INICIO DE ARCO-Capítulo 1: ¡La destrucción de Narukami!

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¡Aquí vamos con la segunda actualización de esta historia!

Como son dos actualizaciones seguidas, no hay mucho que agregar. Si tienes alguna duda, comentario, o lo que sea, no dudes en consultármelo. Siempre respondo todas las reviews, obviamente si es que tienen algo a lo que le deba respuesta.

Una vez aclarado ese asunto, es momento de comenzar.

¡Disfruta!

El ruido de los barrotes resonó con fuerza una vez que la celda se cerró.

"Tu sentencia será llevada a cabo mañana a primera hora del día." Sara giró la llave, haciendo que el sonido característico del metal rechinara. "Asegúrate que se mantenga en su lugar. Los grilletes deberían hacer todo el trabajo, pero no debemos tomar este enemigo a la ligera." La comandante le ordenó al carcelero, ganándose una pose militar por parte de este.

"¡No se preocupe, no saldrá de aquí hasta que se ejecute su sentencia!" Exclamó el hombre con absoluta seriedad.

El viajero se acercó a los barrotes, observando como Sara asentía ante las palabras del hombre para luego marcharse.

"¿Tú estás de acuerdo con esto?" Sara se detuvo justo antes de doblar la esquina. "¿Piensas que Inazuma logrará prosperar aislándose del mundo y castigando a todos aquellos que son bendecidos por los Dioses?" Sara volteó su rostro para mirarlo de reojo.

"Lo que diga la Todapoderosa Narukami es correcto, no importa que tan conflictivo parezca. Ella es incapaz de equivocarse." La comandante demostró la gran fe que tenían en la Shogun Raiden.

Aunque Aether fue capaz de distinguir algo más.

Las cejas fruncidas de la mujer y su rostro solemne intentaban encubrirlo, pero estaba seguro que había una pizca de dudas en sus ojos.

"¿Entonces ella no fue el principal problema de que se desatara toda esta guerra nacional? ¿Ella no fue quien les impidió a los habitantes de Watatsumi aceptar sus propias creencias y cultura? O quizás me esté equivocando, y el concepto de Eternidad que ella busca es una guerra eterna, porque esto nunca va a acabar si el Shogunato sigue actuando de esta manera por culpa de tu preciada líder..."

"¡Silencio, prisionero!" El carcelero golpeó la lanza contra las rejas con fuerza, obligando al rubio a callarse. "¡Nadie te dio el permiso de hablar! ¡Ni mucho menos de despotricar y decir falacias sobre la Todapoderosa Narukami, la Shogun-sama!" El hombre rápidamente hizo una señal de reverencia hacia Sara. "Lamento que haya tenido que escuchar los delirios de este hombre, mi comandante." El sujeto colocó una mano sobre su pecho en un gesto militar para mostrar su respeto.

Sara se quedó en silencio por varios segundos, algo que confundió al carcelero.

"¿Señora comandante?"

La voz de su subordinado hizo que ella despertara de sus propios dilemas, entregándole un rápido asentimiento al hombre, aunque Aether distinguió al instante que había sido un gesto descuidado por parte de ella, quien siempre se mostraba tan firme y segura.

"No te preocupes, solo vigílalo." Fueron las últimas palabras de la mujer una vez que abandonó el lugar, recibiendo una última postura militar por parte del hombre.

"¿Oyes eso?" El carcelero le preguntó al viajero con una mirada dura.

"¿Oír qué?" El rubio no pudo evitar alzar una ceja.

"Exacto. Aquí tenemos a docenas de prisioneros y nadie hace ni un misero sonido. Si te portas bien, puede que obtengas tu último desayuno antes de morir." Aclaró el guardia con seriedad.

El Colapso de la EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora