YUANFEN

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Creo que ha sido mi desesperado deseo por olvidarte lo que hace que te recuerde cada vez que cierro los ojos.

Creo que fue el amor que convertí en odio cuando te fuiste lo que aun me ataba a nuestra historia.

Porque el odio puede hacer que te aferres a una persona de la misma manera que lo hace el amor mas grande.

Se nos agotaron los besos, las caricias y las ganas de querernos.

Y olvidé todo el amor que nos tuvimos durante años por el odio que respiramos en aquel instante que juramos no habernos querido nunca.

Nos cansamos de luchar, el uno por el otro, cuando comprendimos que lo nuestro no se trataba de una guerra en pleno combate, con todos los sentidos a flor de piel, sin un mínimo de descanso por si repentinamente, nos caía un golpe de realidad, directo al corazón. Protegimos nuestro cuerpo con un escudo de desilusión. Me coloque un chaleco antibalas por si decidías dispararme.

Tuvimos miedo a que proyectáramos toda esa rabia el uno en el otro, tuvimos miedo al disparo, al impacto, y al final, no nos mató la rabia, ni la bala, que no llegó a salir del revolver, ni el golpe de realidad que vino después.

Nos mató el jodido miedo.

Nos mató un sentimiento que no existe fuera de nuestras cabezas y ahora no tenemos nada externo que culpar.

Nuestra juventud no dejó actuar a la madurez para que nuestra historia no dejara de respirar, y en un último suspiro dijimos adiós. Y utilizamos las pocas fuerzas que nos quedaban para mirarnos a los labios, por si alguno de nuestros corazones se acercaba a besarlos.

Y entonces desaparecimos de la misma manera que un día nos conocimos, con demasiado polvo para culpar a la vista de la jodida coincidencia. Y ahora solo queda un corazón hecho pedazos, que aunque consiga perdonarte, jamás contará con todas sus partes, jamas podrá amar de nuevo, de la misma manera.

No pretendo olvidar que en algún momento de nuestras vidas nos pertenecimos. Mas bien, estoy intentando alcanzar un tipo de "olvido emocional" que me permita recordarte sin sentir que partes de mi cuerpo aun piden tu regreso.

No quiero que vuelvas, no quiero mas partes dañadas de nuestra historia, pero esto me ayuda a acallar mi mente cuando mis recuerdos gritan tu nombre.

Me ayuda a recordar que;

El amor que existió entre dos personas, nunca, jamás, ni solapado con todo el odio del mundo, puede extinguirse del todo.

Solo se hace llevadero, aprendes a vivir con él y esa mezcla de angustia que se instala en la garganta cuando te encuentras con sentimientos que ya viviste una vez. Que te hicieron feliz en el pasado.

Estoy aprendiendo a vivir sin ti y con estas emociones encontradas entre echarte de menos y no querer verte volver.

Y si crees que te sigo queriendo, estás en lo cierto, lo inhumano sería dejar de querer a quien en un momento de su existencia hubiese dado su vida por ti.

Quizás no volvamos a enamorarnos, quizás no volverá haber un nosotros en presente. Pero si volviera a nacer, repetiría nuestra historia, y si existen vidas después de esta, volvería a conocerte.

Porque no saber amar, jamas nos hará malas personas.

Y aunque en el amor lo nuestro no funcionase, nos servimos de aprendizaje en muchos momentos y ámbitos de nuestra trayectoria. Nos hicimos mejores.

Y eso, en cierto modo, fue un acto de amor el uno hacia el otro, que hoy nos hace ser quien somos. Por eso; tte volvería a elegir.

Otras maneras de utilizar la valentía que el alma aguarda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora