Anestesia

136 10 5
                                    

Vi Pov

Sabiendo como habían terminado las cosas hace una semana atrás, sería lógico pensar que hoy seguiría igual de enojada, pero, en realidad, me levanté bastante tranquila. Quizá fue porque soñé que Kiramman se me declaraba de una forma bastante estúpida, y yo terminé rechazándola, frente a todo el colegio, así que, ¿por qué no pensar en ella como una chica insegura? Eso sin duda me relajó bastante. Aunque también me dejó pensando. Quiero decir, todas las personas tienen patrones o comportamientos determinados por alguna razón, a causa de algo y, mentiría si dijera que no me intriga, aunque sea un poco, cuál era su motivo para ser como es. Igualmente, algunas ideas me hago.

Pensé en muchas cosas, que era una estúpida engreída sin remedio, que los delirios de grandeza ya estaban dañando su capacidad de pensar, o que directamente ya estaba entrando en alguna especie de brote psicótico narcisista. Pensé en tantas cosas, que al final, me invadió la necesidad de preguntarle, y de alguna forma, comprenderla. Quizá estaba loca, pero no pensaba demasiado las cosas en esos tiempos, simplemente hacía lo primero que se me cruzaba, y así me iba.

Durante toda la semana, se notaba demasiado que el nivel de personas que rodeaban a Caitlyn habían bajado, que muchas personas hablaban a los susurros cuando ella caminaba por al lado, o cerca, también aparecieron varias cuentas en Twitter tirándole mierda, anónimamente, y si bien en un principio creí que era el karma que merecía, no pude evitar sentir pena, y que, de alguna forma, el sentimiento de defenderla me invadiera. Incluso me puse a comentar en algunas publicaciones, eran demasiado violentas. Había hecho cosas malas, y en general utilizaba a las personas para su beneficio, pero sé que hay personas que hicieron cosas peores, y así no los tratan. Era demencial.

Veía como Caitlyn pasaba con esa típica mirada endurecida, ignorando todo a su alrededor, como si realmente no le importara lo que dijeran, aunque no creo que no le interese. La única que estaba a su lado era la señorita Asami, nunca la dejaba sola, era muy buena amiga, incluso cuando Caitlyn no se defendía y aplicaba la ley del hielo, Asami respondía a los malos comentarios.

Una mañana decidí irme más temprano al colegio, para caminar en paz, con las brisas tan frescas que caracterizaban las mañanas de primavera, siempre sentí que me relajaba y romantizaba un poco más la vida. Llegué más rápido de lo que creí, y, para mi sorpresa, otra persona tuvo la misma idea. Quizá la terminé manifestando después de no poder parar de pensar en ella.

Ahí estaba Caitlyn Kiramman, sentada en uno de los escalones de la entrada, sola, y pensativa; nunca la había visto más rara. Quizá es porque la estuve observando bastante, pero sutilmente podía notar el cambio en su ánimo.

¿Desde cuándo me volví tan observadora?

- Kiramman - solté en cuanto me acerqué a la entrada del colegio, llamando su atención.

- Ah, sos vos, ¿pensabas escupirme de nuevo o algo así de asqueroso? - dijo Kiramman, recordando aquella escena tan dramática.

- Aunque no lo creas, no - respondí levantando mis hombros en señal de resignación - de hecho, quería preguntarte cómo estabas.

Caitlyn me miró como intentando descifrar si mis palabras eran una simple broma, o si hablaba totalmente en serio. Y no la culpo, después de lo que le dije e hice, cualquiera estaría confundida, y su expresión a la hora de concentrarse en mi cara hacía que sus ojos disparen unas chispas brillantes, que de alguna forma los volvían de un azul mucho más intenso. Sus manos estaban perfectamente una sobre la otra, contra sus piernas, y su torso ligeramente inclinado, tal vez para observarme mejor. Mi cara solo podía reflejar cierta incomodidad porel tiempo que había pasado, y no pude evitar mirar para todos lados exceptuando a la misma Kiramman.

COMPLICATED [VICAIT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora