sails up!

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Dolores miraba a la que se había convertido en su hija desde el umbral de la puerta de la alcoba de la capitana. Estaba haciendo una bolsa con las cosas que necesitaría para irse los dos- tres meses para la reunión. Eco calculaba que les llevaría unas tres semanas llegar, y otras para volver. Y seguramente tendrían que quedarse más tiempo allí, no se quedarían un día únicamente. Aún así había alargado lo máximo posible el tiempo fuera.

-¿Que vas a hacer con el Capitán y tu hermana?- le preguntó a la chica Swann.

-Ignorarlos- respondió ella con una risa incómoda mirando a Dolores.

-No te parece que es mejor hablarlo- le dijo ella rodando los ojos y entrando a la alcoba- Han pasado años. No han tenido noticias tuyas en tanto tiempo, ni siquiera saben si estás viva- le dijo ella tratando de convencerla.

-Ya lo sé- respondió ella, agotada. Ya no guardaba rencor en su corazón hacia ninguno. Simplemente nada, ni odio ni tristeza. Nada. Total y absoluta indiferencia- Si te sirve de algo, si ellos intentan arreglarlo no me negaré, pero yo no voy a insistir. Relación cordial- Dolores sonrió pues Eco había estado practicando su español esos años que estuvo en Herea, y le estaba cogiendo el tranquillo (aunque pronunciaba como cualquier inglés)-Además no sabemos a ciencia cierta si Sparrow está vivo- le dijo ella sin mirarla.

-¡Oh por dios! Tú sabes perfectamente que si, Eco- dijo ella exasperada y cogiéndole de los hombros para que la mirara- Solo no permitas que te hundan. Estás feliz, no quiero verte como cuando llegaste- le dijo dándole unos toqucitos en la barbilla.

Eco sonrió y le dio un abrazo rápido. Ella salió de la habitación mientras la Capitana del Clitemnestra terminaba sus preparativos. No iba a mentirse a sí misma. Si quería ver a todo el mundo, para que vieran lo bien que ella estaba. Que ahora era feliz. Quería ver a Jack. Su muerte la tuvo llorando durante todas las noches desde que llegó a Herea. Sin contar las pesadillas. Diferentes tipos de repeticiones de aquel día. En la que ella era la que moría. En la que Elizabeth moría. En las que Lizzie y Jack se casaban delante de ella. Todas la despertaban llorando y acelerada, Dolores venía después. La calmaba sin decir palabra y cuando eso pasaba, la mayor se marchaba. Llevaba un mes sin tenerlas. No pensaba renunciar a su felicidad. No pensaba volver. Cordial todo. Ir y volver. ¿Que podría pasar?

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-¿No vienes con nosotras?- preguntó Adela a Dolores haciendo un puchero. Se encontraban ya en el puerto de Herea, con el barco preparado y la tripulación presente. Casi todo el pueblo se había acercado a despedirlas, pues conocían la importancia de la misión. Desde que se habían convertido en el puerto de la capitana del Mediterráneo, había mucha más economía y más barcos se acercaban. Pero jamás ninguno se había atrevido a hacerles nada, ni ningún otro señor se había acercado. Era como una ley no escrita que los señores no se mezclaran en los territorios d otros.

El día era bastante soleado por lo que no pensaban tener ninguna tormenta, por ahora al menos. El puerto de Herea estaba plagado de colores y de buen ambiente, era el puerto pirata más tranquilo de todos y eso se reflejaba. En este había muchos barcos pero, sin duda, era fácil identificar cuál era el Clitemnestra. Era el más grande de todos, parecía incluso un barco de reyes y reinas, su color era también peculiar pues era azul real y dorado. Dolores les había contado que consiguieron robarlo su tripulación y ella de Cádiz cuando eran jóvenes. Las chicas de Jade adoraban ese barco y definitivamente no lo darían por nada del mundo. Eco comenzaba a entender que sentía Jack por su Perla.

-Me temo que yo ya no estoy para tanto viaje- dijo la más anciana- ademas tengo que cuidar el pueblo en la ausencia de la capitana-.

Eco le sonrió mientras se acercaba al par. Le beso la mejilla mientras llevaba un barril de cargamento al barco.

-Nosotras te lo agradecemos- dijo Preciosa.

-Te echaremos de menos, Loli- terminó Adela mientras cogía el barril de su capitana desde la tabla que les permitiría entrar al barco. La segunda se sacudió las manos y miró al cielo. Estaba agotada y sentía si estómago revuelto. Regreso los ojos a su tripulación y su mirada se encontró con Isa, que la miraba preocupada. La capitana le dedicó una sonrisa tratando de evadir las preocupaciones d la chica y se giró para volver con Dolores.

Cuando llegó a su lado, la abrazó largo y tendido. La antigua pirata le dio un beso en la sien. Era un ritual que tenían ambas. Suponían que así Eco volvería sana y salva siempre. Era una especie de bendición.

-En tres meses nos tienes aquí- le dijo Eco separándose de ella mientras las demás se despedían de la misma manera.

La tripulación se subió al barco, ya sabiendo a donde se dirigían, todas estaban orgullosas y deseosas de hacer la primera aparición como Tripulación del Mediterráneo. Eco estaba nerviosa, sus manos temblaban y aún les quedaba mucho tiempo en Mar hasta el lugar de la reunión. Suponía que iba a tener algún que otro ataque de pánico si no conseguía calmarse. Lo cual no le apetecía demasiado, pues no le apetecía parecer débil en frente de ellas. Preciosa, su segunda, se acercó a su posición en el timón y le puso la mano en la espalda a su capitana, lo cual ayudó a calmarla parcialmente.

-¿Vino Luis?- preguntó ella mirándola a los ojos.

-Se despidió anoche- dijo Eco con una sonrisa sugerente. Ambas se rieron.

-¿Sois algo oficial ya?-.

-Ya sabes que no. Simplemente nos lo pasamos bien-.

-¿Y eso él lo sabe?- le dijo ella. Eco la miró cansada. Hacia mucho tiempo que tenían esa conversación y siempre terminaba con Eco enfadada. Ella sabía que Preciosa tenía razón, y eso la molestaba aún más.

-Vamos a dejarlo ahí- dijo ella mirando a su segunda.

-¿No será por Sparrow, no?- se atrevió Preciosa.

-Preciosa, no te atrevas- la miró enfadada ella- Ya sabes que no. Han pasado tres años, ni vivo esta. No me gusta Luis así, estoy cansada de repetírtelo- giro la mirada al horizonte ignorándola, cerrando cualquier tipo de comunicación que se pudiera establecer entre ambas.

Preciosa rodó los ojos. No creía absolutamente nada de lo que decía sobre ese tema. Pero sabía que era mejor no sacarle más el tema porque a nadie le gustaba Eco enfadada. Por su parte Eco lo tenia claro, una parte de su corazón estaría siempre con el capitán del Perla Negra. Pero si era cierto que no podía sentir nada por Luis, independientemente de Jack.

Se pusieron en marcha seguidamente, elevando anclas cuando Eco lo gritó y preparando las velas. Eco miró a puerto para ver a Dolores despidiéndolas con la mano y el resto de la población saludándolas. Ellas también saludaron, los echarían de menos. Sin embargo, tenían muchas ganas de hacerse presentes, de conocer a los señores piratas y sobretodo descubrir el motivo de la reunión.

Eco miró a sus Chicas de Jade y ellas le devolvieron la mirada. Algo les decía a todas y cada una de ellas que cambiarían en ese viaje. Que no volverían siendo las mismas. A Eco eso le asustaba enormemente. Todo iba tan bien en su vida que tenía mucho miedo de lo que podría pasar. Pero por lo menos estaba con sus amigas. Lo enfrentarían juntas. Como llevaban haciendo tres años. Eco sonrió a su tripulación. No estaba sola y, con ellas no volvería a estarlo.

-Chicas, oídme- empezó acercándose a la barandilla- Nos espera un largo viaje, pero lo haremos juntas. Cualquier adversidad no es nada comparado con nosotras. ¿Sabéis por qué?- gritó la capitana y su tripulación gritó un alto si- Porque somos La Tripulación del Mediterráneo. Nosotras podemos con todo. Y lo sabemos. Tenemos el mismo derecho que los demás Señores de estar ahí. Podremos ser más novatas o jóvenes pero llevamos teniendo el control de este mar desde hace un año, y no nos está yendo nada mal- comentó la capitana con una sonrisa socarrona- Sea lo que sea que nos depare esa reunión lo enfrentaremos juntas- terminó sonriendo a su tripulación, la cual lanzó un grito de  afirmación y se pusieron en marcha.























Lo que se viene amigas.
tpwk

Piratas del caribe: en el fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora