Había pasado una semana desde que Minho se unió al club de drama, y cada vez estaba más convencido de que su presencia no era algo que alegrara a los antiguos miembros.
Era horrible, como cuando te mudas de ciudad a la mitad del año escolar y llegas a un nuevo curso en otra escuela. El primer día de clases es espantoso porque no tienes amigos con quienes pasar el rato, ni a quien pedirle las tareas atrasadas, y en el almuerzo tienes que sentarte a comer tú solo porque el resto ya tiene su grupo de amigos y aunque todo el mundo te mira nadie se acerca a hablarte. Las tardes que había pasado esa semana con el club de drama, eran como ser el chico nuevo todos los días.
Y era molesto, porque estaba seguro de que si se dieran el tiempo de conocerlo lo amarían tanto como el resto de los chicos normales en la escuela, con los que, por cierto, era muy popular a pesar de que era un colegio masculino.
Y no de una forma gay o algo. Los otros chicos lo admiraban porque era un gran jugador, había sido MVP por dos años seguidos, era un buen capitán y el mejor bateador de su generación. Y no lo decía él, sino los miembros que lo habían elegido capitán en su segundo año a pesar de que había miembros mayores y más antiguos en el equipo. Además, era popular incluso con gente de otras escuelas, las chicas de la secundaria vecina siempre se reunían para verlo durante las prácticas, y, aunque le avergonzaba un poco, siempre terminaba con las manos repletas de regalos después de ganar un partido. No obstante, la mayoría eran demasiado tímidas para intentar pedir su número o siquiera hablarle, parecían creer que era inalcanzable... de hecho tal vez lo era.
Demasiado inalcanzable como para tener que humillarse por una estúpida obra escolar.
La tarde del lunes, la señorita Kim les avisó que llegaría un poco retrasada al ensayo, debido a que tenía muchas tareas que corregir, así que les pidió que comenzaran por su cuenta y ella les ayudaría más tarde.
Después de que Changbin dio el aviso, los chicos se amontonaron en pequeños grupos y comenzaron a comentar entre ellos sobre sus escenas. Minho miró alrededor con incomodidad, sin saber a quién acercarse, dirigió su atención hacia el escenario y notó que Lee Félix también estaba solo, el niño lucía inofensivo, y parecía ser uno de los pocos que no lo odiaban a muerte, así que reunió valor y decidió acercarse.
—Hola —le saludó, intentando sonar amigable.
Félix le dirigió una mirada indiferente y luego volvió su atención a la peluca rubia que estaba peinando.
Minho se sintió algo intimidado por su indiferencia, pero se negó a ser un cobarde y huir.
—Yo, esto... el otro día —comenzó—, cuando dije que eras afeminado... no pretendía insultarte, lo siento.
Félix no dijo nada, ni siquiera lo volteó a ver.
Del otro lado del escenario, Seo Changbin lo miraba echando fuego por los ojos, como esperando que le diera un motivo para lanzarse sobre él y arrancarle todas sus extremidades de una por una, lenta y dolorosamente.
—Lo siento mucho —repitió con nerviosismo. Sentado en una de las butacas de enfrente, Han Jisung parecía disfrutar del espectáculo—, lo que en realidad quería decir es que eres muy bonito... y tu cuerpo parece pequeño y delicado como el de una chica, en cambio, yo me veré ridículo usando un vestido, pero creo que a ti te quedaría muy bien.
Félix se mantuvo en silencio.
—Bueno, perdón, tampoco estoy diciendo que pareces una chica... n-no es que tenga nada de malo parecer una, ellas están muy bien, solo digo que te verías lindo si-
—¡De acuerdo, ya entendí! —interrumpió Félix con la cara toda roja de vergüenza.
—Lo siento —farfulló Minho en voz baja, malinterpretando su expresión apenada por una de enojo.
—Si te disculpas una vez más voy a golpearte tan fuerte con este cepillo que hasta olvidarás tu nombre —amenazó Félix, sosteniendo su arma con fuerza.
—Lo s- eh... ok —dijo Minho, levantando ambas manos en señal de rendición—, no voy a hacerlo otra vez.
Félix sonrió.
—Entonces empecemos, podemos practicar la escena del baile.
Minho asintió y respiró aliviado, contento de tener un enemigo menos en ese lugar.
—¡Jisung, ven aquí! —gritó Félix y la dicha de Minho se fue al traste.
Aunque odiaba admitirlo, se sentía intimidado por Han Jisung. No era por su físico, obviamente, el chico apenas pasaba el metro sesenta, llevaba suéteres de punto, las uñas pintadas y glitter en los parpados, no era su apariencia la que lo intimidaba, era más bien su carácter, la seguridad con la que se manejaba, y de alguna manera parecía que él lo sabía y disfrutaba incomodarlo con su presencia.
—Ensayemos la escena del baile —dijo Félix cuando Han estuvo junto a ellos, después de subir al escenario de un salto.
—¿Has aprendido tu texto? —le preguntó Jisung a Minho con una sonrisa condescendiente, como si pensara que no era lo suficientemente listo para memorizar sus líneas.
—Solo hasta la mitad del segundo acto... —respondió, conteniendo el enojo.
—Bueno, es suficiente para empezar —dijo Han, mirándolo con superioridad.
Minho rodó los ojos antes de tomar su posición en el escenario, Jisung lo siguió, sonriendo complacido y Félix se alejó a un costado para esperar su entrada en la escena.
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Soneto de amor tras bambalinas [minsung]
Fiksi Penggemar👬 minsung 💌 Actualizo los martes| 2023.08.18. 🚫 Prohibidas copias o adaptaciones. Lee Minho, 18, MVP y capitán del equipo de béisbol, lowkey homophobic. Han Jisung, 17, estrella del club de teatro, kinda nerd. ¿Puede ser más obvio?