Back To Life |Libro II| Ticci-Toby

Secretos revelados

Entramos a la vieja guarida dentro de esos viejos departamentos. Ambos caminamos hasta la habitación del fondo, la vieja habitación de Mitchie.

— Este, como notarás, era el cuarto de Mitch. — Liz caminó dentro mientras yo lo analizaba. – La primera vez que llegó se quedó encerrada aquí por una semana antes de salir de nuevo. Decidimos dejarla sola, todos habíamos pasado por un trauma de tal magnitud que nos hizo querer encerrarnos en nosotros mismos. Pero... Algo nos obligó a entrar a esa habitación para ayudarla.

— Las pesadillas.

— Exacto. – Contestó ella fríamente. — Al principio no prestamos atención pero estas se magnificaron con el paso de los días. Vailly entró para intentar ayudarla, ya sabes, ella siempre tuvo un afán por ayudar a los demás, la escuchó murmurando palabras mientras dormía, como si tuviera una pesadilla. Pero no parecía que fuera por haber asesinado a alguien o por los eventos pasados últimamente... Esas pesadillas apuntaban a un lugar más profundo en su memoria. Mucho antes de que los conociera a ustedes. Por eso necesito hablar contigo ¿Cómo fue que se conocieron? O, mejor dicho... ¿Cómo la encontraste cuando se conocieron?

— Ella... Ella quería suicidarse. — Contesté. – Yo solo estaba buscando una víctima para asesinar... Pero su manera de pedirme que la asesine me frenó. No sé porqué pero me vi a mi mismo y a algunos de mis compañeros en su dolor. El típico sufrimiento que viven todos antes de empezar a asesinar... Aunque ella era diferente... La inocencia emanaba de su ser.

— Te la llevaste con los demás.

— Sí, pero porque ella me lo pidió. –

"...Déjame ir contigo. – Repitió ella. – Lo sé, debe sonar ridículo pero... Por favor... No tengo donde ir. — Ella tomó mi brazo. — Al menos por una noche... Por favor..."

— ¿Te ha contado algo de su pasado?

— Solo sé sus padres la odian y que realmente no les importa ella.

— Tú los asesinaste ¿Verdad?

Corrí mi mirada.

— ¿Por qué?

— No lo sé. – Cerré mis puños con impotencia. — Cuando ella se fue lo primero que hice fue ir a casa de sus padres esperando que ella estuviera allí. Pero encontré a sus padres cenando felices y celebrando que ya no la tenían de carga. Había pasado un mes y ellos no se preocuparon en lo más mínimo.

— Fuiste cegado por la furia y el dolor de Mitch.

— Y los asesiné.

— ¿Luego qué?

— Solo volví a la cabaña y ayudé a buscarla por el bosque. – Bufé cansado. — ¿Crees que me odie por ello?