νєяѕє ѕєνєη

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Al día siguiente, durante la hora del almuerzo, sus ojos estaban fijos en la mesa del club de drama sin que se diera cuenta.

—¿Cómo te fue en el examen de cálculo? —preguntó Chan intentando llamar su atención, preocupado por la expresión de su amigo, tenía como diez minutos mirando a un punto fijo, casi sin parpadear y con un grano de arroz pegado en la mejilla.

—¡Minho! —le llamó Seungmin, agitando la mano frente a él en repetidas ocasiones, solo así volvió a la realidad.

—¿Eh? ¿Qué? —Lee parpadeó un par de veces antes de volver en sí.

—Que cómo fue tu examen —repitió Chan—, sabes que el entrenador puede hablar con la señorita Kim si insiste en reprobarte.

Minho negó con la cabeza.

—Me fue bien, estoy seguro —respondió, intentando sonar indiferente.

—¿Entonces qué es lo que te preocupa? —preguntó Chan.

Y Minho de pronto fue consciente de que las miradas de sus amigos y todo el equipo de beisbol estaban puestas en él.

—Eh... no es nada —dijo—, la obra... el estreno está cerca. Y también la temporada de juegos comienza pronto, con toda esta tontería del club de drama no he tenido tiempo suficiente para entrenar.

El resto del equipo asintió, a excepción de Bang Chan, quien era extrañamente bueno para detectar mentiras. Minho casi se sintió desnudo ante su mirada acusadora y asintió, como dándole a entender que le contaría la verdad más tarde, de todos modos, necesitaba hablar con alguien de sus sentimientos, alguien que no fuera parcial con Han Jisung como lo era Félix.

«Hyung, ¿cómo puedo saber si me gusta alguien?», le preguntó por mensaje de texto después del almuerzo, durante la clase de historia coreana.

«¿Cómo voy a saberlo? Son tus propios sentimientos», texteó Bang, seguido de un sticker de 'Salem', el famoso gato de la TV noventera, limándose las uñas (garras).

Minho gruñó ante su respuesta.

«Bueno, ¿y cómo sé si yo le gusto?», escribió.

«Pregúntale», fue la respuesta del mayor.

Minho suspiró, frustrado.

«Obviamente, no puedo hacer eso y quedar como un egocéntrico»

«¿Esto es sobre ese chico del club de drama?», preguntó Chan.

Minho rodó los ojos, molesto, estaba a punto de escribir una respuesta cuando el profesor se acercó a él y le llamó la atención aclarándose la garganta.

—Se puede saber, ¿qué tipo de conversación es más importante que la independencia de Corea? —preguntó el profesor Park, haciendo que Minho se sobresaltara.

—Ninguna... —empezó a decir.

Pero el profesor ya le había quitado el teléfono de las manos, así que solamente cerró los ojos y esperó por la humillación. El profesor de historia solía leer en voz alta las conversaciones de las notas que confiscaba en clase, lo mismo cuando sorprendía a alguien enviando mensajes de texto.

Luego de unos segundos de silencio, Minho abrió los ojos, encontrándose directamente con la fría mirada en los atractivos ojos del profesor Park, pero contrario a lo que pensaba, el hombre bloqueó el teléfono, se dirigió a su escritorio y lo metió en un cajón.

—Se lo devolveré al final de la clase —dijo, y continuó con la cátedra.

Y Minho pasó el resto de la hora intentando concentrarse en la independencia y no en Han Jisung, hasta que, al final de la clase, se acercó al escritorio del señor Park para pedirle su teléfono móvil. El profesor lo miró seriamente y Minho, quien generalmente no era intimidado por figuras de autoridad, se sintió increíblemente pequeño en su presencia.

Soneto de amor tras bambalinas [minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora