Back To Life |Libro II| Ticci-Toby

Ya no hay reglas en juego

Listo. Jeff ya me había hartado. Tiempo atrás seguro que me habría sonrojado y escaparía de la situación pero ahora era capaz de rebanar el cuello del sonrisitas con tal de callarlo. Entré a mi habitación seguido por un gran estruendo de parte de la puerta. Agarré la ropa que Vailly había dejado para mí y me cambié.

— ¿Mitchie?

La puerta se abrió lentamente llamando mi atención.

— Sally.

— ¿Puedo dormir con vos?— Preguntó la pequeña. — No puedo dormir y Slenderman está ocupado... De nuevo. — Ella volvió la mirada a mí. — Prometo no molestar, por favor Mitchie.

Un pequeño recuerdo me golpeó mareándome por unos segundos.

Alguien golpeó la puerta tres veces.

— ¿To-oby? ¿Puedo dormir contigo otra vez?

Era Sally, la pequeña y adorable niña del vestido rosa. Toby se quedó en silencio por unos momentos, como si pensara en que responderle o como si a mi fuera a molestarme ese hermoso acto.

— ¿Toby?

El me miró y sonreí mientras asentía con la cabeza, no me molestaba en lo más mínimo.

El abrió la puerta y ella lo miraba sonriendo. Sally soltó una pequeña sonrisa y lo abrazó, generando un pequeño vacio en mi interior. Era una escena que me recordaba como mis padres habían cuidado de mi cuando era niña... Y como habían cambiado luego de aquel incidente.

— Gracias. – La pequeña niña ingresó al cuarto con una gran sonrisa.

No estoy segura de que fue lo que sucedió en ese momento pero todo en mi cuerpo me decía que aceptara. De la nada otra imagen apareció en mi mente: Una niña con una melena anaranjada corría atravesando la puerta principal de una casa. Había vivido esta escena antes, pero no había sido ni con Sally ni con Toby.

— ¡Mitchie! ¡Mitchie! – La niña se volteó hacia mí sonriendo. Movió sus pequeños labios y pronunció unas palabras que no pude escuchar.

— ¿Qué?

— ¿Mitchie? ¿Estás bien? – La voz de Sally me regresó a la normalidad ¿Qué había sido eso?

— L-lo siento, Sally. — Una punzada comenzó a palpitar a un lado de mi cabeza. — Solo... Te diré una sola cosa. — Bufé. — Si llegas a ver algo raro en mí, movimientos extraños o algo que no te parezca normal de mí... Corres y llamas a Vailly o Toby.

— ¿Por qué?

— Promételo.