Creo que las cosquillas de mi estomago se manifestaron cuando tomaron conciencia de la similitud de unas palabras totalmente inocentes.
Imagino que fue el miedo que siente lo que late dentro de mi lo que acelera mis latidos cuando pronuncia mi nombre, porque aquel órgano que aun me ofrece un grado de raciocinio en un mundo regido por la locura, es incapaz de aceptar que; otra persona se está abriendo paso por aquel muro de hielo que creía infranqueable.
Intento engañarme, lo juro. Quisiera admitir que mis sentimientos son puramente superficiales, pero sería imposible negar a la mente lo que el corazón ya es capaz de ver, lo que divisa a lo lejos; sentimientos, que vienen cargados y con ánimo de hacer daño, pues saben que traen consigo recuerdos, cuando los viviste por primera vez.
Y si soy sincera, tengo miedo al ataque, pero temo aun más que el daño que cause me sea insuficiente, y que gane el amor, el deseo y la nueva ilusión, que gane esa pincelada de esperanza. Me da miedo ser consciente de que lo único que me ata a ti sea más flojo que el nuevo lazo que hoy me brinda la vida.
Desde que te fuiste, he buscado en otros labios la calidez de los tuyos, y acabé muriendo de frio. Pero hoy mis ojos van en dirección a una boca, que todavía no han besado, y sin embargo creen conocer su sabor, quizá de algún sueño, quizás de otra vida.
No entraba en mis planes, pero he encontrado en unos ojos verdes lo que una vez me brindaron unos color café, y eso hace que se despierte en mi un halo de esperanza, de que quizás, el destino a decidido ponerlo en mi camino porque sabe que despertará en mi la misma felicidad que tú causaste un día, porque el destino también cree que se parece a ti.
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Otras maneras de utilizar la valentía que el alma aguarda.
ŞiirTodas las cosas que un día no me atreví a decir. Todas esas cosas que un día me ahogaron las escribiré para que en un futuro mis propias palabras me sirvan de salvavidas, y quizás ¿Por qué no? también te puedan ayudar un poco a ti. Este libro te sum...