Capítulo 17: Cuentos de Guerra y Llamas

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¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!

Antes que nada, me gustaría disculparme por un error que tuve en el anterior capítulo, ya que uno de los diálogos que tuvo Diluc hacía alusión a que no conocía la verdadera identidad de Venti, cuando si lo sabía. Salvo por eso, creo que el capítulo trascurrió con normalidad.

Nuevamente les quiero dar las gracias a Surfysun, Shiro777, Srpaocomqueijo, Benio y Alciel, ya que gracias a ellos llevamos una secuencia de capítulos consecutivos realmente larga. Recuerda que, si quieres extender este límite, puedes volverte miembro en mi Patreon por un dólar y podrás pedir otro capítulo extra, puedes encontrarme como: Jyanzein.

Sin nada más que agregar, es momento de comenzar.

¡Disfruta!

La caída desde la montaña había sido muy larga, pero por fin estaban llegando al suelo. Muchos de ellos se veían muy apurados con la idea de ser los primeros en tocar el verde césped para no tener que hacer el almuerzo.

"¡Ey! ¡Miren allí!" Exclamó Itto hacia un punto en concreto, haciendo que todos miraran.

"¿Es un hombre?" Se preguntó Paimon, quien gracias a su vuelo había tomado una enorme ventaja sobre los demás.

El hada no se lo pensó dos veces y se acercó al joven de aspecto peculiar, ante la atenta mirada de éste que estaba saludando de una manera muy amistosa.

"¡Hola, mi nombre es Paimon!" La mencionada se detuvo enfrente del hombre, ante la mirada ligeramente curiosa de él al verla flotar. "¿Cómo te llamas?"

"Mi nombre es Tonalli Xiuhcóatl, es un placer conocerla... hem, ¿señorita?" Preguntó el joven ahora reconocido como Tonalli.

"Paimon es Paimon." Respondió la cosa flotante con simpleza. "Y ellos de allí son mis amigos." Paimon se dio la media vuelta justo al mismo tiempo que el grupo iba aterrizando uno por uno.

"Es un placer conocerlos a todos." Declaró el joven con una mano en su pecho, recibiendo diversos asentimientos. "Por lo que veo, ustedes no son de Natlan, ¿estoy en lo cierto?"

"Así es." Respondió Ei. "El viajero recibió una invitación y todos nosotros decidimos viajar junto a él para brindarle seguridad." Las palabras de la Diosa hicieron que Tonalli se cruzara de brazos.

"Ya veo, realmente no me sorprende. Estoy seguro que se dicen muchas cosas acerca de nuestra nación, y desde ya puedo decirles que la mayoría son ciertas." Comentó el joven ligeramente apenado de su región.

"Por lo visto, no estás muy feliz con tu ciudad." Comentó Aether, dando un paso al frente.

"Es una larga historia." Respondió Tonalli, dándose la media vuelta. "Si gustan, puedo contársela mientras los guio a la Ciudad de Natlan." Todos se miraron entre sí, y después de un leve asentimiento en conjunto decidieron seguir al desconocido, pero ni siquiera pudieron hacer medio paso antes de que otro hombre apareciera.

"Tonalli, sabes que no puedes dejar todos esos troncos tirados en mitad de la nada. Entiendo que la Dama de Fuego tiene preferencia contigo, pero en estos tiempos complicados la negligencia podría ser fuertemente castigada." Comentó el calvo, ganándose una media sonrisa por parte de Tonalli.

"No te preocupes, Mexitli. De hecho, creo que tú también deberías dejar el trabajo y acompañarnos." Declaró el joven, para luego mirar a los recién llegados de reojo. "Ellos son los invitados que la Dama de Fuego a estado esperando durante este ultimo mes." Esas palabras hicieron que el calvo observara a los recién llegados con nuevos ojos.

"¿Es eso cierto? ¡Eso es increíble!" Exclamó Mexitli, dejando caer todos los troncos.

"Por lo visto, somos gente muy solicitada." Comentó Paimon con orgullo mientras se frotaba la nariz.

El Colapso de la EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora