemente no.- Le contesté con su resoplido.

-Me alegro.- Dijo con un tono elevado pero vacío de sentimientos.

Siguió caminando hacia su auto.

-Tú me estás ignorando ahora.- Le reproché.

-No es cierto.- Desmintió entrecerrando los ojos mientras se apresuraba.

-Sí, lo estás haciendo.- Insistí.

-¿Y cuál es el problema? Tú lo has hecho por medio mes.

Se detuvo junto al Impala y me miró detenidamente; un calor incómodo se esparció por mi cuerpo.

-Está bien, me equivoqué.- Acepté sonrojada.

-¿Y?.- Su pregunta me desconcertó.

-¿Y qué?.- Quise saber.

-¿Qué quieres que haga?

Ella seguía manteniendo los ojos en mí y notaba como su mandíbula se tensaba cada vez más.

-¿Disculparme?.- Dudé.

-Estás disculpada.- Dijo entonces, sacudiendo la cabeza y abriendo la puerta del auto sin mirarme otra vez.

Me removí en mi lugar, girando la cabeza para ver que los autobuses siguieran allí, y suspiré frustrada.
¿Sólo me diría "disculpada" y listo?

-Sigues enojada conmigo.- Dije entre dientes.

-¿Por qué habría de estarlo?.

Dejó la puerta abierta y giró a verme.

-Porque te obligué a qué me besaras
frente al resto de la secundaria.- Murmuré apresuradamente.

Sus cejas se alzaron con notable sorpresa y arrugó la nariz.

-Nadie me obligó.- Musitó segundos después.

-¿Por qué lo hiciste entonces?.- Averigüé cruzándome de brazos.

-Porque... quería.- Dijo con tono dudoso.

-No te creo, sin embargo, voy a fingir que sí.- Llevé las manos a mi cintura y entorné la mirada.-Ahora dime qué te molesta y por qué me tratas así.- Le exigí en tono de reproche.

De repente, su rostro se tensó y se rascó la nuca con evidente enojo.

-¡Porque es lo que querías, Abril!.- Masculló.
Sentí su mirada acusadora puesta en mí.-Tú lo dijiste, olvidémonos de lo que hay entre nosotras, finjamos no conocernos, alejémonos.- Repitió mis palabras.

-Y tú dijiste que no olvidabas, que me conocías de antes y que no te alejabas de lo que querías.- Le recriminé sintiéndome realmente enojada.

¡Ella no era como yo! Y no tenía por qué hacer caso a mis estúpidas palabras dichas un mes atrás.

Estúpida Rivera || AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora