Capítulo 20: ¡Enemigos conocidos!

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¡Aquí me presento con otro capítulo!

Como prometí, aquí lo tienen, y nuevamente me gustaría agradecer a Surfysun por su apoyo, ya que él hizo posible este capítulo doble.

Otra cosa a rescatar es que estuve muy ocupado con los exámenes. De hecho, aún lo estoy, pero en poco tiempo estaré completamente libre y las actualizaciones regulares no deberían pasar más de las dos semanas de espera (con actualizaciones regulares me refiero a que todas mis historias no tengan ningún capítulo extra).

Aclarado ese punto importante, es hora de comenzar.

¡Disfruta!

"¿Qué demonios hacen los Fatui en este lugar?"

Ei, Venti y Paimon no fueron los únicos que se sorprendieron ante semejante pregunta, ya que incluso la misma Murata estaba muy confundida y asombrada.

"¿Cómo dices?" Fueron las únicas palabras que se cruzaron por su cabeza, haciendo que Diluc diera un paso hacia el frente para hablar por todos los recién llegados.

"Cuando salimos a explorar, algunos nos separamos. Yo fui por mi cuenta y me encontré a un encapuchado inspeccionando unas ruinas en el interior del bosque. Sus movimientos eran muy sospechosos, y su poca vestimenta visible daba a entender que no era un aventurero. Cuando intenté hablar con él para saber qué estaba haciendo, el sospechoso se asustó e intentó huir, pero lo neutralice de inmediato." Declaró el pelirrojo con su seriedad habitual, haciendo que Murata bajara un poco la cabeza.

"¿Y cómo sabes que es un Fatui?" Preguntó la Diosa mientras se servía una copa de vino.

"Tuve que usar métodos no muy recomendables para recaudar información." La respuesta de Diluc se vio respaldada por sus guantes cubiertos de sangre. "Aún así, el hombre no dijo mucho tampoco..." La sentencia de Diluc fue acompañada por sus ojos cerrados.

"Ya veo..." Murata giró su copa mientras pensaba con detenimiento, dejando a todos en un corto silencio. "No tengo ni idea de que hacen esos tipos aquí. Lo único que puedo decirles es que no soy la única que cuenta con la autorización de enviar invitaciones a Natlan."

"¿Estás insinuando que esto es culpa de la Dama de los Dragones?" Preguntó Ei, quien observó fijamente como Murata tomaba de la copa con sutileza.

No había respondido, pero su acción dejó las cosas más que claras.

"También está la posibilidad de que se hayan metido sin ninguna autorización."

"Lo veo muy improbable. Es cierto que traen problemas a todos lados, pero no son el tipo de organización desordenada que se infiltra en regiones sin invitación. Todos sabemos que no se arriesgan a enojar a una nación entera por algo tan ridículo pero a la vez muy serio." Diluc desmintió las palabras de Paimon, ganando un asentimiento de casi todos los presentes.

"Entonces, ¿cómo procedemos?" La pregunta que todos pensaban la realizó Ayaka, haciendo que todos quedaran en completo silencio.

Incluso Paimon decidió no hablar, algo muy raro en ella.

La razón era obvia.

Incluso alguien algo tonta y despreocupada como Paimon sabía que la siguiente idea podría significar un gran paso hacia adelante o la posibilidad de tropezar hacia el abismo.

"¿Dónde dejaste al Fatui?" Todos observaron hacia un punto en concreto tras escuchar la pregunta.

"Lo ate y amordace con muchas raíces y ramas contra un árbol. No creo que pueda escapar, y en el caso de que sus compañeros lo encuentren, creeme que él está muy bien vigilado." Respondió Diluc con su habitual seriedad.

El Colapso de la EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora