Love Cure || ChanSoo [Terminada]

Extra

—Objetivo localizado —, miró la hora en su reloj y asintió, espero exactamente tres minutos para poder instalar la bomba, giro su cuerpo con habilidad esquivando las balas enemigas.

—A las tres en punto —, escuchó mediante su auricular.

Corrió con todas sus fuerzas, saltó sobre una cerca eléctrica y solo por un par de centímetros logro evitar una corriente que fácilmente lo habría matado. Seco el sudor de su frente y no se detuvo, corrió aún más fuerte llegando hasta el punto cero.

Las balas chocaban contra los muros de concreto, volvió a mirar su reloj y sonrió.

—¡Bingo! —, gritó cuando la bomba que habían colocado en la base enemiga explotó. Levantó los brazos mientras admiraba como el fuego ascendía por el cielo y una nube negra se creaba sobre los escombros.

—Lo logramos —, escucho la voz de su camarada junto a él. Ambos se abrazaron llenos de felicidad.

—Yo también quiero unirme.

Los tres rieron, se dieron un fuerte abrazo dando a la par pequeños saltos de emoción. La próxima misión que les esperaba era una infiltración, debían ser cautelosos para poder recibir el pago por sus labores.

—Niños, a comer.

Ese era el llamado de la gloria, no había nada mejor que recibir un botín de galletas con chocolate luego de haber derrotado a cientos de hombres malos.

Chanyeol se asomó por la puerta de la cocina, emitió una ronca risa al ver como Jongdae arrastraba un celular fijo antiguo dando órdenes con su tierna voz aguda, detrás de él estaban Minseok y Junmyeon, los pequeños gemelos que no se despegaban de su hermano mayor.

Los tres traviesos estaban vestidos con prendas negras y Kyungsoo incluso les había comprado varios juegos de espionaje para que se diviertan en sus "misiones".

—Mis héroes, primero se deben lavar las manos, papi se encargará de recoger los escombros. — Jongdae sonrió, dejo el teléfono en el suelo y tomo las manos de sus hermanos para después salir corriendo al baño.

Kyungsoo abrazó por la espalda a Chanyeol, acarició su cabello blanco y luego miro el gran desorden que habían hecho sus traviesos cachorros en la sala.

Habían diferentes fuertes de almohadas y sábanas, entre dos sillas estaban varias cuerdas de saltar enredadas. Hojas de cuaderno regadas en el suelo y una que otra papá frita esparcida en el sofá.

—Cielos... Tener a tres varones revoltosos es mucho trabajo —, Kyungsoo abulto los labios. Con cuidado de no pisar ninguna figura de lego esparcida en el suelo, caminó hasta la mesa del comedor donde emitió un fuerte suspiro al poder sentarse.

—Cuatro —, corrigió Chanyeol señalando al pequeño Baekhyun. El encargado de lanzar la dinamita desde su cuna al cuartel enemigo. (Aunque la dinamita realmente era el relleno de uno de los osos de peluche que había recibido de su medio hermana).

Kyungsoo río, miro como el trío de diablillos volvía corriendo a la mesa y se sentaban en orden. Jongdae tenía cuatro años, los gemelos tenían tres, Baekhyun tenía dos años. Eran una familia muy bonita, llena de amor.

Chanyeol aprovecho que sus niños estaban distraídos con las galletas que había preparado Kyungsoo para organizar un poco la sala, cuando terminó tomó a Baekhyun en sus brazos para darle besitos en las mejillas.

—Vamos a pedirle a tus hermanos que te incluyan en la siguiente misión.

Baekhyun movió sus piecitos, señaló a Kyungsoo y con una sonrisa y sus dientes blancos comenzó a hablar.

—¿Hemanitos... Hermanitos aún no?

Chanyeol se sentó junto a su amado Omega, con una mano acarició la inflada pancita de ocho meses. Negó con una sonrisa a la pregunta del más pequeño.

—Hermanitos aún no, son muy pequeñitos y están aún dentro de mami. Cuando nazcan serán muy frágiles. Papi y mami se encargarán de cuidarlos, y cuando ya tengan dos añitos podrán incluirlos en las misiones.

—¡Más camaradas! —, grito Jongdae desde su asiento.

Minseok y Junmyeon asintieron al tiempo, sus cabellos negros se menearon velozmente. Chanyeol suspiró.

Nunca en su vida habría imaginado que podía ser tan feliz, Jongdae estaba aprendiendo a despertar su lado serpiente. Mientras que Junmyeon y Minseok, estaban más vinculados con las serpientes desde el nacimiento y era Kyungsoo el que les enseñaba a desarrollar su lado oso. Baekhyun era completamente un osito de cabello blanco, era un poco tímido y siempre negaba con su cabeza cuando le pedían mostrar sus orejas de animal.

Algo que le causaba tranquilidad a Chanyeol era la gran cantidad de habitaciones de su hogar, aunque ya habían hablado con Kyungsoo para que esté fuese el último embarazo... Al menos por cinco años, ya que deseaban poder educar bien a los niños. El primer cambio completo sería difícil, y ni decir del primer celo. Debían estar preparados, para los nuevos importantes cambios.

Contaban con la buena fortuna de tener todas las comodidades posibles, guardería, cocineros, encargados del hogar lo cual les hacía la vida un poco más llevadera, pero aún así eran conscientes de la importancia de asistir a todos los eventos de sus hijos, de educarlos en valores para que amaran a los demás y que se hicieran respetar.

—Yeol... —, el mencionado volvió de su ensoñación. Kyungsoo se acercó hasta el dándole un dulce beso. Los niños emitieron un chillido de felicidad mientras reían. —Te amo... Gracias por hacerme tan feliz.

—Amor, soy yo el que debe de agradecerte...

Kyungsoo negó, continuo acariciando con amor las pálidas mejillas del alfa. Suspiro totalmente enamorado, dejo salir sus orejas elevando su dulce aroma. Chanyeol trago saliva, miro a los niños que seguían comiendo.

—Chanyeol... Mmm... Vamos ... A la cocina.

Chanyeol entendió la señal, dejo a Baekhyun en su sillita especial, le dio algunas galletas y tomo entre sus fuertes brazos a Kyungsoo.

—Creo que no seremos capaces de aguantar los cinco años, amor — dijo Chanyeol mientras besaba el cuello del Omega.

—Usare pastillas, pero mi alfa anudara con sus penes dentro de mi .. se sentirá muy rico.

—Pervertido...

Los dos se miraron, compartieron una risa cómplice para encerrarse por un par de minutos más en la cocina. Sabían que sus niños estarían distraídos creando un nuevo desastre en la sala, mientras ellos creaban una con sus cuerpos.