Makarios Gaunt era un niño de casi cuatro años que vivía en un sombrío orfanato. Su pelo tan negro como la noche caía desordenado sobre su frente, enmarcando un rostro pálido y serio. Lo que más destacaba de él eran sus ojos, unos ojos inusuales de un profundo tono carmesí, como si el fuego mismo ardiera en su interior. En aquel lúgubre orfanato, su mirada desafiante y enigmática contrastaba con el entorno gris y desolado que lo rodeaba. Nadie sabía de dónde venía ni por qué había llegado allí.Makarios, con tan solo cuatro años, era un niño que parecía haber nacido con una mirada imperturbable en su rostro. Desde el día en que llegó al orfanato Wool, la hostilidad y el rechazo se convirtieron en compañeros constantes. Las monjas que cuidaban de los niños lo veían con desconfianza, como si el mero hecho de mirar sus ojos carmesíes las llenara de temor.....
31/10/1974
Makarios se encontraba en su pequeña y lúgubre habitación en el orfanato. A punto de cumplir cuatro años, sabía que no pertenecía a ese lugar. Siempre había sentido que era diferente, especial de alguna manera. Los niños mayores del orfanato a menudo se burlaban de él y lo molestaban, pero él tenía un secreto que planeaba usar para escapar.
La noche antes de su cuarto cumpleaños, Makarios se sentó en la oscuridad de su habitación. Una vela parpadeante era la única fuente de luz en la estancia. Sus pequeños dedos se movieron en un patrón mágico mientras susurraba palabras antiguas y prohibidas. El aire a su alrededor se volvió pesado, y un aura de poder mágico llenó la habitación.
Las llamas de la vela bailaban y se intensificaban, y de repente, todo explotó en un torbellino de fuego oscuro. El orfanato tembló, y las llamas consumieron todo a su paso. Makarios observó con una mezcla de asombro y satisfacción cómo el edificio se reducía a cenizas. La policía muggle llegaría al lugar al día siguiente, pero no encontrarían respuestas. La única explicación posible sería que todos los niños y el personal habían perecido en un trágico incendio.
Makarios, por otro lado, había desaparecido en las sombras de la noche. Había planeado su escape con cuidado y se dirigió al Callejón Knockturn, el rincón más oscuro y siniestro del Callejón Diagon. Aunque era solo un niño de cuatro años, sabía que encontraría respuestas y refugio en ese lugar de magia oscura.
Al llegar al Callejón Knockturn, la atmósfera se volvió aún más sombría. Tiendas con vidrieras empañadas y mercaderes siniestros vendían objetos y artefactos mágicos prohibidos. Makarios avanzó con cautela, sus ojos rojos destellando con determinación.
Fue entonces cuando un hombre encapuchado, con un aire siniestro y malévolo, se le acercó. "¿Qué hace un niño tan joven en un lugar como este?", preguntó el hombre con una sonrisa que revelaba dientes afilados.
Makarios mantuvo su mirada firme. "Estoy buscando respuestas, señor. Respuestas sobre quién soy y por qué tengo este poder".
El hombre asintió, como si hubiera sentido, o más bien olido la magia en el niño. "Tienes el don, el don de la magia oscura. Pero con ese poder, vienen responsabilidades y peligros. Debes estar dispuesto a pagar el precio".
Makarios no vaciló, sabía con quien hablaba, era su billete para hablar con él. "Lo haré. Quiero saber más. Quiero encontrar mi lugar en este mundo".
El hombre asintió de nuevo y le ofreció su ayuda. "Te llevaré con él, pero ten en cuenta que el mundo de la magia oscura es peligroso y lleno de engaños. Debes ser fuerte y astuto para sobrevivir".
Makarios tomó la mano del misterioso hombre, Fenrir Greyback, un hombre lobo con un aura inquietante, cuando le ofreció llevarlo con "otra persona". Sabía que en ese momento estaba dando un paso crucial en su búsqueda de respuestas. Su control sobre la magia era asombroso, y su determinación era inquebrantable. No tenía miedo; su poder de destrucción era evidente, y ahora, lo único que le importaba era su propia vida y la búsqueda de porque estaba allí.
Fenrir Greyback, con una sonrisa maliciosa en su rostro, lo llevó a través del Callejón Knockturn y por pasajes oscuros y siniestros que Makarios conocía perfectamente. Finalmente, llegaron a la zona de aparición y se esfumaron. Llegaron a una ubicación secreta, una puerta cubierta por enredaderas retorcidas. Fenrir tocó un símbolo mágico en la puerta, y esta se abrió con un crujido.
La habitación a la que entraron estaba bañada en sombras y decorada con artefactos oscuros y ominosos. En el centro de la sala, sentado en un trono de aspecto amenazante, se encontraba un hombre con rasgos serios y ojos penetrantes. Era Lord Voldemort, el Señor Oscuro, cuya mera presencia llenaba la sala con un aura de malicia y poder.
Makarios miró a su alrededor, asombrado por la magnitud de la oscuridad que lo rodeaba. Esto no era lo que recordaba. Fenrir Greyback se inclinó ante Voldemort con respeto y anunció: "Mi Señor, he traído a este joven mago. Él busca respuestas y está dispuesto a unirse a nosotros en la búsqueda del poder y el conocimiento oscuro".
Fenrir Greyback, el hombre lobo, había presentado a Makarios ante Lord Voldemort en una sala lúgubre y ominosa. Voldemort evaluó a Makarios con atención, su cara, su ropa, su pelo y los ojos, tan rojos como los suyos, era como ver una foto suya del orfanato. El silencio en la sala era pesado, mientras Voldemort examinaba a Makarios de arriba a abajo.
Finalmente, Voldemort rompió el silencio con su voz serena y siniestra. "Tus ojos, son tan rojos como los míos. Eso no es algo que se vea todos los días. ¿Tienes alguna idea de lo que significa?"
Makarios se mantuvo firme, pues el poder y la malicia de Voldemort que eran abrumadores lo hacían sentir seguro y en casa. "No lo sé, Señor. Pero siempre he sentido que soy diferente, especial de alguna manera".
Voldemort sonrió, un gesto que era más escalofriante que amigable, hasta sus palabras coincidían, pensó . "Eres un niño valiente por buscar respuestas en la magia oscura. Fenrir, retírate por ahora."
Fenrir Greyback se inclinó ante Voldemort y salió de la sala, dejando a Makarios solo frente al Señor Oscuro. La atmósfera se volvió aún más tensa, y Voldemort continuó hablando. "Los ojos rojos son un signo de sangre mágica pura de Slytherin y un poder especial. Sólo los descendientes del gran Salazar poseen tal don mágico. Así que dime ¿Quién eres?".
"Tú"
¿Qué? Lord Voldemort escuchó atentamente mientras Makarios le contaba su vida o anterior vida y cómo había aparecido en el orfanato Wool en una canasta con la nota que decía "Makarios, el hijo del diablo". También mencionó que había quemado el orfanato.
A medida que Makarios compartía su historia, Voldemort observaba sus ojos rojos, tan intensos como los suyos propios. Si fuera otro ya estaría retorciéndose bajo el cruciatus. Pero en el fondo podía sentir su alma y la de Makarios ir en sincronía como una misma. Apenas había diferencias en sus vidas.
Finalmente, Voldemort habló: "Te creo. ¿Qué buscas?".
Makarios lo miró con curiosidad y expectación. "Respuestas, y evitar mi ... tú muerte y destrucción. También quiero a Harry Potter"
Voldemort sonrió de manera siniestra. "Te adoptaré como mi protegido y aprendiz. Te enseñaré los secretos de este mundo, encontraremos respuestas y tendremos a Harry Potter. Juntos, forjaremos un destino oscuro y poderoso."
El joven mago asintió. "Sí, es más fácil si soy tu hijo. Evitaremos las estúpidas profecías y gobernaremos el mundo".
La sonrisa de Voldemort se amplió. "Entonces, desde este día en adelante, serás Makarios Gaunt."
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El ascenso del Fénix
FanfictionUniverso paralelo de Harry Potter ¿Cómo le sentará la paternidad a Lord Voldemort? "La vida de Harry Potter, el niño que sobrevivió, había sido una serie de aventuras y desafíos en el mundo mágico. Pero, en un giro inesperado del destino, Harry enco...