Capitulo 4

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(Antes de comenzar):

-X hablando -

-X pensando-

(Intervención o aviso)

Autor hablando

Inquietud...

Los sentimientos y la forma de actuar de cada individuo no aparecen de la forma más ridícula posible, no siempre es así, todos han sido víctimas en multibles ocasiones, desde mimar a un pequeño bebe, hasta llegar a los rincones más crueles y distantes de la maldad humana.

No todo es agradable y atrayente, muchas de las verdades y historias bondadosas compartidas en una determinada comunidad, pueden llegar a opacar una vil mentira, una en la que la razón comienza en el momento menos oportuno y menos bondadoso.

Y claro, no siempre es así.

Hay una, pero escasa cantidad de personas que preparan a los más jóvenes para que puedan enfrentar ciertas circunstancias atroces, empezando desde evitar ciertos tipos de personas, hasta prepararlos mentalmente para su futuro.

Y para desafortuneo de Tanjirou, fue el primer aspecto.

Desde pequeño le han metido el mal perfil de la sociedad, dejándole una filosofía auto-destructiva

Las personas amables ponen el bienestar particular en torno a los demás, auto ponen los intereses comunes, sobre sus propios hombros.

Durante sus primeros cuatro años, pudo compartir y experimentar la verdadera felicidad, tenía dos padres bondadosos, y cariñosos, vivía con todas sus necesidades encubridas, y nunca le faltó nada para vivir de forma tranquila.

Una vida tranquila, puede ser el sueño de muchas personas.

Y los Kamado no eran la excepción.

Todo era de maravilla, su padre trabajaba con un amigo comercialista, el cual junto a su acompañante transportaban y comercializaban productos en una gran camioneta, ambos eran de los que se la pasaban viajando, y uno pensaría que el tiempo en casa era reducido, pero no era así. Siempre hallaba una forma de juntarse y relacionarse de manera abierta con su esposa e hijo.

Era para admirar a decir verdad

Parecía del tipo de persona amable y segura, un tipo cualquiera con la silueta de un hombre trabajador, que en casa , no solo le esperaban la calidez de los brazos escrupulosos de su hermosa mujer,sino que las risas y anécdotas incoherentes de su pequeño hijo que llenarían por completo su día a día, sí, era el típico contorno de familia hogareña.

Y como cualquier historia de origen brutal, esta no huye, ni evita para nada los sucesos deprimentes que siempre están presentes.

Tanjiro lo recordaba, pero legítimamente, podría presumir un sin fin de veces la capacidad de su memoria.

Cuando era pequeño, su despistes era realmente sensacional, era muy inconciente del tiempo, cando menos se lo esperaba, la pequeña familia de tres integrantes termino siendo de cuatro personas, alguien más se unió, y ¿quienes eran los responsables?, ciertamente fueron sus padres, ¿quien era el individuo?,la respuesta era bastante simple a decir verdad, simplemente era su hermana menor.

Y los días cada vez más florecían, el cuarto integrante encariño a todos los presentes, a este punto Tanjiro se sentía como un completo adulto.

Jamás olvidaría las palabras de su madre:

Apática Donde viven las historias. Descúbrelo ahora