"Ella"

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Abrí los ojos.

Me encontraba dentro de una habitación totalmente blanca. Mi vista volvía lentamente de unas manchas oscuras. Mis músculos estaban completamente tiesos y el mínimo movimiento me generaba dolor. A pesar de todo, me moví. Estaba acostada en un sillón del mismo color y un gran ventanal iluminaba todo el lugar. Miré a mí alrededor. Había una pequeña mesa ratona llena de algunos dibujos y escritos extraños, estos estaban amontonados en un gran desorden como si alguien hubiera estado buscando algo en específico.

"¿Dónde estoy?" – Pensé.

Me levanté del sillón y revolví mi mano entre los dibujos hasta agarrar uno al azar. Un circulo negro con una 'X' que lo cortaba.


*

"— Hazlo.— Murmuré.

Sin ninguna respuesta del asesino que se encontraba frente a mí me desesperé y volví a pedir.

— Vamos, hazlo. – Lo miré y me acerqué. — ¡Hazlo! ¡Mátame! ¡Eso es lo único que necesito!"

  *  


Sentí un golpe en mi cabeza y comencé a sentir escalofríos. Mis manos temblaban y mi vista se mareaba. Con confusión, tomé otro dibujo donde había una niña con sangre en su ropa.


  *  

"— ¿Te tienes que ir?

— Sí, prometí... Juré que me iría hoy y me gusta cumplir mi palabra. Además, ese era el trato. Solo una noche, pero agradezco haberte conocido pequeña. – Sonreí y la niña me abrazó fuertemente.

— ¿Volverás a visitarme?

— Me encantaría. Algún día volveré solo para verte. – Sonreí. Esa niña me hacía acordar a mi hermana menor, Hope."

  *  


Hope


Pintura


Golpe


Mi cabeza latía intensamente y en mis ojos unas pintitas negras aparecían para marearme. Levanté los otros dibujos desesperadamente, buscando una respuesta que no sabía siquiera si estaba ahí. Lo único que lograba era ahogarme en recuerdos que, por más raro que sonara, no recordaba. ¿Quiénes eran estas personas? ¿Por qué veía todo esto? ¿Qué eran esas cosas?

Y lo vi. Un dibujo llamó mi atención desde la lejanía.

Lo sostuve entre mis manos. Mi corazón latía fuertemente a una gran velocidad, podía sentir un peso en el pecho y el dolor de mi cabeza volvía, generando un vaivén de puntadas en mis sienes. Era una tortura. No podía recordar nada de lo que sucedía. No entendía que había pasado. Era un chico –un adolescente—, grandes lentes naranjas, un yelmo metálico y un buzo extraño con varias manchas rojizas. Lo conocía, yo sabía quién era...

Back To Life |Libro II| Ticci-TobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora