Capítulo 3

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POV Harry

El gran comedor de Hogwarts estaba lleno de estudiantes, todos con la mirada fija en el estrado donde el director Dumbledore se levantó para dar su discurso de bienvenida. A pesar de mis recuerdos pasados, los nervios seguían siendo palpables. Sabía que esta vez no estaba destinado a Gryffindor, pero no podía evitar la sensación de ansiedad mientras escuchaba las palabras de Dumbledore.

El director pronunció palabras de ánimo y exaltó los valores de las cuatro casas de Hogwarts: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tenía sus propias cualidades y fortalezas, y Dumbledore elogiaba a todos los estudiantes por sus habilidades únicas, era de tal manera que no parecía falso excepto para el ojo experto. Además yo sabía que no encajaba en la casa que siempre había considerado mi hogar en mi vida anterior.

Finalmente, llegó el momento que todos esperaban. El Sombrero Seleccionador fue colocado en un taburete en el centro del estrado. Los estudiantes aguardaban con anticipación mientras el sombrero comenzaba a cantar su canción, describiendo las cualidades que buscaba en cada casa. El proceso de selección estaba en marcha, y los corazones de los estudiantes latían con emoción.

Cuando llegó mi turno, caminé hacia el taburete y me senté con determinación. El sombrero se deslizó sobre mi cabeza, cubriendo mis ojos y sumiéndome en la oscuridad. Susurros y susurros resonaban en mi mente mientras el Sombrero Seleccionador evaluaba mi naturaleza y mis experiencias pasadas. Sabía que no era el niño inocente que había sido en mi vida anterior, y eso influyó en su decisión.

Después de un breve momento que pareció una eternidad, el Sombrero Seleccionador finalmente tomó su decisión. No era Gryffindor. Tampoco Hufflepuff ni Ravenclaw. Mi destino en esta nueva vida estaba en la casa Slytherin. El sombrero anunció su elección, y un murmullo recorrió la sala.

Me levanté y caminé hacia la mesa de Slytherin, donde me senté con una mezcla de sorpresa y aceptación. Sabía que mi nueva vida en Hogwarts sería diferente a lo que había conocido antes. No era el niño que sobrevivió ni el héroe que había enfrentado a Lord Voldemort. Ahora era Harry Potter, el hermano menor de James, y mi camino en el mundo mágico estaba tomando un rumbo inesperado.

El estrado estaba vacío, y todos los estudiantes habían sido clasificados en sus respectivas casas. El director Dumbledore se puso de pie una vez más, mirando a la multitud de jóvenes con su característica expresión sabia y serena.

"Quiero felicitar a todos ustedes por haber llegado a Hogwarts", comenzó, su voz resonando en la Sala de Recepciones. "Estoy seguro de que cada uno de ustedes demostrará ser un valioso miembro de nuestra comunidad mágica. Hogwarts es un lugar para aprender, para crecer y para forjar amistades que durarán toda la vida".

Sus palabras eran reconfortantes, pero también se cargaban de significado. Dumbledore sabía que Hogwarts era un lugar donde las decisiones que tomábamos y las amistades que hacíamos podían influir en el rumbo de nuestras vidas.

"Recuerden que, independientemente de la casa a la que pertenezcan, todos somos parte de una comunidad más grande", continuó Dumbledore. "La diversidad de nuestras casas es lo que enriquece nuestra experiencia en Hogwarts. Trabajen juntos, aprendan de los demás y, sobre todo, sean fieles a ustedes mismos".

Concluyó su discurso con una sonrisa cálida y un destello en sus ojos azules que parecía transmitir un mensaje adicional. Todos los estudiantes, independientemente de su casa, eran bienvenidos y tenían un lugar en Hogwarts. Pero no eran más que mentiras.

La cena comenzó, y mientras observaba la mesa de Slytherin, pude sentir las miradas frías de algunos de mis compañeros. Sabía que mi apellido, Potter, no era precisamente bienvenido en esta casa. En especial, James, que pertenecía a Gryffindor, me miraba con ojos que echaban chispas. La rivalidad entre Gryffindor y Slytherin parecía más intensa de lo que había recordado.

En la mesa de Slytherin, me encontré rodeado de mis nuevos compañeros de casa, todos ellos mirándome con una mezcla de curiosidad y desconfianza. Decidí entablar una conversación para romper el hielo y conocer mejor a algunos de ellos.

Me dirigí a un chico de cabello oscuro que estaba sentado cerca de mí. "Hola, soy Harry Potter. Soy nuevo en Slytherin. ¿Cómo te llamas?"

El chico me miró con recelo por un momento antes de responder: "Soy  Regulus Black. No sé por qué te han enviado a nuestra casa, pero supongo que tendremos que acostumbrarnos a ello".

Asentí, comprendiendo que mi llegada a Slytherin había causado cierta controversia. "Entiendo que esto pueda ser inusual, pero estoy dispuesto a dar lo mejor de mí en esta casa".

Otro chico, de cabello rubio, se unió a la conversación. "Soy Malfoy, Lucius Malfoy. Soy el prefecto de quinto año, os guiaré hasta la sala común. He oído hablar de los Potters. ¿Eres realmente un Potter?"

Asentí de nuevo. "Sí, soy el hermano menor de James Potter. Pero no quiero que eso influya en nuestra relación. Quiero hacer amigos y aprender aquí en Slytherin".

Regulus y Lucius intercambiaron miradas y luego asintieron, como si hubieran llegado a una especie de acuerdo tácito.

A pesar de la desconfianza inicial, sentí que podría encontrar una forma de encajar en Slytherin y construir amistades en esta nueva vida. Mi tiempo en Hogwarts prometía ser diferente a lo que había conocido en mi vida pasada, pero estaba decidido a aprovechar esta segunda oportunidad al máximo.

La cena en el Gran Comedor finalmente llegó a su fin, y el momento de la primera visita a la Sala Común de Slytherin se acercaba. Narcissa Black y Lucius Malfoy, los prefectos de quinto año, se pusieron de pie y comenzaron a dirigir al grupo de estudiantes de primer año hacia la salida.

Harry Potter observó a Narcissa y Lucius mientras caminaban por el pasillo hacia la Sala Común. Era evidente que ambos estudiantes mayores tenían una presencia imponente y una actitud de confianza que imponía respeto en los demás Slytherins. Mientras caminaban, Lucius habló con voz autoritaria:

"Escuchen, chicos. La Sala Común de Slytherin es un lugar especial, y aquí en nuestra casa, tenemos reglas y una jerarquía que deben respetar. Ser leales a nuestras creencias y valores es fundamental".

Narcissa agregó: "Como Slytherins, valoramos la sangre pura y la tradición. Esperamos que todos ustedes también compartan esos valores. Mantener la pureza de sangre y la herencia mágica es una prioridad para nosotros".

Al llegar a la entrada de la Sala Común, Lucius dio la contraseña al retrato de un hombre mayor que colgaba en la pared. El retrato se apartó, revelando el acceso a la Sala Común de Slytherin. Los estudiantes entraron y se encontraron en un ambiente lujoso y opulento, decorado con tonos verdes y plateados.

Narcissa continuó explicando las reglas y la jerarquía en Slytherin. "Aquí, en nuestra casa, la lealtad y la determinación son fundamentales. Los estudiantes mayores tienen autoridad sobre los más jóvenes, y se espera que sigan nuestras indicaciones. La jerarquía en Slytherin se basa en la astucia y la ambición".

Lucius asintió con firmeza. "Estamos aquí para ayudarlos y guiarlos en su tiempo en Hogwarts. No duden en acercarse a los prefectos si tienen alguna pregunta o necesitan orientación".

Los estudiantes de primer año escucharon atentamente y asintieron en señal de acuerdo. Harry Potter, aunque consciente de las diferencias en esta nueva vida, estaba listo para enfrentar los desafíos que le esperaban en Slytherin y para encontrar su lugar en esta jerarquía única de la casa de las serpientes.

El ascenso del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora