No puedo creer lo desalmado que es Caleb, ¿Cómo se atrevía a engañar a su esposa de esa forma? Saltó de una amante a otra en tan solo dos días. Siento lastima por ella y sus hijos, no merecen ser engañados de esta forma. Los infieles deberían arder en el infierno por toda la eternidad, no merecen perdón ni redención. Y por más que esté enamorada de Caleb, no voy a perdonarle sus mentiras y engaños.
—No lo puedo creer —susurra Grace al ver como Caleb y Maddie se alejan en su coche. El mismo coche donde le había confesado mis sentimientos, donde nos habíamos tomado de la mano y nos habíamos besado—. No, algo debe estar sucediendo. Lo siento, Tillie, pero no me creo lo que me dijiste.
—Lo has visto con tus propios ojos, las imágenes hablan por sí solas —Rodeo mi cuerpo con mis brazos ahogando la sensación de vacío en mi interior.
—Aquí están mis chicas, ¿Qué estamos mirando? —pregunta Arthur, curioso, y luego nos abraza, rodeándonos con su gigante cuerpo. Es un gran chico y me alegra que Grace y él estén juntos y tan enamorados. Al menos una de las dos encontró a un buen hombre.
—A Caleb llevando a Maddie en su coche. —dice Grace con asco.
—Ya te dije que, si lo quieres puedo partirle la cara al chico bonito, en cualquier momento, solo tienes que decir que si —Sonrío y Grace le da un suave golpe en el estómago, haciéndonos reír—. No seas agresiva, chiquita, mejor vámonos antes de que se nos congele el culo.
En cuanto llegamos a casa me voy a dormir, dejándolos solos, estoy cansada de ser un mal tercio y se merecen una noche juntos. Arthur se marcha mañana en la noche para pasar navidad con su familia, y no volverá hasta después de las fiestas. Las cosas van tan en serio entre ellos, que le pidió a Grace que lo acompañara en su viaje para presentarle a sus padres, pero ella no quiere dejarme sola. Y no voy a mentir, me siento aliviada, pero también me siento mal por ser tan egoísta e interferir en su relación.
Un nuevo y doloroso amanecer, me despierto casi al medio día, no es normal que duerma tanto, pero supongo que son los efectos secundarios de un corazón roto. Salgo de mi habitación y encima de la mesa del comedor me encuentro mi desayuno, ya frío, hecho por Arthur y una nota de los dos, diciéndome lo mucho que me quieren y que necesitaba comer. No voy a rechazar sus esfuerzos y aunque no tengo hambre, termino mi desayuno. Lavo los platos y luego, envuelta en mi manta, me siento en la sala para ver una patética película de Navidad. No entiendo que es lo que tiene de especial esta fecha que parece que todos encuentran el amor. Estas películas lo único que fomentan es la idealización de una pareja, situaciones nada realistas, porque la Navidad es una porquería, el amor es una mierda, y mi vida es un jodido desastre.
Mi futuro está lleno de noches de pasión con mi vibrador, nada de romance y soledad eterna.
Golpes en la puerta me despiertan, en la tele hay otra película navideña, no sé en qué momento me quede dormida. Con lentitud y envolviéndome en mi manta, me acerco a la puerta, miro por la mirilla y la esposa de Caleb está tocando con insistencia. Mi corazón sufre un micro infarto, tapo mi boca para ahogar cualquier sonido.
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Un Santa para Navidad
Short StoryCierra los ojos, el momento se acerca, el aire huele a ponche, bastones de caramelo y a historias por comenzar. Pide un deseo, es la hora, el amor está llegando a la ciudad...